¿Cómo son los cruceros nucleares más grandes del mundo y qué futuro les espera en Rusia?
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Hace 30 años, en abril de 1989, fue botado el último de los cuatro cruceros de propulsión nuclear del proyecto Orlan. En la actualidad, dos de esos barcos siguen en servicio de la Armada rusa. Nikolái Protpópov, columnista de la edición rusa de Sputnik, analiza qué objetivos tenían en la URSS y qué misiones cumplen en la Rusia actual.
Propósitos iniciales
El desarrollo de la flota submarina nuclear de EEUU obligó a la URSS a formar unidades antisubmarinas que había que proteger con un buque grande. Apareció la idea de construir un crucero de 25.000 toneladas de desplazamiento que llevara a bordo todo tipo de armas navales. Así nació el proyecto 1144 Orlan.
El primero de los cuatro cruceros nucleares pesados de la serie fue el Kirov —desde 1992, Almirante Ushakov— puesto en quilla en 1973. Se convirtió en el mayor buque no portaviones del mundo. Los estadounidenses también tenían barcos nucleares de superficie, pero de un tamaño mucho menor, por ejemplo, el desplazamiento de los cruceros de la clase Virginia es de solo 11.000 toneladas.
El segundo Frunze —desde 1992, Almirante Lazarev— entró en servicio en diciembre de 1980, y el tercero, Kalinin —desde 1992, Almirante Najimov—, en 1988.
La construcción del último barco de la serie, el Piotr Veliki —Pedro el Grande—, se demoró más de 10 años, retraso causado por el colapso de la URSS. Fue puesto en quilla 1986 y entró en servicio de la Armada rusa solo en 1998.
Ningún crucero del mundo cuenta con un armamento tan potente
La principal fuerza de ataque del Orlan son dos docenas de misiles de crucero Granit nucleares o convencionales supersónicos. Cada proyectil pesa siete toneladas y es capaz de lanzar una carga de 750 kilos o una ojiva nuclear de 500 kilotones a una distancia de 600 kilómetros. El objetivo principal del Granit es destruir los grupos de portaviones del enemigo. Sin embargo, también puede atacar los objetivos costeros.
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Mientras tanto, el sistema de defensa antiaérea S-300F Fort con cientos de misiles antiaéreos es capaz de atacar seis objetivos aéreos a la vez. La base del segundo escalón del sistema de defensa antiaérea es el Kinzhal armado con 128 misiles. Destruye los misiles que logran pasar por la zona de cobertura del Fort.
En la tercera, más cercana, línea de defensa hay seis sistemas de artillería antiaérea Kortik, un cañón universal doble de 130 mm y ocho ametralladoras de seis cañones de 30 mm de una cadencia de 6.000 disparos por minuto. Para contrarrestar los submarinos enemigos hay dos sistemas antisubmarinos Vodopad.
Para controlar y mantener los sistemas de la nave, se requiere una tripulación comparable a la población de una ciudad pequeña: 1.100 oficiales, guardiamarinas y marineros.
Misión actual
Según el excomandante de la Flota del Norte, Viacheslav Popov, los buques de esta clase son muy necesarios para la Armada rusa.
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"Es una nave tan universal que es casi imposible acercarse a ella ni destruirla. Navegué en este buque muchas veces y vi lo eficiente que es el sistema de defensa antiaérea, cómo derriba misiles supersónicos", comentó Popov a Sputnik.
Los Orlan tienen una gran importancia política, opinó el militar.
"La flota, a diferencia del resto de las Fuerzas Armadas, es capaz de cumplir misiones en tiempos de paz sin violar fronteras, normas internacionales ni tratados", señaló.
En general, los océanos son internacionales a excepción de pequeñas zonas de aguas territoriales y económicas.
"Nuestros barcos están listos para mostrar la bandera, su presencia en cualquier lugar del océano. Un crucero, un destructor o una fragata pueden llegar a casi cualquier puerto del mundo. Es poco probable que sea posible una visita amistosa, por ejemplo, de una división de tanques. Y la flota llega a cualquier parte del mundo y tiene un valor tremendo como herramienta de política exterior de Rusia", explicó.
Actualmente, Rusia cuenta con dos Orlan: el Piotr Veliki, buque insignia de la Flota del Norte, y el Almirante Najimov, sometido ahora a una profunda modernización y reparación que, según los planes del Ministerio de Defensa, se completará en 2021. Los medios de comunicación rusos y extranjeros ya han informado que, tras la modernización, los Orlan podrían estar armados con los últimos misiles hipersónicos Tsirkon y los sistemas de misiles Onix y Kalibr.
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