El Banco Mundial estima que el tope del G7 al petróleo ruso no funcionará por este motivo. Credito Sputnit.
© AP Photo / Michael Shtekel
El tope al precio del petróleo de Rusia propuesto por los países del G7 es un mecanismo que no ha sido probado y necesitará la participación de mercados emergentes y economías en desarrollo para alcanzar sus propósitos, apuntó el Banco Mundial.
En un informe Perspectiva de los mercados de materias primas, la entidad financiera expresó su valoración en torno a las restricciones contra Rusia impulsadas por Alemania, Reino Unido, Japón, Francia, Estados Unidos, Italia y Canadá, el llamado Grupo de los siete, además del impacto de la pandemia, la recesión y el conflicto en Ucrania en el ámbito.
El Banco Mundial hizo su afirmación en el marco de un análisis del comportamiento de los mercados petroleros, donde prevé una contracción en los próximos meses mientras se mantienen restricciones adicionales a las exportaciones rusas del combustible, además de que el fenómeno se suma al corte de producción que recientemente determinaron los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La liberación en Estados Unidos de reservas estratégicas de petróleo crudo, agregó el Banco Mundial, debe concluir este 2022, pues de continuar arriesgará las existencias estratégicas hasta conducirlas a niveles muy bajos.
"Entre los niveles bajos de inventario, la capacidad de producción de respuesta limitada y los eventos geopolíticos actuales, el mercado petrolero es susceptible de picos de precios. La materialización de algunos de estos riesgos podría intensificar los desafíos asociados con la seguridad energética en muchos países", abundó el Banco Mundial en su análisis, emitido este octubre.
La entidad financiera también estimó que los precios de productos agrícolas sólo se estabilizarán hasta 2024, luego de las afectaciones que el conflicto entre Rusia y Ucrania han generado a su producción de grano, clave en ambos países.
La interrupción de exportaciones alimentarias ucranianas y rusas, abundó, podría interrumpir los suministros globales, como sucedió al inicio del conflicto, iniciado en febrero de 2022, apuntó.
Estas adversidades se suman, señaló el Banco Mundial, a riesgos climáticos como el fenómeno de La Niña, que podría reducir los campos de granos clave de Sudamérica y el sur de África, mientras que un crecimiento menor al esperado sobre todo en China podría afectar el precio de algunas materias primas agrícolas, como el maíz y la soya, utilizados para alimentar animales.
8 de septiembre, 16:38 GMT
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