lunes, 30 de septiembre de 2019

TRUMP SE REÚNE CON LOS GOLPISTAS DE VENEZUELA Y CUBA.

Resumen Latinoamericano*, 29 de septiembre de 2019.-
«No podemos permitir que las fuerzas del socialismo se consoliden, el futuro de este hemisferio no estará descrito por dictadores. Venezuela y Cuba finalmente sabrán lo que es la libertad», declaró Donald Trump en una reunión con representantes de Juan Guaidó y presidentes de América Latina, como Lenín Moreno de Ecuador, Iván Duque de Colombia, Jimmy Morales de Guatemala, Sebastián Piñera de Chile, entre otros que conforman el autodenominado Grupo de Lima.  
Luego, el presidente estadounidense aplaudió a Julio Borges, «comisionado para relaciones exteriores» de Guaidó, cuando este dijo: «hay personas que se escandalizan cuando decimos que no se puede descartar ninguna opción. Dicen que es peligroso. Pero lo verdaderamente peligroso es que América Latina siga con esa herida abierta que significa el régimen de Maduro».
De la reunión participaron los países del Grupo de Lima (Foto: Reuters)
En el espacio, el presidente Iván Duque llamó a reforzar el «bloqueo diplomático» contra Venezuela en la línea de Trump de «aislar a Maduro».  Como fue público y notorio, en su afán de ser un alumno obediente, el mismo Duque cometió el exabrupto de mostrar fotos de campamentos del ELN en Venezuela en la ONU, intentando encubrir que habían sido sacadas en Colombia.
Uno de los argumentos utilizados para justificar las agresiones contra Venezuela es el supuesto «vínculo» del Gobierno de Venezuela con la guerrilla del ELN y las FARC que retornó a las armas. En la ONU, Duque descalabró este expediente pre fabricado, con el que planeaba hacer su presentación ante la diplomacia mundial, luego de haber servido de excusa en la Organización de Estados Americanos para invocar Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
En este contexto, la reunión de Trump con los representantes de Guaidó  y los presidentes del Grupo Lima sirvió de paso previo al lanzamiento de una nueva ronda de sanciones contra la República Bolivariana y países aliados como Cuba. 
Trump, además, utilizó el acto para sobreactuar su interés por la «libertad» de Venezuela, después de las conocidas diferencias con su ex asesor de seguridad nacional, John Bolton, sobre la «opción militar» para el caso venezolano.
De esta manera, Trump busca hablarle, más que nada, a su electorado de La Florida para mantener la expectativa sobre la firmeza de su posición respecto al país. La Florida, como es sabido, es uno de los distritos clave para la elección presidencial de 2020, cuya campaña acaba de iniciar con un pedido de impeachment en su contra.
AYUDA A LA OPOSICIÓN Y UNA NUEVA RONDA DE BLOQUEO
Carlos Vecchio, representante de Guaidó en Estados Unidos, y Julio Borges, el canciller fake del militante de Voluntad Popular participaron en la reunión como quienes presentan un balance del año para luego pedir más dinero.
Como es frecuente, el antichavismo utiliza estos espacios para recolectar fondos que luego servirán a cada uno de sus miembros para posicionarse en el espacio opositor.
Los dos representantes de Guaidó, justamente, fueron los que acompañaron a Mark Green, director interino de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), cuando anunció el envío de 52 millones de dólares. «Este dinero es para ayudar a los venezolanos a trabajar en la recuperación de su democracia, y asegurar las provisiones en salud para su población», afirmó Green, obviando que más de cinco mil millones de dólares para alimentos y medicinas del país se encuentran retenidos en bancos internacionales por las sanciones. 
Dirigentes de la oposición se reunieron con el director de la USAID antes de que se anunciara el desembolso de 52 millones.
En este contexto, Trump firmó una proclamación que restringe el ingreso a Estados Unidos de altos funcionarios de Venezuela (de viceministros hacia arriba), militares de alto rango, miembros de la Constituyente y ciudadanos extranjeros que «apoyen al régimen». La medida, además, alcanza a los familiares de las personas antes mencionadas. 
También en la misma línea, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a cuatro empresa navieras relacionadas con Venezuela.
Según la OFAC, la medida fue tomada porque estas transportaron petróleo venezolano a Cuba. Sin embargo, agresiones de este tipo no han podido detener los envíos de petróleo a Cuba, según la agencia Reuters. Lo cierto es que sanciones a navieras complican la contratación de compañías dispuestas a transportar petróleo venezolano por temor a represalias de Washington.
Las tres medidas combinadas con el discurso beligerante de Trump implican un paso más en la criminalización total del país de una forma arbitraria y violando el derecho internacional. Esto significa que Estados Unidos apunta a una consolidación de su política de proyectar al Estado venezolano como uno «forajido» para su aparato de seguridad. El ejemplo más práctico es la prohibición de ingreso al país de altos funcionarios, militares y extranjeros vinculados al Estado venezolano. 
La nueva ronda de sanciones a navieras, por otro lado, van en el mismo sentido del bloqueo financiero: la búsqueda de cortar por completo al Estado venezolano de su principal fuente de ingresos, la venta de petróleo. Ese es el reflejo más demostrativo de lo que para Trump significa aislar a Venezuela, un país que históricamente ha dependido de todos los flujos navieros y financieros que Estados Unidos intenta interrumpir por completo. 
La complicación que afronta Estados Unidos para trasladar esta lógica carcelaria a la esfera internacional es que, precisamente, carece de base jurídica para hacerlo. La imposibilidad de mover el expediente venezolano en el Consejo de Seguridad de la ONU es lo que explica que, de forma ilegal, instrumentalice el TIAR para sancionar al país. 
*Fuente: Misión Verdad

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