martes, 27 de enero de 2015

¿HABRÁ OTRA CRISIS FINANCIERA PEOR QUE LA DEL 2008?

Compilador: Germán Saltrón Negretti

El poco crecimiento mundial de la economía depende de los mercados cada vez más especulativos e inestables, solo el 30% de los bancos europeos, están capacitados para apoyar la economía real. El FMI alerta que los bancos Europeos siguen sin poder dar crédito. Un nuevo informe del FMI (Global Financial Stabilty Report, octubre del 2014) presentado hoy en Washington, seis años justos desde de la quiebra de Lehman Brothers, sostiene que los mercados financieros globales vuelven a tomar "riesgos excesivos", elevando los precios de acciones y bonos (y bajando los tipos de interés) hasta niveles insostenibles a la vez que bajan temerariamente las primas de riesgo sobre deuda arriesgada. 

Narcotizados por las enormes inyecciones de liquidez efectuadas por los grandes bancos centrales, para paliar el impacto en la economía real de la parálisis financiera del 2007-2008, los gigantescos fondos que dominan ya los mercados globales, empiezan a generar el peligro de otra crisis. Diez empresas de gestión de activos financieros que controlan activos por valor superior a 19 billones de dólares, lo que equivalente a la renta de todos los españoles durante más de 15 años, han concentrado sus inversiones en activos de riesgo, desde bonos basura hasta deuda soberana emergente. 

Existe una "elusión de liquidez", una percepción de seguridad eterna en los mercados de bonos que desvanecerá en el aire de la noche a la mañana, si ocurre un shock, quizás, provocado por la retirada de los estímulos monetarios adoptados después de la última crisis. Éste es el escenario inquietante que dibujó ayer el equipo financiero del Fondo Monetario Internacional dos días antes de su asamblea anual. Un dato importante en el nuevo informe es que el 70% de los grandes bancos europeos (y el 40% a escala mundial) "no pueden proporcionar crédito suficiente como para apoyar la recuperación". 

Es más, pese a los riesgos en las economías reales de estancamiento estructural de larga duración y deflación, -destacados por el economista jefe del FMI Olivier Blanchard los mercados bursátiles y de deuda han batido récords en una extraña euforia desconectada de la realidad económica. "Los inversores se están mostrando autocomplacientes", sentenció Viñals. "Lo que no tiene precedentes es que esto ocurre simultáneamente en casi todos los mercados", dijo. 

En algún momento, debido al fin de la expansión monetaria o tal vez un shock ucraniano, es probable que se produzca un "ajuste rápido en los mercados". Según los cálculos del FMI, este ajuste podría provocar una contracción del valor del mercado de bonos del 8%, unos 3,8 billones de dólares, en muy poco tiempo, advierte el FMI lo cual "desataría una perturbación significativa en los mercados globales". El fondo no va más lejos, pero en un momento de débil crecimiento, presiones deflacionistas y elevados niveles de endeudamiento, parece inevitable que semejante perturbación tendría consecuencias graves para el crecimiento y el empleo. 

Pese a la austeridad de los últimos años, el nivel de deuda tanto privada como pública es más alto ahora que el antes de la última crisis. En el 2008, la deuda total equivalía al 175% del PIB mundial; ahora rebasa el 210%", según el nuevo informe Ginebra, titulado "Deleveraging, what deleveraging?" (Desapalancamiento, ¿Qué desapalancamiento?). "Pese a lo que se piensa, el mundo no ha reducido su deuda en los últimos años, ya rebasa máximos históricos", advierte el informe. 

En segundo lugar, los mercados emergentes, el gran colchón para la economía mundial en el 2008, han perdido fuerza. En el escenario del ajuste rápido en los mercados, el FMI calcula que se produciría un aumento de la prima de riesgo de la deuda emergente de 200 puntos básicos. Debido a que existen cuatro billones de dólares invertidos por los fondos occidentales en los emergentes, dos veces más que hace diez años, "las salidas de capitales en ese escenario podrían ser significativas", advierte el FMI con su habitual tendencia al eufemismo. 

¿Cuándo puede ocurrir el próximo batacazo? Por supuesto, el FMI no lo dice. Pero el equipo macroeconómico del fondo cree que la Reserva Federal pondrá fin definitivo este mes al programa de compras de activos -la llamada expansión cuantitativa monetaria- puesta en marcha tras la quiebra de Lehman Brothers en octubre del 2008. Prevé un "liftoff" (despegue), según su propio término, desde los tipos cero a mediados del 2015. Si el "liftoff" evoca imágenes del trasbordador espacial, ¿por qué no ponemos la fecha 28 de enero para el inicio de la próxima crisis, la fecha del estallido del Space Shuttle Challenger?

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