Publicado: 20 dic 2018 11:30 GMT
A lo largo de la historia Estados Unidos siempre ha terminando abandonando por completo a sus tontos útiles cuando dejan de cumplir su función. El caso más dramático fue el de los Hmong, abandonados a su suerte en Laos una vez vieron los 'yanquis' que no podían ganar la guerra de Vietnam. Ahora, el papel de los Hmong lo asumen los kurdos del norte de Siria, que si nada cambia, tendrán que hacer frente solos a una segunda invasión de Turquía.
Los nacionalistas kurdos del Partido de la Unión Democrática (PYD) y su milicia armada, las Unidas de Protección Popular (YPG), han elegido muy mal a sus aliados. En Afrín decidieron posicionarse con Estados Unidos, y lo pagaron perdiendo una de las regiones más importantes y la más estable que controlaban.
El gobierno Sirio y Rusia ofrecieron apoyo a los kurdos en Afrín a cambio de una reconciliación del territorio, pero éstos decidieron mantenerse en la órbita estadounidense y rechazaron cualquier posibilidad de un acuerdo. Aun así, Damasco envió como gesto de buena voluntad combatientes que defendiesen la región, aunque fue en vano. Lo que sí quedó claro es que los sirios, como comunidad y como pueblo, han sacrificado más por las YPG de lo que EE.UU. hará jamás. A pesar de que las YPG hayan regalado los pozos de extracción de gas y petróleo que hay en el este de Siria a la OTAN.
Los propagandistas dicen que los "kurdos solo tienen como amigas a las montañas", pero eso no es más que una verdad a medias. Los kurdos han podido tener y han tenido muchos amigos: Siria, la resistencia palestina, Hezbollah… pero con ellos han querido ir por libre cuando les iba bien.
La historia ha demostrado que los kurdos nunca han estado solos. Cuando decenas de miles huían de la persecución en Turquía, Siria los acogió sin pedir nada a cambio. Si los nacionalistas kurdos se han quedado solos es por su propia ineptitud, por su propia negligencia, por su mentalidad tribal y por la insolidaridad y el desprecio que han mostrado hacia sus vecinos.
En el norte de Siria, al principio de la guerra, se quedaron mirando sin hacer nada mientras Jabhat al-Nusra (al-Qaeda en Siria) masacraba a las tropas del Ejército Árabe Sirio. Cuando la ciudad de Deir Ezzor estaba completamente asediada y sufriendo una crisis humanitaria, las YPG se quedaron mirando sin presionar al Estado Islámico. Cuando el gobierno sirio ofreció una colaboración para defender Afrín de la invasión turca… el brazo político de las YPG, el Partido de la Unión Democrática (PYD) demostró su lealtad únicamente a su etno-nacionalismo tribal y a su amo Estados Unidos. Y no es una exageración decir que EE.UU. es el amo y señor del PYD y las YPG, ya que las fuerzas de seguridad, las milicias y las estructuras humanitarias funcionan gracias al dinero de la Casa Blanca. No en vano, las Fuerzas Democráticas Sirias, el aparato militar al que pertenecen, fueron creadas por EE.UU. Es tal el dominio que ejercen sobre los nacionalistas kurdos que determinan su política de alianzas.
Hay quienes pueden equipararlo al caso sirio, en el que Damasco ciertamente relega en ciertos temas la representatividad a sus aliados. Sin embargo hay que tener en cuenta detalles como que Siria cede bases en el sur a Irán, principal enemigo de Israel. Es algo que no agrada ni un ápice a Rusia, pero sin embargo, Bashar al-Assad y su gobierno tienen la capacidad de actuar de esa manera. Como también pueden colaborar con los milicianos de Hezbollah, afganos fatimíes de Liwaa al-Fatemiyoun, palestinos de Liwaa al-Quds… Las YPG jamás podrían colaborar de forma abierta con organizaciones de la órbita de la resistencia palestina ni mucho menos de la órbita iraní.
No en vano, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) actualmente reniega del PKK, organización turca ligada a las YPG sirias. Según el portavoz del FPLP en España, Fayez Badawi, los palestinos ya no apoyan al PKK, que dice, "han aprovechado una agresión criminal contra Siria".
Y con todo esto, Turquía en un intento de eliminar potenciales enemigos de su frontera, amenaza con invadir el norte y este de Siria para eliminar a las YPG… a quien parece que nadie quiere defender.
Estados Unidos es consciente de que sus títeres ya no tienen apenas nada que hacer en Siria. Recientemente el representante norteamericano en Siria, James Jeffrey, tuvo que reconocer que Assad se va a quedar. "Queremos ver un régimen fundamentalmente diferente. Pero no es un cambio de régimen, no estamos tratando de deshacernos de Assad", explicaba Jeffrey al think tank estadounidense The Atlantic Council. En este contexto, Turquía es más útil que cualquier milicia rebelde, yihadista de línea dura, o nacionalista kurda.
También dejó claro James Jeffrey al Atlantic Council que su apoyo a las Fuerzas Democráticas Sirias es esporádico, en un claro intento de desmarcarse de ellos cara al inminente ataque turco. También lo ha hecho Donald Trump, quien ha afirmado en twitter que su única razón para seguir en Siria era derrotar al Estado Islámico; dejando entrever un abandono total a las YPG en el caso de que Turquía inicie una nueva campaña militar.
A nivel interno las cosas tampoco parecen marchar bien. La inestabilidad dentro del territorio que controlan es tal que además de la resistencia de algunas tribus árabes en Raqqa, también han aumentado el número de atentados. En Deir Ezzor las protestas tribales están a la orden del día, y es que en una aparente lucha contra el Estado Islámico, han abandonado la cuestión de la situación humanitaria y la reconstrucción de las ciudades. Todo esto mientras realizan reclutamiento forzoso de árabes que no quieren saber nada del proyecto del confederalismo democrático y a los que han estado enviando hacia una muerte segura contra el Estado Islámico como carne de cañón en Hajin.
Según diferentes organizaciones humanitarias, las YPG no son los "revolucionarios nobles" que pretenden aparentar. Hablamos de cambio demográfico, niños soldado, escudos humanos, cierre de escuelas… Esto hizo que medio millón de árabes decidiesen huir como refugiados hacia Turquía. Ahora Erdogan, que busca presentarse como el referente dentro del sunismo mundial, presenta la lucha contra las YPG como una forma de devolver a estas personas sus hogares.
Tampoco pueden pedir ayuda a otros nacionalistas kurdos más allá del PKK. El Gobierno Regional del Kurdistán iraquí, gobernado por el clan Barzani, tiene una relación nefasta con el PYD y las YPG. Tal es así que su ejército, los Peshmerga, han sido expulsados del norte de Siria gobernado por el PYD, también conocido como Rojava.
En este contexto Erdogan ha anunciado que la invasión de Rojava puede empezar en cualquier momento. El presidente turco asegura, además, que lo hará con el visto bueno de Donald Trump.
Y mientras las amenazas turcas parecen cada minuto que pasa más serias y reales, el Departamento de Estado de los Estados Unidos aprueba vender a Turquía misiles Patriot valorados en 3.500 millones de dólares. Lo que de primeras parece un simple acuerdo comercial, saca a relucir el nuevo acercamiento entre ambos países que, a bien seguro, se ha podido lograr con el sacrificio del peón kurdo.
Aprovechando el apoyo popular dentro del país, Turquía ya ha empezado a movilizar sus tropas hacia la frontera siria. Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, los turcos están desplegando drones que sobrevuelan el territorio de las Fuerzas Democráticas Sirias entre Kobane y Tal Abyad; posiciones que Erdogan reivindicó hace unos meses. En la región hay cerca de 2.000 soldados estadounidenses reconocidos, pero Recep Tayyip Erdogan asegura que no dispararán contra ninguno de ellos. Sería desastroso un ejército de la OTAN abriendo fuego contra otro ejército de la OTAN, aunque se vayan a enfrentar con un títere de la OTAN.
Los turcos también están movilizando a los rebeldes y yihadistas que respaldan en el norte de Siria. A pesar de las amenazas de Estados Unidos con una respuesta, el 'Ejército Nacional Sirio' (varias decenas de grupos rebeldes y yihadistas) ha anunciado en un comunicado que participarán en la batalla del norte de Siria contra las YPG.
Los nacionalistas kurdos se están quedando completamente solos. Solo les queda volver a intentar un acercamiento con el gobierno sirio. El problema radica en que no son capaces de ofrecer ninguna contraprestación que motive este acercamiento porque el avance turco se limitará a entre 15 y 40 kilómetros al sur de su frontera, por lo que los recursos que realmente interesan a Damasco seguirán en manos yanquis.
Las malas decisiones, el egoísmo, la ambición irracional, el aventurismo y unas alianzas tóxicas han dejado solos y sin aliados a los kurdos del PYD y las YPG. Turquía no tiene prisa para preparar su ataque. Erdogan lleva anunciando esta operación desde hace semanas, y en Afrín ya demostró que puede esperar hasta el momento oportuno en el que esté seguro de que podrá operar con total impunidad y sin una respuesta de las grandes potencias internacionales que se encuentran dentro de Siria.
Si Turquía cumple con sus amenazas, en cuestión de días, semanas o unos pocos meses a lo sumo, ni siquiera las montañas serán amigas de los kurdos. Las montañas y el desierto se convertirán en la tumba de su proyecto y de sus milicianos.
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