T/ Willian Rodríguez* F/ Cortesía E l 24 de diciembre del 2021 los trabajadores petroleros nos dieron una grata sorpresa, alcanzamos el millón cuarenta y tres mil barriles diarios, un pico de producción que terminó por destruir las voces agoreras de opositores y no opositores que se cansaron de afirmar durante todo ese año que no podríamos llegar ni a los quinientos mil barriles diarios.
Hoy con toda certeza, el propio reporte de la OPEP, reconoce la producción promedio venezolana para el mes de diciembre del año pasado en 871 mil barriles diarios. La Faja Petrolífera de Orinoco Hugo Chávez Frías, promedia el 50% de esa producción y Petrolera Sinovensa el 20% de la producción de la Faja, el reciente acuerdo con el Gobierno de Irán para suministrar la nafta que utilizamos como diluyente en la producción del crudo de la faja, nos permite estabilizar esta producción y planificar su incremento para coadyuvar en esta meta desafiante de alcanzar los 2 millones de barriles diarios para este año.
Estamos obligados a reactivar la producción de crudo en el norte de Monagas, es perentorio realizar una nueva evaluación de nuestros yacimientos, convocar a nuestros mejores ingenieros en petróleo y mecánicos, para definir la estrategia más viable y factible de explotación y producción de estos campos, cuyas condiciones físico químicas han variado en el tiempo. Plantearnos seguir inyectándoles gas y agua, puede terminar siendo un gasto de inversión que no arroje el mejor resultado.
De igual manera, necesitamos regresar al Lago de Maracaibo, aumentar su producción al menos en 250 mil barriles diarios, una de las tragedias, durante la gestión de Rafael Ramírez fue abandonar el mantenimiento y la exploración en nuestros campos tradicionales, esto hoy es una enorme necesidad, con la Refinería de El Palito recién salida de un mantenimiento correctivo y predictivo que cubrió más del 90% de su infraestructura, con la refinería de PLC en más de un 70% operativa y el esfuerzo inmenso que se está haciendo en el Complejo Refinador de Paraguaná (CRP), necesitan crudo mediano y liviano para su dietas.
Lamentablemente hasta que no terminemos la ampliación de la refinería de Puerto La Cruz (PLC), lo que se conoce como el proyecto de conversión profunda; ninguna de nuestras refinerías puede procesar el crudo pesado de la Faja, y aunque esta importante obra hecha en suelo venezolano, con tecnología nacional, tiene un avance de casi 70% de construcción y el 100% de su procura, para terminarla se necesita un inversionista dispuesto a invertir unos 3 mil millones de dólares. Una tarea compleja en el marco de esta guerra que en su fase inicial incluye un bloqueo unilateral, ilegal y criminal por medio de la adopción de las medidas coercitivas unilaterales a nuestra patria; bloqueando nuestras cuentas en el sistema financiero capitalista y cerrando las fuentes de financiamiento que son vitales en el negocio petrolero mundial.
Desde hace ya casi dos décadas, el negocio petrolero dejó de ser un problema técnico y de ingeniería, para convertirse en un importante negocio de ingeniería financiera, de allí nuestra enorme dificultad para conseguir fuentes de financiamiento, en un sistema económico mundial controlado por las potencias capitalistas hegemónicas del planeta. Pocas personas conocen que, este andamiaje jurídico de sanciones coercitivas y unilaterales suma las 522 medidas impuestas por la principal potencia militar y económica del planeta, que encarnando el imperialismo ha puesto especial énfasis en atacar nuestra industria petrolera, cerrando no solo las fuentes de financiamientos, dañando y destruyendo las alianza comerciales y la red de suministros de partes y repuestos, bloqueando y amenazando las flotas de barcos mercantiles, lo que dificulta y encarece notoriamente el flete marino para el transporte de nuestros hidrocarburos.
Gracias a la genialidad de Alí Rodríguez Araque y a la formación militar de Hugo Chávez Frías que diseñaron una estrategia de diversificación de nuestros mercados y de construcción de nuevas alianzas políticas y comerciales, la Comisión Alí Rodríguez Araque, y la Junta directiva de Pdvsa bajo la conducción de nuestro camarada Presidente Nicolás Maduro, ha podido romper el bloqueo y poco a poco construir nuevas alianzas que nos permiten ser optimistas en las metas trazadas. Especial reconocimiento debemos hacerle a nuestra clase obrera. En algún momento, todos los venezolanos debemos reconocerlos como los nuevos héroes y heroínas de la patria.
Nuestra clase obrera se ha fajado en esa nueva organización social que son los concejos productivos de los trabajadores y trabajadoras (CPTT), para resolver los problemas de ingeniería, técnicos, mecánicos, de mantenimiento y de procesos, para convertir mejoradores en refinerías intermedias, para sustituir y fabricar partes y piezas, para reflotar nuestra flota de lanchas y remolcadores, que hoy permiten mantener operativas nuestras refinerías y las unidades de producción.
Además la creciente tensión entre Rusia y EEUU, que tiene como campo de operaciones Ucrania y la OTAN, han acelerado una escalada repentina del precio del petróleo que amenaza con alcanzar la barrera de tres dígitos, la demanda energética que viene recuperándose después de su desplome por la pandemia del Covid-19, ahora enfrenta este escenario que amenaza el suministro energético en Euroasia y nos pone en el terrible escenario de una confrontación de potencias militares que tienen el poderío nuclear para destruir el planeta.
Si la estrategia de Rusia de retirar tropas en la frontera con Ucrania y las negociaciones de Francia y Alemania permiten bajar las tensiones militares, el precio del barril de hidrocarburos puede estabilizarse alrededor de los 90 dólares estadounidenses; lo cual constituye un incentivo para quienes quieran buscar oportunidades de negocio en Venezuela, y un buen momento para afianzar los planes de incremento firme y sostenido de nuestra producción.
Arrancar un plan audaz, sensato y coherente para poner en marcha el ejercito de talados de mantenimiento y de producción son cruciales en este desafío financiero, gerencial y de ingeniería que estamos inequívocamente obligados a llevar adelante con nuestros mejores talentos y en un encadenamiento productivo con las empresas del sector petrolero que creen en nuestro país y apuestan al crecimiento y fortalecimiento de la Patria de Bolívar y de Hugo Chavez Frias. CREDITO CORREO DEL ORINOCO.
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