Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 12 de abril de 2021
- Llevamos siete semanas consecutivas en las que aumenta el número de casos y cuatro en las que aumenta el número de muertes. La semana pasada se registró el cuarto mayor número de casos en una sola semana hasta la fecha.
- Esto se produce a pesar de que se hayan administrado más de 780 millones de dosis de vacuna en todo el mundo. Esta enfermedad no es una gripe. Han muerto personas jóvenes y sanas. Todavía no conocemos del todo las consecuencias a largo plazo de la infección para aquellos que sobreviven.
- Aplicando medidas de salud pública de modo concertado y distribuyendo las vacunas de forma equitativa, podríamos controlar la pandemia en cuestión de meses.
Durante seis semanas consecutivas en enero y febrero se produjo una disminución de casos en el mundo.
Ahora llevamos siete semanas consecutivas en las que aumenta el número de casos y cuatro en las que aumenta el número de muertes.
La semana anterior fue la cuarta en cuanto al número de casos registrados semanalmente desde el comienzo de la pandemia.
Varios países de Asia y Oriente Medio han registrado un aumento importante en el número de casos.
Esto se produce a pesar de que se hayan administrado más de 780 millones de dosis de vacuna en todo el mundo.
No se equivoquen, las vacunas son una herramienta vital y poderosa. Pero no son la única.
Es algo que repetimos cada día, cada semana. Y que seguiremos repitiendo.
El distanciamiento físico funciona. Las mascarillas funcionan. La higiene de manos funciona. Ventilar funciona. La vigilancia, las pruebas, el rastreo de contactos, el aislamiento, las cuarentenas y la atención compasiva: todo funciona para impedir la infección y salvar vidas.
A pesar de ello, la confusión, el exceso de confianza y la incoherencia en las medidas de salud pública y en su aplicación están aumentando la transmisión y costando vidas.
Es necesario adoptar un planteamiento coherente, coordinado e integral.
Son muchos los países que han demostrado que se puede detener y contener la propagación del virus con medidas de salud pública de probado valor y sistemas sólidos de respuesta rápida y consistente.
Como resultado, muchos de esos países tienen controlada la pandemia y su población puede disfrutar ahora de eventos deportivos, conciertos y restaurantes y ver a sus familiares y amigos de forma segura.
La OMS no quiere confinamientos interminables. Los países que mejor lo han hecho son aquellos que han adoptado una combinación de medidas adecuadas, rápidas y basadas en datos probatorios.
También nosotros queremos que las sociedades y las economías vuelvan a la normalidad y que se reanuden los viajes y el comercio.
Pero en este momento, las unidades de cuidados intensivos de muchos países están desbordadas y hay gente muriendo, y esto es algo totalmente evitable.
En algunos países, a pesar de que el virus sigue transmitiéndose, hay restaurantes, clubes nocturnos y mercados abiertos y llenos de gente donde solo unas pocas personas toman precauciones.
Hay gente que parece pensar que siendo joven o relativamente joven no se corre peligro por contagiarse de COVID-19.
Esta enfermedad no es una gripe. Han muerto personas jóvenes y sanas. Y todavía no conocemos del todo las consecuencias a largo plazo de la infección para aquellos que sobreviven.
Muchas de las personas que han sufrido la enfermedad, incluso de forma leve, declaran padecer síntomas mucho después de la infección, por ejemplo fatiga, cansancio, obnubilación, mareos, temblores, insomnio, depresión, ansiedad, dolor articular, presión torácica, etc., síntomas todos ellos propios del síndrome denominado «COVID-19 prolongada».
La pandemia dista mucho de haber concluido. Con todo, tenemos muchas razones para ser optimistas.
La disminución de casos y muertes durante los dos primeros meses del año muestra que es posible detener el virus y sus variantes.
Aplicando medidas de salud pública de modo concertado y distribuyendo las vacunas de forma equitativa, podríamos controlar la pandemia en cuestión de meses.
Si lo hacemos o no depende de las decisiones y acciones que los gobiernos y las personas tomen cada día.
La decisión es nuestra.
Christian, le devuelvo la palabra.
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El Director General realizó las siguientes observaciones al final de la rueda de prensa
La pandemia de COVID-19 ha demostrado que la capacidad de fabricación mundial no es suficiente para suministrar vacunas y otros productos esenciales de salud de manera rápida y equitativa allí donde más se necesitan.
Hace unas horas me he reunido con varios líderes de África para debatir cómo puede aumentarse la producción local de vacunas.
Ha sido alentador escuchar a Rwanda, el Senegal y Sudáfrica hablar sobre los pasos concretos que han dado hasta la fecha para comenzar la producción a nivel local.
Al principio de la pandemia, los países africanos se unieron para acordar una solución coordinada para todo el continente, y ahora lo hacen para buscar una estrategia armonizada con la que ampliar la fabricación de vacunas.
Invertir en las autoridades normativas de los países y en soluciones para que la capacidad de fabricación nacional sea sostenible y segura es fundamental para poder ofrecer programas esenciales de inmunización y crear sistemas de salud sólidos y resilientes ante las inevitables emergencias de salud del futuro.
Para acometer esta empresa, la OMS y nuestros asociados han establecido un grupo de trabajo de fabricación COVAX con el que aumentar la oferta a corto plazo y construir también una plataforma de fabricación sostenible de vacunas, con miras a apoyar la seguridad sanitaria regional.
Lo que puede hacerse hoy, debe hacerse hoy.
La OMS también está preparada para proporcionar apoyo técnico inmediato a los países para que evalúen la viabilidad de producir vacunas localmente y accedan a tecnología y conocimientos técnicos.
También quiero expresar mi solidaridad con la gente de la isla caribeña de San Vicente que ha estado evacuando sus hogares por la erupción volcánica el fin de semana.
Según los expertos, es probable que se produzcan más erupciones, por lo que la OMS está preparada para apoyar al gobierno y al pueblo de San Vicente con todos sus medios.
Por último, me gustaría desear a todos los musulmanes un Ramadán Mubarak, Ramadán Karim.
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