Este sumidero es uno de los lugares más fascinantes para los buzos y los científicos que estudian los océanos.
Este círculo en medio de las aguas turquesas, que está ubicado a 64 km de la costa de la Ciudad de Belice y con sus 300 metros de ancho y 125 metros de profundidad, parece un portal a otra dimensión y se le considera el sumidero más grande del mundo.
Un sumidero es un agujero en la tierra, formado cuando el suelo se derrumba dejando un gran agujero en la superficie. Es el “espacio interior planetario”, como le llama Richard Branson, el magnate que en diciembre pasado impulsó una expedición al fondo del agujero y de la que ahora se están revelando sus increíbles hallazgos.
Una de las primeras personas que exploró este agujero está en medio de la Barrera de Arrecifes de Belice, fue Jacques Cousteau en la década de los 60 y ahora, su nieto Fabien Cousteau junto a un grupo de expedicionarios.
Hace decenas de miles de años, el agujero era tierra firme, pero con el aumento del nivel del mar, tras el fin de las glaciaciones, quedó sumergido. “Fue como ver una fotografía del pasado”, le dice a BBC Mundo Bryan Price, uno de los exploradores de la empresa Aquatica, que construyó los submarinos de la misión.
Uno de los hallazgos que más los sorprendió fue un área que llamaron “La catedral”, que está llena de estalactitas, que aunque ya se habían detectado, no había podido ser observadas en detalle.
Por otro lado, explicaron que “en el agujero en sí mismo no hay mucha vida, porque no hay mucho intercambio de agua”, dice Price. Sin embargo, pudieron observar algunos tiburones.
Un museo salvado de las aguas: el museo Girodet en Montargis
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