El grupo que se llama Caravana a Canadá ha cruzado la frontera estadounidense en búsqueda de medicamentos baratos sin receta. Descubre "la crisis de insulina" que corroe EEUU desde dentro.
Su nombre era Smith-Holt, murió en 2017 a los 26 años en EEUU por verse obligado a racionar la insulina debido al alto costo, contó a Reuters su madre Nicole Smith-Holt, líder de la caravana autoproclamada.
Los precios de la insulina en EEUU casi se duplicaron en los últimos años, de un coste anual de 2.864 dólares para una persona con diabetes tipo 1 en 2012 a 5.705 dólares en 2016.
Según la activista Quinn Nystrom de Minnesota, el precio de la insulina en EEUU por frasco es de 320 dólares, mientras que en Canadá es de 30 dólares.
Esta vez en el grupo de Smith-Holt que viaja en un autobús hay alrededor de 20 personas, en su mayoría de Mineápolis y Minesota. En mayo la Caravana organizó otro viaje a Canadá por insulina, pero había menos gente. Y no siempre van al norte, también visitan México con este objetivo.
Estos viajes ya se han convertido en una tendencia. En mayo, la CBC informó que los farmacéuticos canadienses han visto un "resurgimiento silencioso" entre los estadounidenses que vienen a Canadá en busca de productos farmacéuticos más baratos.
La organización sin fines de lucro T1 International que representa Nystrom describe lo que está pasando en EEUU como una verdadera crisis de insulina.
"Sabemos que muchas personas no pudieron hacer este viaje porque no pueden pagar los costos asociados con viajar a otro país para comprar insulina allí", dijo Elizabeth Pfiester, directora ejecutiva de T1 International que aboga por un mayor acceso a los medicamentos para la diabetes tipo 1.
Las autoridades de EEUU no solamente se quedan pasivos ante el aumento de precios de insulina en su propio país, sino también impiden a otros países hacer tales compras. Como comunicó en el XXIII Foro Económico Internacional de San Petersburgo el vicepresidente para el Área Económica de Venezuela, Tareck El Aissami, Caracas no puede comprar en el extranjero insumos para sus 1,2 millones de pacientes ya que tiene secuestrados más de 30.000 millones de dólares en las cuentas en el extranjero, destinados a pagar medicinas y alimentos.
Gracias a la compañía farmacéutica rusa Gerofarm se ha encontrado una solución. Para 2020, está previsto organizar en Venezuela el embotellado de insulina a partir de sustancias suministradas desde Rusia. Gerofarm espera satisfacer las necesidades de todos los diabéticos de Venezuela.
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