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A lo largo de la crisis de Ucrania, China se ha comprometido a reducir las tensiones y promover las conversaciones de paz. Ha adoptado una postura neutral y ha subrayado que se deben defender los principios de la Carta de la ONU y salvaguardar la integridad territorial de todos los países.
Mientras China combate el fuego, el bloque occidental liderado por Washington está avivando las llamas. Expandiendo la OTAN cinco veces hasta las puertas de Rusia, Estados Unidos continuó enviando armas militares ofensivas a las fronteras y arrinconando al Kremlin. Con la crisis de Ucrania, Estados Unidos y sus aliados impusieron una serie de sanciones a Rusia que no resolvieron nada, solo empeoraron la situación. El vertiginoso aumento de los costos del petróleo y los fertilizantes ha afectado a países de todo el mundo que no son parte del conflicto.
Después de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN el pasado jueves, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que "China no está dispuesta a condenar la agresión de Rusia" y "se ha unido a Moscú para cuestionar el derecho de las naciones a elegir su propio camino". Lo llamó un "desafío serio" para toda la alianza.
Stoltenberg olvida que China, como Estado soberano, no tiene la obligación de seguir el camino del bloque occidental liderado por Estados Unidos. Tiene derecho a tomar sus propias decisiones de acuerdo con sus propios intereses y los intereses que cubren un ámbito más amplio: la comunidad internacional.
Calificar la posición neutral de China de un "desafío serio" muestra la visión del jefe de la OTAN que divide el mundo en dos extremos: amigos y enemigos. El bloque ve no solo a Rusia como su enemigo, sino a cualquier país que no lo obedezca.
A instancias de Washington, la OTAN contempla expandir su influencia por toda Europa y luego en la región Asia-Pacífico. Esto es para satisfacer la búsqueda de hegemonía de Washington y consolidar su estatus como la única superpotencia en el mundo.
Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados no se saldrán con la suya en Asia-Pacífico. Aparte de China, India y algunos países de la ANSEA han anunciado sus políticas independientes sobre Ucrania. Con la COVID-19 todavía afectando al mundo, es hora de colaboración, no de confrontación. El mundo quiere paz, no otra Guerra Fría.
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