PASCUALINA CURSIO AFIRMA QUE EL IMPACTO DE LA GUERRA ECONÓMICA HA SIDO DE
117.110 MILLONES DE DÓLARES.
EL CAMBIO DEBERÍA SER DE 780
BOLÍVARES SOBERANOS. El Producto Interno Interno Bruto, PIB, ha caído
47%, del cual 23% fue en 2018, cuando el ataque a la moneda fue brutal, son
algunos de los números e indicadores aportados por la profesora e investigadora
Pasqualina Cursio, en la Casa de la Historia Insurgente, durante el ilustrativo
conversatorio sobre el impacto de la guerra económica contra Venezuela.
En su disertación la
investigadora de la Universidad Simón Bolívar, quien desde hace algún tiempo
viene desmontando los argumentos de los economistas de la derecha, de los
políticos de la oposición y del empresariado privado, ubicó el inicio de la
guerra económica cuando Hugo Chávez accede a la Presidencia de la República y
Venezuela decide iniciar un rumbo distinto al capitalismo. “Comienzo diciendo”
advirtió Pasqualina, “para que no haya dudas que estamos en guerra, que no es
solo económica. Y lo hacemos porque nosotros diferenciamos guerra económica de
crisis económica. Estamos en una guerra económica en el marco de una guerra no
convencional.
Las guerras convencionales
existen, no son tan visibles porque estamos acostumbrados a misiles, bombas,
armas. Pero las guerras convencionales existen, y en ese marco nos encontramos
nosotros. No desde ahorita, sino desde el año 1999, por lo menos, porque ese
año comenzamos a ser una amenaza inusual y extraordinaria. No fue desde 2015
con el decreto de Barack Obama, fue desde 1999 cuando decidimos como pueblo ser
libre e independiente, y por eso comenzamos a ser amenaza al avanzar hacia un
modelo distinto, alternativo al capitalista; eso le genera mucho miedo, mucho
temor a los grandes capitales, por eso somos amenaza”.
Expresó que al avanzar por el
rumbo del socialismo del siglo XXI, estábamos diciendo que somos soberanos,
independientes en las decisiones que hacemos con nuestras riquezas; allí se
origina el conflicto. Confesó que si bien es cierto tenemos la primera reserva
de petróleo del mundo, y la primera de oro, el origen del conflicto se debe al
giro que dimos como pueblo en 1999, y ello es lo que constituye la “amenaza
inusual y extraordinaria”. Afirmó que era importante conocer el comienzo del
conflicto para avanzar en el análisis. Detalló, al revisar las intervenciones
estadounidenses en Latinoamérica, que países como Cuba, Nicaragua, Chile, no
cuentan con grandes riquezas minerales. “El origen del conflicto es ese miedo
que tienen los grandes capitales hacia un sistema distinto al capitalista. No
se puede permitir que se consoliden los logros de un sistema diferente. En ese
marco hay que precisar cuál es el enemigo.
Hay que tenerlo siempre presente.
No es solo Juan Guaidó ni Capriles ni Leopoldo López ni Voluntad Popular ni
Primero Justicia. Ellos están ahí haciendo un mandado. Tampoco es Trump ni
Obama cuando firmó el decreto, ni Nixon cuando pidió hacer chillar la economía
en Chile ni Ronald Reagan en los 80 contra los sandinistas. Ellos son voceros
de los grandes capitales. Entonces el enemigo es el imperialismo o los grandes
capitales industriales, financieros, y añadimos ahorita los comunicacionales.
Ubiquemos allí el origen del conflicto”, sentenció. Acerca de las guerras no
convencionales dijo que se caracterizan porque no están reconocidas por la ONU,
de allí que no estén reglamentadas como sí lo están las convencionales, en las
que no se pueden utilizar algunos tipos de armas ni acciones, ni se puede disparar
contra la población civil ni bombardear ciertas zonas. Las guerras no convencionales son encubiertas;
no se le ve el rostro al que está detrás. Explicó que hay diferentes tipos de
guerras no convencionales. Unos las llaman híbridas, otros, guerras totales. En
la última definición se le presenta como “Guerras totales perpetuas”. EL ALMIRANTE CURTIS La expositora presentó
extractos del Departamento del Ejército de Estados Unidos (Manual TC 1801) en
el que definen a la guerra no convencional como “El conjunto de actividades
dirigidas a posibilitar el desarrollo de un movimiento de resistencia o la
insurgencia para coaccionar, alterar o derrocar un gobierno o tomar el poder
mediante empleo de una fuerza de guerrilla auxiliar y clandestina en un
territorio enemigo”.
Detalló que ese manual establece
la guerra no convencional con generación de violencia, como lo vimos aquí con
las guarimbas en 2014 y 2017, con otras armas de tipo psicológico, militar,
político. Ese manual lo han aplicado en todas sus formas en Venezuela. Cito un
extracto del año 2016, del “almirante Curtis”, jefe del Comando Sur, acerca de
la operación libertad en Venezuela. “Especial interés”, dice el documento
filtrado, “adquiere en las actuales circunstancias posicionar la matriz de que
Venezuela entre en una etapa de crisis humanitaria por falta de alimentos, agua
y medicamentos. Hay que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela
está cerca del colapso y de implosionar demandando de la comunidad
internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar
vidas”.
Señaló Pasqualina que ese
discurso de la crisis humanitaria no es casual; forma parte del Manual de la
Guerra no Convencional. Ellos generan la crisis y luego posicionan el discurso
para responsabilizar al Estado, a Nicolás Maduro, al socialismo como culpables
de la crisis humanitaria y de que el modelo haya fracasado. En el documento
igualmente se propone endurecer la condición de las Fuerza Armada para llevar a
cabo un golpe de Estado, así como generar condiciones para desmotivar a los
profesionales y provocar la emigración.
En el sector económico se procura
obstruir las importaciones y desmotivar a posibles inversores internacionales.
En general el Comando Sur propuso incrementar la inestabilidad interna a
niveles críticos de descapitalización del país, la fuga del capital extranjero,
el deterioro de la moneda nacional mediante la aplicación de nuevas medidas
inflacionarias. La profesora afirmó que el desabastecimiento programado e
intensivo de bienes esenciales, aplicado intensamente desde 2013, no era nuevo;
esa arma la venía ensayando desde 2007, cuando, en el marco de referéndum por
la reforma constitucional, desapareció el arroz, la harina, la leche, el
azúcar, el café; rubros que aparecieron cuando se perdió la consulta. “En 2010
también escondieron los productos, fue cuando Chávez le dijo a la Polar que
estaba escondiendo la harina, si sigues escondiendo la harina te voy a
confiscar la empresa. Mágicamente la harina apareció”, expresó.
En 2013 intensificaron la guerra
económica con los alimentos, los productos de higiene. En 2014 lo hicieron con
casi todos los medicamentos. Afirmó la ponente que se trata de
desabastecimiento programado, selectivo, vinculado a todos los momentos de
crispación política, a elecciones. “La característica es que algunos productos
están concentrados en empresas transnacionales; se montan en lo que nos hace
vulnerables. Si los bienes de primera necesidad, arroz, harina, pasta,
margarina, están concentrados en dos empresas, eso nos hace vulnerables. Si los
productos de higiene están en algunas empresas. La economista e investigadora
señaló, en la Casa de la Historia Insurgente, que era vital, para vencer la
guerra económica, aumentar la producción petrolera, fortalecer el bolívar a
través del oro, aumentar las reservas internacionales, no comprar maquinaria
estadounidense, fortificar la producción nacional.
Desde 2013, cuando se implementa
el control cambiario, al sector privado se le han entregado 340 mil millones de
dólares, y desde 1970 los empresarios criollos han recibido 695 mil millones de
dólares; la guerra económica contra Venezuela ha impactado la economía en una
cantidad de 117.110 millones de dólares: el ataque a nuestra moneda ha sido por
un orden de 7.914.449.324”.
Ese manual lo han aplicado
en todas sus formas en Venezuela. Cito un extracto del año 2016, del “almirante
Curtis”, jefe del Comando Sur, acerca de la operación libertad en Venezuela.
“Especial interés”, dice el documento filtrado,
“adquiere en las actuales circunstancias posicionar la matriz de que Venezuela
entre en una etapa de crisis humanitaria por falta de alimentos, agua y
medicamentos. Hay que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela
está cerca del colapso y de implosionar demandando de la comunidad
internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar
vidas”.
Señaló Pasqualina que ese
discurso de la crisis humanitaria no es casual; forma parte del Manual de la
Guerra no Convencional. Ellos generan la crisis y luego posicionan el discurso
para responsabilizar al Estado, a Nicolás Maduro, al socialismo como culpables
de la crisis humanitaria y de que el modelo haya fracasado. En el documento
igualmente se propone endurecer la condición de las Fuerza Armada para llevar a
cabo un golpe de Estado, así como generar condiciones para desmotivar a los
profesionales y provocar la emigración. En lo económico se procura obstruir las
importaciones y desmotivar a posibles inversores internacionales.
En general el Comando Sur propuso
incrementar la inestabilidad interna a niveles críticos de descapitalización
del país, la fuga del capital extranjero, el deterioro de la moneda nacional
mediante la aplicación de nuevas medidas inflacionarias. La profesora afirmó
que el desabastecimiento programado e intensivo de bienes esenciales, aplicado
intensamente desde 2013, no era nuevo; esa arma la venía ensayando desde 2007,
cuando, en el marco de referéndum por la reforma constitucional, desapareció el
arroz, la harina, la leche, el azúcar, el café; rubros que aparecieron cuando
se perdió la consulta. “En 2010 también escondieron los productos, fue cuando
Chávez le dijo a la Polar que estaba escondiendo la harina, si sigues
escondiendo la harina te voy a confiscar la empresa. Mágicamente la harina
apareció”, expresó. En 2013 intensificaron la guerra económica con los
alimentos, los productos de higiene. En 2014 lo hicieron con los medicamentos.
Afirmó la ponente que se trata de desabastecimiento programado, selectivo,
vinculado a momentos de crispación política, a elecciones. “La característica
es que algunos productos están concentrados en empresas transnacionales; se
montan en lo que nos hace vulnerables. Si los bienes de primera necesidad,
arroz, harina, pasta, margarina, están concentrados en dos empresas, eso nos
hace vulnerables. Si los productos de higiene están en manos de pocas empresas.
Ese manual lo han aplicado en todas sus formas
en Venezuela. Cito un extracto del año 2016, del “almirante Curtis”, jefe del
Comando Sur, acerca de la operación libertad en Venezuela. “Especial interés”,
dice el documento filtrado, “adquiere en las actuales circunstancias posicionar
la matriz de que Venezuela entre en una etapa de crisis humanitaria por falta
de alimentos, agua y medicamentos. Hay que continuar con el manejo del
escenario donde Venezuela está cerca del colapso y de implosionar demandando de
la comunidad internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y
salvar vidas”. Señaló Pasqualina que ese discurso de la crisis humanitaria no
es casual; forma parte del Manual de la Guerra no Convencional. Ellos generan
la crisis y luego posicionan el discurso para responsabilizar al Estado, a
Nicolás Maduro, al socialismo como culpables de la crisis humanitaria y de que
el modelo haya fracasado.
En el documento igualmente se
propone endurecer la condición de las Fuerza Armada para llevar a cabo un golpe
de Estado, así como generar condiciones para desmotivar a los profesionales y
provocar la emigración. En lo económico se procura obstruir las importaciones y
desmotivar a posibles inversores internacionales. En general el Comando Sur
propuso incrementar la inestabilidad interna a niveles críticos de descapitalización
del país, la fuga del capital extranjero, el deterioro de la moneda nacional
mediante la aplicación de nuevas medidas inflacionarias. La profesora afirmó
que el desabastecimiento programado e intensivo de bienes esenciales, aplicado
intensamente desde 2013, no era nuevo; esa arma la venía ensayando desde 2007,
cuando, en el marco de referéndum por la reforma constitucional, desapareció el
arroz, la harina, la leche, el azúcar, el café; rubros que aparecieron cuando
se perdió la consulta.
“En 2010 también escondieron los
productos, fue cuando Chávez le dijo a la Polar que estaba escondiendo la
harina, si sigues escondiendo la harina te voy a confiscar la empresa.
Mágicamente la harina apareció”, expresó. En 2013 intensificaron la guerra
económica con los alimentos, los productos de higiene. En 2014 lo hicieron con
los medicamentos. Afirmó la ponente que se trata de desabastecimiento
programado, selectivo, vinculado a momentos de crispación política, a
elecciones. “La característica es que algunos productos están concentrados en
empresas transnacionales; se montan en lo que nos hace vulnerables. Si los
bienes de primera necesidad, arroz, harina, pasta, margarina, están
concentrados en dos empresas, eso nos hace vulnerables.
En un momento de su intervención,
al hablar de la atroz manipulación cambiaria, Pasqualina Cursio dijo que de
acuerdo a cálculos hechos, el valor del dólar debería estar en 780 bolívares
soberanos por dólar. Entre otras consideraciones negó que seamos un país
monoproductor, ya que la industria petrolera produce solo el 15 por ciento del
total del país, pero sí somos mono exportador, ya que el petróleo aporta 95 por
ciento de las divisas.
Señaló que para vencer la guerra económica era
prioritario aumentar la producción petrolera, que es actualmente de 730 mil
barriles diarios; fortalecer el bolívar, ligándolo al valor oro; diversificar
nuestra industrial nacional. TECNOLOGÍA Y TRANSPORTE Con respecto al porqué no
se tumba el portal web que manipula el valor de la divisa, señaló que hay
aspectos tecnológicos, y si se tumba uno aparecen como 20. Aseveró que la
manipulación cambiaria a través de portales digitales es un arma muy poderosa
que, y que la iban a seguir usando. Más allá del método, del instrumento, se
trata de lo que está detrás. Propone fortalecer la moneda por distintas vías.
Una de ellas es aumentando las reservas internacionales con el oro que se
produce en el país y que el BCV lo compra en bolívares. Igualmente propuso
hacer un buen uso de la divisas para garantizar la producción nacional de forma
independiente. “Cuando revisamos las cifras del BCV”, refirió, “en cuanto a las
importaciones en Venezuela, el principal rubro de importación es el tema
tecnológico. Tecnológico y transporte. Si nosotros queremos producir de manera
independiente, tenemos que avanzar hacia nuestra propias tecnologías. No se
justifica, en el marco de la guerra económica, que sigamos comprándole equipos
a Estados Unidos para el sistema eléctrico o para la misma industria petrolera,
porque nos amarran con los repuestos, con los consumibles, con todo lo que está
detrás. Primero tenemos que migrar hacia otros mercados, pero además
desarrollar nuestra propia tecnología para lo cual necesitamos recursos, y los
recursos que necesitamos y que nos están llegando, entre otros, por las
exportaciones petroleras, por eso es clave en esto la exportación del petróleo.
CREDITO CORREO DEL ORINOCO.
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