Los domingos de Díaz Rangel
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No me resulta fácil escribir esta última columna del año después de estar haciéndolo todas las semanas sobre los más diversos temas desde enero del año que se va. De manera que optaré por lo tradicional, los deseos para el año que entra desde pasado mañana.
El primero de todos tiene que ver con la situación económica y, particularmente, con los altos precios y la forma como van subiendo vertiginosamente. El Gobierno no ha terminado de ofrecer la lista de productos que después de reuniones con los empresarios, han acordado fijar sus respectivos precios, cuando apenas los anuncian, comienzan a subir, y no es que se quedan con ese primer incremento, sino que continúan en una incesante espiral incontrolada.
Como supongo que el alto Gobierno ignora lo que está ocurriendo y, seguramente, cree que los precios que la gente paga son los acordados, al hablar de la situación económica aseguran que todo va bien.
Para el año que viene deseamos que se informen de lo que está sucediendo y tomen las medidas correspondientes -incluida la detención de los culpables-, a ver si así es posible que los precios al menos no sigan subiendo, porque es ilusorio suponer que se respetarán los “acordados”.
Otra de las cuestiones es el de la inseguridad, porque las autoridades informan que han bajado los porcentajes de criminalidad, secuestros, robos, etc. y es posible que sea así, pero la percepción del ciudadano es distinta, la gente piensa que sigue siendo una situación por resolver, tales son los hechos delictivos que se repiten a diario en casi todo el país.
Y, finalmente, quisiera que en julio cuando Caracas cumpla años, la ciudad sea más vivible, sin huecos, con los semáforos funcionando, sin apagones ni cortes del servicio de agua. Sería el mejor regalo de cumpleaños para la ciudad y para quienes aquí vivimos. Y en todo el país que aumente la producción agropecuaria.
Para todos ustedes, consecuentes lectores, les deseo lo mejor para el año 2019. Sé que no es nada fácil, pero como se dice, la esperanza es lo último que se pierde.
El presidente Trump advirtió a los demócratas de la Cámara de Representantes, donde son mayoría, que si no aprueban el presupuesto para construir el muro, cerrará toda la frontera con México. El partido Demócrata no dice nada.
Hay denuncias porque en el Distrito Capital el Gobierno despidió a unos 50 empleados por organizar un sindicato, que ya estaba legalizado. Directivos y miembros de la Comisión Electoral quedaron fuera, pese a que todos son miembros de las UBCh y militantes del Psuv.
Clarines es una pequeña ciudad, en Anzoátegui, como muchas otras de Venezuela, con una particularidad: los Claps les llegan una vez al año y, por lo regular, los bachaqueros venden sus productos a precios delictuosos. Y hablando de perniles, miles de familias los recibieron, pero hubo muchas quejas por la deficiente distribución, demasiados se quedaron esperándolos. Y ¿será verdad que a cada uno tres estrellas les entregaron tres perniles?
¿Recuerda algún diciembre de cualquier año con la oposición tan callada como ahora? Unos porque están en el exterior, viviendo en dólares, por supuesto, y otros aquí sin saber qué hacer ni qué decir. Trágicos los momentos que viven.
Cierra otro año y cambian los gobiernos, pero la situación se mantiene igual en Colombia. Ni tan igual, porque bajo el neomandato de Duque han superado el promedio de líderes sociales y excombatientes de las Farc que han sido asesinados, con la mayor impunidad y ante la indiferencia de los organismos internacionales y de los defensores de los derechos humanos en el exterior.
El Mercantil sigue sin preocuparse por los pensionados, precisamente estos días de Navidad los escogió para entregarles sólo 2.000 bolívares, pese a las decisiones del Gobierno.
Estos fueron los libros que releí en el mes de diciembre: “Historia de una silla”, de Héctor Mujica, su primera incursión por la crítica histórica, a propósito de “Guzmán. Elipse de una ambición de poder”, de Díaz Sánchez; “El hombre de la levita gris”, de Enrique Bernardo Núñez y “Breve historia de la barbarie en Occidente”, de Edgar Morin, y de nuevas lecturas: “Los llanos: enigma y explicación de Venezuela”, de Adolfo Rodríguez, con la mayor documentación concebible; ”Las horas situadas”, del mexicano Leandro Arellano, con artículos y ensayos breves de variados temas y “El Soberbio Orinoco”, editado por Pdvsa en 2013 y repartido cinco años después en la Feria del Libro, con severos errores de impresión. Y ustedes tendrán que creerme que a estas alturas no hemos recibido un solo almanaque de 2019.
Nueva constitución
Concluyó el período de consulta del proyecto de constitución en Cuba; se realizaron decenas de miles de reuniones, y ahora será sometido a referendo el próximo 24 de febrero. Sorprendentemente, el artículo más discutido y más votado es el referido al matrimonio, que el proyecto aprobado en la Asamblea Nacional establecía que es la unión entre dos personas, pero 192.408 votaron por conservar el sistema original, de una unión entre un hombre y una mujer. Un retroceso. El otro artículo más votado fue el que limita el período del Presidente a una reelección: 88 mil 39 votaron por fijar un máximo de dos períodos. En total 134 artículos fueron reformados, algunos sólo de forma, y 87 quedaron iguales, tal como los aprobó la Asamblea Nacional. Se supone que el 25 de febrero Cuba amanecerá con una nueva Constitución
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