Germán Saltrón Negretti
El sistema capitalista tiene
siglos de existencia, pero hoy es mundial y tiene otras consecuencias para
todos los seres humanos. Ya no se trata, como en los tiempos del capitalismo mercantil
de conquistar mercados ni establecer colonias como en el siglo XIX, que buscaba
materias primas y mercados. El capitalismo en el siglo XX fue
internacionalizado y tiene instituciones tales como el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional que permiten un control por parte de países
industrializados y con poder militar someter a los países pobres que son la
mayoría.
Este control económico se realiza
principalmente a través de mecanismos financieros y jurídicos, capital financiero, la especulación, los
paraísos fiscales, los mecanismos de fijación de precios, las deudas externas
de los países. Con normas jurídicas se refuerzan todos esos controles, tales como privatización de los
servicios públicos y la seguridad social. Se imponen internacionalmente con la
Organización Mundial del Comercio que están al servicio del capital y en contra de los derechos de los pueblos. No es una sumisión directa del trabajo sino
indirecta. Los bancos controlan a la
mayoría de los Estados con el pago de sus deudas adquiridas, le impiden llevar
a cabo políticas de redistribución de los ingresos, les impiden realizar
inversiones sociales y culturales colectivas e incluso le impiden reforzar
medidas de seguridad social.
La desigualdad social entre
hombres y mujeres existía antes de que se impusiera la organización de toda la
economía. La conquista de los territorios en busca de ventajas económicas o
políticas no comenzó con el capitalismo, ya existía en el feudalismo, pero en el capitalismo se privatizó los servicios
públicos como la salud y la educación. El capitalismo estadounidense conquista
nuevas fronteras para remediar sus crisis cíclicas que lo afectan en la
actualidad. La nueva fase es el neoliberalismo armado para someter a los que se
oponen a sus pretensiones, instalando nuevas bases militares
y promoviendo conflictos locales en países que no se desean someter que
han surgido después de la II Guerra Mundial y que poseen materias primas en
zonas geoestratégicas como Venezuela.
El planeta tierra que se
encuentra actualmente en una crisis
económica y ambiental ocasionada por el capitalismo depredador mundial, y
especialmente el estadounidense, pretende apoderarse también de los últimos recursos
minerales y ambientales que se encuentran en América Latina, tales como hídricos y ambientales que se encuentran
en la Amazonia, pulmón vegetal de mundo, petroleros en
Venezuela, mineros y ambientales para poder remediar su crisis económicas
que lo afecta en la actualidad.
No deberíamos olvidar la experiencia política de la “coexistencia
pacífica” de la Perestroika y el Glasnost durante la Unión Soviética que
apoyaron entre otro Boris Yeltsin y donde Gorbachov renunció el 25/12/1985,
cuando los costos de la carrera de armamentista eran demasiado costosos y decidieron
desarmarse para dar un ejemplo de buena voluntad, para según ellos evitar una confrontación
nuclear con los Estados Unidos que provocó la disolución de la Unión Soviética.
La OTAN no dudó en violar dos
principios fundamentales en la política internacional, el de la soberanía
nacional de los Estados y el estatus de Naciones Unidas. La guerra de los
Balcanes anunciada por la OTAN el 30 de marzo de 1999 fue declarada sin
autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Debemos entender que
la economía de guerra es una tendencia estructural del capitalismo. Actualmente estamos nuevamente al borde de la
Tercera Guerra Mundial. Y la solución sigue peor, con el armamento nuclear
existente hoy destruiremos el planeta varias veces.
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