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La
reforma tributaria propuesta por Iván Duque encontró un rechazo casi
unánime en Colombia y llevó a las centrales de trabajadores a convocar a
un gran paro nacional como los de 2019. La politóloga Laura Gil dijo a
Sputnik que la "desesperación" por la economía y la pandemia pueden
unirse para hacer que los colombianos salgan en masa a las calles.
Todavía
lejos de superar los peores efectos de la pandemia de COVID-19, los
colombianos transitan el mes de abril con la incertidumbre de cómo la
reforma tributaria impulsada por el Gobierno de Iván Duque impactará en
los bolsillos de las clases medias y bajas del país. Por lo pronto, el
proyecto del Gobierno ha provocado una convocatoria a un paro nacional el 28 de abril y, según los analistas, podría ser el mojón que indique el final del uribismo.
"¡Es
el momento de parar! Por vida, paz, democracia y contra el nuevo
paquetazo de Duque", reza la convocatoria lanzada por el Comité Nacional
del Paro, una articulación que incluye a las centrales de trabajadores
del país: la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Central de
Trabajadores de Colombia (CTC), la Confederación General del Trabajo
(CGT) y la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación
(Fecode).
Si
bien la convocatoria incluye formas de que los trabajadores apoyen
desde sus casas —con la colocación de carteles contra la reforma
tributaria o trapos rojos, un tradicional símbolo de protesta en
Colombia—, los dirigentes de las centrales de trabajadores no
descartaron que haya marchas en las calles, a pesar de las restricciones
a la movilidad dispuestas por el Ejecutivo colombiano.
En
diálogo con Sputnik, el dirigente de la CUT Wilson Ferrer explicó que
la reforma tributaria planteada por Duque es el punto cúlmine de las
diferencias que el Gobierno ha tenido con los trabajadores y que, si
bien se arrastran desde las movilizaciones de 2019, recrudecieron con la
llegada del coronavirus.
Ferrer
recordó que los trabajadores plantearon, al inicio de la pandemia, una
serie de propuestas, entre las que se destacaba la creación de una renta
básica para "que las familias más vulnerables tengan al menos garantía
para su alimentación".
El
dirigente remarcó que el Gobierno no solo no tomó en cuenta las
propuestas de los trabajadores, sino que implementó medidas que
consiguieron "agravar mucho más el estado económico de la nación". La propuesta de reforma tributaria de Duque, a consideración del Congreso,
llega en medio de esta tirante relación, con el objetivo de aumentar
los ingresos fiscales a costa de extender el Impuesto al Valor Agregado
(IVA) a algunos artículos de primera necesidad, entre otros cambios.
Según
Ferrer, la reforma generará un incremento en el precio de la canasta
básica para las familias más vulnerables, ya sea extendiendo el IVA a
artículos de consumo básico como el café o la sal —como trascendió en un
primer momento— o si se incrementa la carga tributaria a los
combustibles.
Además,
los trabajadores consideran que la reforma también oculta "elementos
laborales muy peligrosos para la población, como el congelamiento de los
salarios y los beneficios de los trabajadores estatales por cinco
años", según apuntó Ferrer.
Las
primeras evaluaciones del proyecto elaborado por el Gobierno convencen a
las centrales de trabajadores que la reforma no solo afectará a los
trabajadores más vulnerables sino también a la clase media, que según la
CUT es la que paga el 44% del IVA que recauda Colombia. Ferrer señaló que los que salen mejor parados son "los dueños del capital", que aportan solo el 11% de ese monto.
Los
sindicatos consideran, además, que el origen de este tipo de reformas
se vincula con la cercanía del Gobierno con organismos internacionales
como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que el país
sudamericano se incorporó en 2019 a instancias de Duque. Ferrer remarcó
que este tipo de reformas tributarias "son imposiciones" para que
Colombia pueda pertenecer a este "club de países ricos" a pesar de no
serlo.
¿Habrá un estallido social en Colombia?
A
pesar de que la pandemia se volvió la prioridad más urgente para
Colombia desde 2020, la convocatoria a un nuevo paro nacional trajo
reminiscencias de las movilizaciones que se sucedieron en los últimos
meses de 2019, cuando miles de colombianos marcharon en las principales
ciudades del país para rechazar las medidas económicas del Gobierno y
condenar la represión estatal y el asesinato de líderes sociales.
¿Es posible un nuevo estallido social en Colombia
en medio de la pandemia y a un año de las elecciones presidenciales de
mayo de 2022? La politóloga uruguaya radicada en Colombia Laura Gil dijo
a Sputnik que actualmente se combinan "varios factores" que permiten
pensar en una movilización masiva contra Duque.
ayer
En
primer lugar, la analista ironizó con que la reforma tributaria
propuesta por Duque logró "generar consenso" en Colombia: "Ni su propio
partido, el Centro Democrático, está de acuerdo".
Según
Gil, cuando Colombia requería una reforma tributaria estructural "que
simplifique el código tributario, elimine las grandes exenciones a
empresas y sea progresiva en sus tasas a las personas", el Gobierno de
Duque optó por el "camino contrario", sobrecargando las rentas laborales
de los asalariados y encareciendo servicios básicos como agua e internet.
"Lo
que hay es una excesiva carga en la renta laboral de los asalariados, a
los que les va a tocar pagar más en un momento en que todo el sector
formal está muy golpeado. Si esto va a lograr que la gente salga a las
calles o no depende de cómo se están combinando varias situaciones",
explicó la analista.
Gil
advirtió que la reforma tributaria suma un nuevo motivo a la
"desesperación" que las clases bajas y medias de Colombia tienen
producto del agotamiento provocado por el extenso confinamiento y por
los magros avances del plan de vacunación, que apenas ha abarcado al 5%
de la población y que ha tenido que cancelar fechas asignadas para
segundas dosis producto del desabastecimiento de vacunas.
"La
combinación de la desesperación por la vacunación con la provocada por
la reforma podría llevar a que la gente salga a la calle a marchar",
evaluó la analista.
Según
Gil, la movilización popular en las calles podría consolidar un peso
que no tendrían otras formas de manifestarse más respetuosas del
distanciamiento físico, como las campañas por redes sociales.
"Hasta
ahora nadie ha inventado cómo incidir en los gobiernos sin tomar la
calle. Desde las pantallas es muy difícil tener impacto sobre los
gobiernos y los gobernantes son plenamente conscientes de eso", sostuvo.
Para
Gil, la combinación de factores pueden facilitar movilizaciones masivas
a pesar de la conciencia de muchos colombianos de la importancia de
cumplir con las medidas sanitarias e incluso por sobre lo que consideró
como abusos de sus facultades excepcionales por parte del Gobierno de
Duque durante la pandemia.
16 de abril, 22:42 GMT
Con
nuevas elecciones presidenciales programadas para mayo de 2022, Gil
consideró que una fuerte movilización social podría representar el
"clavo final al ataúd del uribismo", el movimiento político liderado por
el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez y que tiene al actual presidente Iván Duque y al Centro Democrático como sus representantes más actuales.
De
todos modos, un escenario de movilización no asegura una victoria de la
izquierda colombiana, que según la analista deberá enfrentar el desafío
de "crear consensos" con la centroizquierda y la derecha moderada para
asegurar una victoria sobre la "base dura" del uribismo, que mantiene cerca del 30% del electorado
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