Compilador: Germán Saltrón Negretti
Culmina la Cumbre climática de Varsovia 2013 (COP19) (durante dos
semanas del 11 al 22 de noviembre) con una decepción generalizada. La
Conferencia ha sido abandonada estos días por
133 países en desarrollo y por las ONG ambientales. El propio ministro
de Agricultura y Medio Ambiente español, Miguel Arias Cañete, ha señalado que
no se han hecho progresos suficientes para reducir las emisiones de gases contaminantes.
La XIX conferencia del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático o COP19, fue otra ronda de conversaciones de la ONU cuyo
objetivo era forjar un nuevo acuerdo mundial sobre el cambio climático; un
tratado para la lucha contra esta situación que entraría en vigor a partir de
2020. El evento reunió a más de 9.000 representantes de unos 190 países, entre
ellos 134 ministros de todo el mundo.
Aunque algunos científicos se muestran reacios a relacionar
directamente el cambio climático con fenómenos meteorológicos extremos, es
paradójico que la Cumbre se iniciara marcada por la tragedia del tifón en
Filipinas. “En solidaridad con mis compatriotas que están luchando para
encontrar comida que llevar a casa, voy a comenzar un ayuno voluntario por el
clima”, dijo al inicio de la Conferencia Yeb Sano, máximo representante de la
delegación filipina quien inició una huelga de hambre.
Durante la primera semana se dieron escasos avances en las
negociaciones, y el viernes, Japón, quinto mayor emisor mundial de CO2,
anunciaba que reducirá sólo un 3,8% sus emisiones en 2020 con relación a los
niveles del año 2005, un objetivo mucho menos ambicioso que el 25% anunciado
previamente por ellos. En la segunda semana, el escepticismo se adueñó hasta el
punto que, el miércoles, el bloque de 133 países en desarrollo se retiró de las
conversaciones en protesta por la renuencia del mundo rico a financiar los
daños y pérdidas que está causando el calentamiento global; y eso a pesar de
que al inicio del evento se había presentado un borrador para crear un
mecanismo destinado a solventar los daños y pérdidas que causan los desastres
atribuibles al cambio climático, publicó IPS Agencia de Noticias.
Las ONG ambientales que estaban presentes (entre las que se encuentran
Amigos de la Tierra, Greenpeace, WWF, Oxfam o la Confederación Sindical
Internacional) abandonaban también la Conferencia, en señal de protesta por la
"falta de avances" y por la propensión de los Gobiernos a abandonar
su "responsabilidad climática", informó Europa Press.
El ministro de Medio Ambiente de Polonia y presidente de la COP19
Marcin Korolec anunció que: “por primera vez en 19 años, desde que comenzaron
las negociaciones climáticas, representantes del comercio mundial formarán
parte de ellas”. Ahora se entiende las razones del fracaso de la Cumbre. En la
web de la COP19 se publicó que “doce compañías han decidido apoyar la
organización de la Conferencia del Cambio Climático COP19”; y en la lista de
empresas, se encontraba ArcelorMittal,
el gigante del acero que se ha beneficiado enormemente de los mercados de
carbono; Alstom, que planea construir la central de carbón más grande de
Polonia; PGE, el grupo energético de mayor envergadura de dicho país o la
petrolera LOTOS S.A, entre otras, ha denunciado Ecologistas en Acción.
Estados Unidos continúa dificultando la adopción de un acuerdo
internacional, resistiéndose categóricamente al concepto de responsabilidad
histórica por las emisiones contaminantes. El fracaso de esta cumbre demuestra
que “los responsables de la crisis climática conquistaron la convención”. Los
negociadores de los países del Sur presentes en la Conferencia rechazaron el
rol que se le ha dado en ésta conferencia al sector privado. De nuevo según IPS
Agencia de Noticias, éstos creen que están proliferando las propuestas de
recurrir al sector privado en busca de préstamos e inversiones para apoyar la
adaptación al cambio climático, en lo que Tosí Mpamu-Mpamu, negociador de la República Democrática del Congo y
expresidente del grupo de negociadores africanos, señaló que se ha producido un
cambio alarmante en la manera de financiar la respuesta al recalentamiento
planetario. “Ahora, los países industrializados están cediendo al sector
privado su responsabilidad de brindar financiamiento, tendencia peligrosa para
estas negociaciones”, afirmó.
Pascoe Sabido, del Observatorio Corporativo Europeo, ha afirmado que
las corporaciones que están destacando en la COP19 también son las mayores
emisoras de carbono y ha criticado a la ONU por aceptar que la conferencia sea
patrocinada por importantes contaminadores, como el gigante siderúrgico
ArcelorMittal y el Grupo Polaco de Energía, argumentando que estas compañías
estaban influenciando las negociaciones.
Hay que señalar una segunda paradoja: en la misma fecha de la COP19, se
ha celebrado también en Varsovia la Cumbre Mundial del Carbón, hecho contra el
que protestaron enérgicamente los ecologistas. “Organizar un evento de
relaciones públicas de la industria del carbón durante una conferencia sobre el
clima es una bofetada en la cara a todas las personas que sufren los efectos
catastróficos del cambio climático”, declaró Martin Káiser, jefe de la
delegación de Greenpeace Internacional en la Cumbre.
En conclusión, en la COP19 debería haberse trabajado sobre el acuerdo
climático que habrá de refrendarse en 2015 en París. Sin embargo, parece que no
hay esperanza. En la Conferencia sobre el Cambio Climático de 2009 en
Copenhague (COP15) –en la que se suponía se lograría un acuerdo internacional
legalmente vinculante en 2013, simplemente se amplió el Protocolo de Kioto
hasta 2020, con un débil compromiso de Estados Unidos, Rusia, Japón y Canadá,
que decidieron no respaldar la prórroga.
La actitud de los gobernantes en la COP19, parece temeraria a la luz de
los datos más recientes sobre los efectos del cambio climático en la Tierra: El
último Boletín Anual de la Organización Meteorológica Mundial muestra que el
efecto del calentamiento global en el clima aumentó un 32% entre 1990 y 2012; y
el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha
advertido hace sólo unas semanas que, de continuar como hasta ahora la presión
antropogénica sobre el sistema climático, el nivel del mar habrá aumentado 82
centímetros y las temperaturas podrían subir entre 0,3 y 4,8ºC para 2100.
En la COP19 no se avanzó ni en temas de compromisos de reducción del
nivel de contaminación, ni en cómo se van a evaluar éstos, pero se consensuó un
texto –tras cambiar el término “compromisos” por “contribuciones” del borrador
previo–, y se fijó un nuevo calendario para presentar dichas contribuciones, el
primer trimestre de 2015. Queda un largo camino para llegar a París 2015, fecha
en la que se deberá adoptar un acuerdo jurídicamente vinculante en materia de
emisiones, que entrará en vigor en 2020.
También se acordó crear un
‘mecanismo internacional de Varsovia’, cuya función será la de establecer
fondos institucionales que hagan frente a las pérdidas relacionadas con el
cambio climático y los daños asociados, especialmente en naciones en
desarrollo. Otra solución fue la última fase del mecanismo REDD+, que tiene
como objetivo la financiación de proyectos para acabar con la deforestación. El
acuerdo sobre REDD+ está respaldado por compromisos de 280 millones de dólares
en financiación, de los EE UU, Noruega y el Reino Unido. Por último, se anunció
que tras las cumbres del clima de Lima 2014 y París 2015, la siguiente tendrá
como país anfitrión a Senegal. Ban Ki Moon Secretario General de Naciones
Unidas siempre optimista dijo que el acuerdo de Varsovia es un paso importante
hacia adopción de tratado vinculante sobre las emisiones en 2015.
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