Última actualización: 25 junio 2018 13:39 GMT
Este lunes 25 de junio la principal central sindical lleva a cabo una protesta a nivel nacional en rechazo a la política económica del Gobierno.
Este lunes 25 de junio la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina lleva a cabo una huelga general. A la medida han adherido además otras centrales y sindicatos que no forman parte de la entidad como es el caso de las dos Centrales de Trabajadores de Argentina (CTA) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
La decisión había sido anunciada el 12 de junio, luego de que los dirigentes de la CGT suspendieran una reunión de negociación con funcionarios del Gobierno de Mauricio Macri. En conferencia de prensa Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales de la central sindical, argumentó que "los datos económicos, de empleo y que tienen que ver con los sectores más vulnerables son cada vez más angustiantes". Es por eso que resolvieron "declarar un paro para el día 25 de junio por 24 horas, sin movilización".
"Pedimos al Gobierno una rectificación de las políticas económicas y que tienen que ver con la administración del comercio exterior que está destruyendo a toda la industria", añadió Daer. Y, marcando uno de los puntos centrales de reclamo, exigió "libertad en la discusión" de las negociaciones salariales. "No pueden tener techo cuando la inflación, según los pronósticos, será del 25%", puntualizó el dirigente en referencia a la intención del Ejecutivo de no dar aumentos superiores al 15%.
Por su parte, en declaraciones radiales más recientes a la emisora Futurock, otro de los titulares de la CGT, Juan Carlos Schmid, auguró que los precios aumentarán más del 30% luego de las distintas corridas cambiarias que hubo en el país sudamericano.
Previo a la convocatoria de la huelga, los gremialistas habían elevado al gobierno un reclamo de cinco puntos. Los mismos eran: una norma para evitar despidos y suspensiones por seis meses; la reapertura de las paritariascerradas hasta la fecha; la eliminación del llamado Impuesto a las Ganancias que pagan muchos trabajadores; devolución de los fondos correspondientes a los gastos de salud de las obras sociales manejadas por los sindicatos; y un compromiso de no modificar la actual Ley de Contrato de Trabajo.
Sin transporte, servicios e industria
En Argentina, como en otros países del mundo, la contundencia de este tipo de medidas de fuerza cambia sustancialmente cuando participan los sindicatos del transporte. En este sentido, se espera que la jornada del lunes tenga notoriedad ya que tanto la Unión Tranviaros Automotor (UTA), que reúne a los trabajadores de autobuses, como la Unión Ferroviaria y La Fraternidad (maquinistas) adhieren a la medida.
De esta forma, incluso en aquellos sectores donde no se haya convocado la huelga, difícilmente haya actividad ya que las personas no podrán llegar a sus lugares de trabajo.
Además, tampoco funcionarán los bancos, puertos y aeropuertos. Los trabajadores aeronáuticos confirmaron que se sumaban a la protesta recién la última semana pero lo hicieron todos los sindicatos del sector por lo que se estima que entre 65.000 y 70.000 pasajeros que ya sacaron sus boletos de avión se vean afectados.
Por su parte también formarán parte de la jornada de reclamo el Sindicato de Camioneros, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Pasteleros, docentes de la Provincia de Buenos Aires, Telefónicos, Farmacéuticos, Luz y Fuerza, Prensa, entre otros.
Finalmente, en lo que respecta a la industria no trabajarán quienes estén afiliados a la histórica Unión Obrera Metalúrgica (UOM), así como tampoco lo harán los trabajadores del Tabaco, Frigoríficos y algunas seccionales del sindicato de la Construcción.
Un paro "contundente"
"Me da la impresión de que va a ser el paro más fuerte de los últimos años", opinó Schmid. Y no dudó en pronosticar que "va a ser el más contundente".
Por su parte el sociólogo y analista político Martín Ogando coincidió: "La huelga general convocada por todas las centrales sindicales para este lunes promete paralizar el país". En diálogo con este medio sostuvo que se trata de "una medida de fuerza en contra del modelo económico impulsado por el presidente Macri".
Si bien la CGT decidió no hacer ningún tipo de movilización, algunos gremios conducidos por la izquierda resolvieron salir a la calle y realizar cortes de distintas vías de circulación. "Nosotros proponemos un paro activo, con movilización, porque sabemos que solo una demostración de fuerza de los trabajadores puede poner el fin al plan de ajuste", declaró a La Nación el dirigente del Partido Obrero, Néstor Pitrola.
La realidad que empujó a la huelga
Para Ogando esta medida de fuerza fue "largamente postergada" por la central sindical. "Fue anunciada y pospuesta varias veces por una dirigencia de la CGT que se ha mostrado muy paciente y dialoguista con el gobierno", comentó. La conducción colegiada de Daer, Schmid y Carlos Acuña venía recibiendo fuertes críticas por este motivo de parte de distintos referentes como los líderes camioneros Pablo y Hugo Moyano o el bancario Sergio Palazzo.
"Los movimientos sociales y aquellas organizaciones que agrupan a los trabajadores y trabajadoras de la economía popular", como la CTEP, así como también el movimiento de mujeres, que viene de un triunfo por la media sanción de la ley de interrupción voluntaria de embarazo, "habían relegado a un segundo plano a los sindicatos tradicionales", completó el también profesor universitario.
Asimismo destacó que estas "tendencias conciliadoras" fueron "superadas por la realidad". Al respecto hizo mención a la inflación, que se calcula cercana al 30%, lo cual está muy por encima de los aumentos salariales acordados, que se ubican en el 15% y en varias cuotas. Es por eso que resaltó el acuerdo de más del 25% de incremento que consiguió el gremio de conductores de camiones, lo que "complicó el panorama para los dirigentes más timoratos".
"El acuerdo con el FMI terminó de aportar las condiciones para la huelga general", analizó Ogando en relación a las medidas que impone el organismo, que implican, "como ha ocurrido en Grecia, un fuerte ajuste sobre trabajadores y trabajadoras del Estado, reducción de gastos en educación y obra pública y compromisos de nuevas reformas laborales y provisionales". A esto hay que agregar "el peligro de recesión para el segundo semestre del año amenaza la supervivencia de miles de puestos de trabajo, sobre todo en el sector industrial".
Finalmente opinó que la incógnita es "qué ocurrirá después". Es que si bien el acuerdo con la entidad financiera internacional da al Gobierno cierto margen para buscar la reelección en las presidenciales de 2019, está sufriendo una "baja permanente en la popularidad desde diciembre del año pasado" y las condiciones impuestas por el préstamo no contribuyen a revertir eso. Macri tendrá "la difícil tarea de negociar un presupuesto con la oposición, porque no tiene mayoría en el Congreso", lo cual supone hacer co-partícipes a los opositores "de medidas muy impopulares, lo cual parece muy difícil". "Tiene que ajustar y ganar las elecciones, tarea titánica teniendo en cuenta los niveles de movilización de la sociedad argentina", concluyó Ogando.
Santiago Mayor
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