A unos 80 kilómetros de la ciudad china de Shanghái hay una laguna artificial cuyo paisaje parece sacado de una película de apocalipsis zombi. Es que hace unos tres años se convirtió en el hogar de un portaviones soviético que ahora se está oxidando en sus aguas. ¿Cómo acabó el buque de guerra de la URSS abandonado en China?
El
Minsk fue puesto de quilla en un astillero soviético, situado en el
territorio actual de Ucrania, en 1972. Es el segundo barco de la clase
Kiev y fue puesto en servicio en la Armada Soviética en 1978.
Los
portaviones Kiev tenían 40.000 toneladas de desplazamiento y fueron
equipados con lanzadores para ocho misiles de crucero antibuque P-500 Bazalt
y dos torretas con cañones gemelos de 76 mm, entre otras armas. En sus
tiempos de servicio, el Minsk normalmente transportaba y operaba doce
aviones de salto Yak-38 y dieciocho helicópteros Ka-25/27/29.
Minsk
fue asignada a la Flota del Pacífico de la Armada Soviética y tuvo una
vida útil en gran parte sin incidentes al igual que sus barcos hermanos
Kiev y Novorossiysk. El cuarto portaviones de la clase Kiev, Bakú, se puso en servicio en 1987.
De buque de guerra a chatarra
Cuando
la Unión Soviética colapsó en 1991, la nueva Armada rusa tomó posesión
de los cuatro barcos de la clase Kiev, pero resultaron ser muy difíciles
y costosos de operar y mantener. Es que los astilleros donde se
construyeron y que tenían las instalaciones necesarias para realizar
reparaciones importantes se encontraban ahora en Ucrania, que se había
convertido en un país independiente.
Como
resultado, tres de los cuatro buques fueron vendidos como chatarra. Y
en 1995, Minsk y Novorossiysk habían llegado a Corea del Sur para el
desmantelamiento. La Armada rusa intentó regresar a servicio el Bakú, para entonces rebautizado como Almirante Gorshkov, pero en 2004 el portaviones fue vendido a la India, que lo sigue operando incluso al día de hoy.
El antiguo Novorossiysk fue finalmente desguazado en Corea del Sur en 1997, pero las protestas de los ambientalistas surcoreanos impidieron el mismo destino para el Minsk.
Primero fue vendido a una empresa china de desguace de barcos,
Guangdong Ship Dismantling. No obstante, una compañía que había ganado
su dinero principalmente a través de salas de videojuegos, llamada Si Ke
Investment Company, compró el barco con el propósito de construir un parque temático
a su alrededor. Los empresarios pagaron por lo que quedaba del Minsk
aproximadamente 4,3 millones de dólares, que equivale a unos 7,3
millones de dólares del 2021.
Kiev también se había vendido a otra empresa china con el objetivo declarado de convertirlo en una atracción turística.
De chatarra a un parque de diversión
El parque de diversión bautizado Minsk World
se inauguró en la ciudad de Shenzhen en el 2000. En la cubierta del
portaviones y en su interior fueron exhibidos los aviones de combate
chinos Q-5, los cazas MiG-23 y MiG-27 y los helicópteros Mi-24
de fabricación soviética. El origen exacto de estas aeronaves se
desconoce, pero se sabe que desde el final de la Guerra Fría fue posible
comprar los aviones militares soviéticos en el mercado abierto.
En
el buque también se exponían armas inertes o maquetas de las mismas,
incluidos misiles, bombas y torpedos, así como otros armamentos
soviéticos. Hubo también varias exhibiciones del Ejército chino. La
exposición del equipo militar normalmente fue acompañada por canciones y
bailes de artistas.
Los propietarios originales de Minsk World se declararon en quiebra en 2006. El parque fue posteriormente subastado a un holding de propiedad estatal, CITIC Group.
El hermano de Minsk, Kiev, a su vez, también se convirtió en un Parque de Aeronaves de Binhai, en la ciudad de Tianjin, a unos 160 kilómetros de Pekín.
¿De parque de diversión a buque de la Armada china?
Antes
de la apertura de Minsk World, algunos expertos y observadores habían
sugerido que la compra de los buques de guerra soviéticos por las
empresas chinas era una especie de subterfugio para crear sus propios
portaviones para la Armada del Ejército Popular de Liberación, escribió The Washington Post.
Casi
al mismo tiempo, otra empresa china con sede en Macao, que tenía
vínculos con la Armada, compró el portaviones inconcluso soviético Varyag,
de la clase Kuznetsov. El buque fue cedido a Ucrania tras la disolución
de la Unión Soviética; no obstante, el país detuvo la construcción
cuando estaba ya al 70%.
Los
expertos aseguraban que no era rentable restaurar al buque para ponerlo
en servicio y los propios compradores anunciaron los planes de hacer de
Varyag un hotel y casino flotante. No obstante, el portaviones fue
reacondicionado y terminado por técnicos chinos y en el 2012 entró en servicio de la Armada de China como un portaviones de la clase Liaoning, donde permanece en servicio hasta el día de hoy.
Sin
embargo, no hay indicios de que, de una forma u otra, la adquisición de
Minsk haya tenido algo que ver con las ambiciones de construir
portaviones del Gobierno chino o los intentos de ocultarlos bajo el
pretexto de un parque de atracciones.
Un destino sombrío
Pero si el Parque de Aeronaves de Binhai instalado en el Kiev permanece abierto hoy en día, no se puede decir lo mismo del Minsk.
Junto con las aeronaves en exhibición, el barco parecía estar cada vez más en la ruina incluso antes de que Minsk World cerrara definitivamente en 2016.
Entre
los años 2017 y 2018, el buque, repintado en algún momento, fue
trasladado a la laguna artificial cerca de Shanghái donde se encuentra
ahora. Había planes para abrir allí un nuevo Minsk World, pero esto
nunca ha sucedido por motivos desconocidos.
Cualquiera que sean los planes para los restos del Minsk, hoy el barco está completamente abandonado. En el 2019 un bloguero filmó el portaviones usando un dron. La grabación no mostró signos de actividad en el barco ni en sus alrededores.
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