jueves, 31 de diciembre de 2020

CHINA DEJA AL MARGN SU GUERRA COMERCIAL CON EE.UU. Y SE CENTRA A CONSOLIDAR SU POSICIÓN ECONÓMICA EN EL MUNDO. SPUTNIK.

 Banderas de Estados Unidos y China

ECONOMÍA
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China ya no prioriza las disputas comerciales con EEUU. Ahora el país se centra en aumentar su propia independencia económica, desarrollar el potencial del mercado interno e implementar políticas sociales para mejorar la calidad de vida de los chinos. Este nuevo enfoque podría ayudarle a consolidar su posición económica en el mundo.

El Ministerio de Comercio de China se centrará en desarrollar el consumo interno y estimular el poder adquisitivo y la demanda interna, declaró el nuevo titular de Comercio, Wang Wentao. La guerra comercial con EEUU ya no es una prioridad para el país, y el mercado interno es la base de una nueva estrategia de "doble circulación", afirmó.

Estos nuevos objetivos fueron indicados en el plan de desarrollo quinquenal, que se publicará oficialmente en marzo del 2021 y que China estuvo desarrollando en el 2020, en medio de las difíciles condiciones económicas relacionadas con la pandemia de COVID-19.

En el primer trimestre la economía del país se redujo en una cifra récord de 6,8% a causa de un paro masivo de la actividad productiva y comercial debido a las duras medidas de cuarentena adoptadas por las autoridades chinas. Sin embargo, el gigante asiático logró controlar la propagación del coronavirus de manera más efectiva y rápida que otros países desarrollados, explica a Sputnik el colaborador científico del Instituto de Estudios Financieros de Chongyang de la Universidad Popular de la República Popular China, Liu Ying.

Las decisivas medidas antiepidemiológicas permitieron al país asiático restablecer la actividad comercial y volver a la normalidad. El índice de gestores de compras PMI, que evalúa la actividad comercial en el sector productivo de China, cayó a 35,7 puntos solo en febrero (el valor de PMI por debajo de 50 significa una reducción en la producción). Pero en marzo este índice se volvió a disparar hasta 52. Además, los indicadores económicos chinos mejoran cada mes. En noviembre, por ejemplo, el PMI alcanzó los 52,1%

Según los datos publicados por la Oficina Estatal de Estadísticas de la República Popular China, en noviembre las exportaciones aumentaron un 21,1% y las importaciones crecieron en un 4,5%. Las exportaciones de productos de la industria electromecánica de fabricación china entre enero y noviembre ascendieron a 1,37 billones de dólares y crecieron 4,3% en comparación con el mismo período del año 2019. En el contexto de la pandemia del coronavirus, China también aumentó las exportaciones de productos médicos y equipos de protección personal. En los primeros 11 meses del año 2020, las exportaciones de esta categoría de bienes crecieron 42,5% en términos interanuales.

Sin embargo, no todos los países, como China, pudieron hacer frente rápidamente a la pandemia, lo que afecta su actividad económica. Dado que China está fuertemente integrada en el comercio mundial y las cadenas de creación de valores, esta situación plantea riesgos adicionales para su economía. Además, la difícil situación epidemiológica en todo el mundo amenaza a China con otras infecciones importadas, considera el experto. 

En estas condiciones, China transformó significativamente su política económica. Por primera vez en el 2020 no se fijaron los objetivos de crecimiento. En lugar de los indicadores cuantitativos, China optó por el desarrollo cualitativo, las políticas sociales y las medidas para mejorar el nivel de vida real de las personas, lo que supone el cambio más importante, afirma Liu Ying.

"La característica más importante de la política económica de 2020 es el cambio de prioridades del desarrollo cuantitativo al cualitativo", asevera. 

En su nuevo plan quinquenal China no estableció valores objetivos para el crecimiento del PIB. Teniendo en cuenta el impacto de la crisis causada por la pandemia, destacó "seis garantías" y "seis estabilidades". Estas políticas incluyen el logro de objetivos tales como la garantía del empleo estable, del nivel de vida de los individuos, de la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro y la seguridad energética y alimentaria, explica el experto.

Una rápida recuperación económica no sería posible sin el apoyo del Estado, opina Liu Ying. Las autoridades chinas adoptaron un gran paquete de medidas fiscales y de otro tipo para estimular la economía, además aprobaron la emisión de títulos de tesorería especiales por un billón de yuanes (cerca de 153.100 millones de dólares) para combatir los efectos de la pandemia. El déficit presupuestario se incrementó por primera vez en varias décadas a 3,6% del PIB. Además, entre otras cosas, se recortaron las tasas impositivas, incluido el IVA.

A corto plazo, estas medidas resultaron ser efectivas, y ya en el segundo trimestre la economía comenzó a crecer. En el tercer trimestre su desarrollo  fue del 4,9%. Las medidas fiscales ayudaron a apoyar incluso a las empresas exportadoras, cuya demanda de productos aumentó en algunos países debido al paro de sus propias fábricas. 

Sin embargo, el año 2020 ha demostrado que, a largo plazo, China necesita buscar otras formas de garantizar el desarrollo económico y reducir su propia dependencia de los factores externos y los mercados. En primer lugar, no se sabe cuánto durará la pandemia en diferentes países y, en consecuencia, cómo se desarrollará la economía mundial. En segundo lugar, aunque el presidente electo de EEUU, Joe Biden, parece más predecible que su predecesor, aún existe un consenso bipartidista en Washington sobre la necesidad de contener a China, piensa el especialista.

Incluso si Biden elimina algunas medidas restrictivas o aranceles aduaneros, la relación chino-estadounidense no parece demasiado favorable para los próximos años, afirma Liu Ying. Según el experto, durante los últimos tres años, la dirección principal de la política económica china ha sido resolver las disputas comerciales con EEUU y restaurar la cooperación normal. Sin embargo, ahora las prioridades están orientadas a aumentar su propia independencia económica y desarrollar el potencial del mercado interno. 

Confiar en el potencial del mercado interno y el consumo es importante para China, no solo debido al deterioro de los mercados externos, opina Liu Ying. El nivel de vida en el país asiático está creciendo a un ritmo rápido. El PIB per cápita en el 2008 fue de 3.468 dólares, en 2011 fue de 5.618 dólares, en 2015 ascendió a 8.033 dólares. Según los pronósticos, para 2023, el nivel de vida en China aumentará significativamente: el país se unirá a la liga de estados de altos ingresos, el PIB per cápita promedio alcanzará los 28.000 dólares

Para evitar caer en la trampa del ingreso medio, cuando el costo de la mano de obra ya no puede crear una ventaja competitiva para China en los mercados de exportación, el país necesita aprovechar el potencial de una clase media en rápido crecimiento para impulsar el desarrollo económico y mejorar aún más el nivel de vida de las personas, afirma el experto. 

La implementación de una estrategia de "doble circulación" y la reforma de la estructura económica en el próximo quinquenio ayudarán a China a consolidar su posición en el mundo. Si todo va según lo planeado, China superará a EEUU en términos de volumen económico y se convertirá en un líder mundial para el año 2028, pronostica el Centro de Investigación Económica y Empresarial de Londres (CEBR).

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