¿Qué pasaría si Kim Jong-un decidiera arrasar Seúl?
Corea del Sur tiene previsto desarrollar su propio sistema de defensa aérea que tendría características similares a la Cúpula de Hierro de Israel. La meta es protegerse de posibles ataques norcoreanos de artillería en caso de un conflicto armado. Sputnik analiza qué tan efectivo sería el sistema en las realidades de la península.
El proyecto de la Cúpula de Hierro surcoreana tiene un presupuesto aprobado de 2,89 billones de wones, unos 2.560 millones de dólares. Su inicio está estimado para 2022 y podría ser completado para 2035, informó la Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa —DAPA, por sus siglas en inglés— citada por la agencia de noticias Yonhap.
Sin embargo, el plazo de 14 años es demasiado largo porque la amenaza que representa la artillería norcoreana es permanente y es posible que haya una crisis fronteriza antes de 2035. Ya hay precedentes: solo hace 11 años, en 2010, se produjo una seria crisis entre el norte y el sur cuando se realizó un intercambio de bombardeos entre el territorio norcoreano y la isla surcoreana de Yeonpyeong.
La situación en la península es muy volátil y nadie sabe cuándo Seúl necesitará una protección aérea. Existe un peligro constante para la capital surcoreana, ya que Corea del Norte mantiene unas 1.000 piezas de artillería emplazadas a lo largo de la línea de demarcación militar que la separa del sur. Entre ellas, lanzacohetes múltiples de 240 milímetros que apuntan directamente a Seúl y otras ciudades.
Para protegerse, Corea del Sur requiere un sistema fiable y lo necesita desde hace años, teniendo en cuenta las realidades militares de la península. Seúl incluso podría adquirir un sistema de defensa aérea en el extranjero para reducir los riesgos a corto plazo.
Actualmente, Corea del Sur tiene los sistemas de misiles antibalísticos THAAD estadounidenses desplegados en su territorio. No obstante, hoy en día Seúl busca obtener su propia arma —una que sea de nueva generación—, capaz de derribar los misiles de su principal adversario.
Una amenaza persistente
El principal problema de Corea del Sur tiene que ver con que su capital se encuentra a unos 25 kilómetros de la frontera con el norte. La megápolis de 25 millones de habitantes corre un riesgo constante de ser bombardeada.
A principios de la década del 2010, las autoridades surcoreanas barajaban la posibilidad de reubicar la capital del país a la ciudad de Sejong, en el centro del territorio nacional. Así se podría evitar que las instituciones gubernamentales estuvieran expuestas a un ataque en caso de un conflicto armado. Sin embargo, el proyecto no ha sido realizado completamente, aunque la propia ciudad sí ha sido construida.
Según la DAPA, el nuevo proyecto de la Cúpula de Hierro surcoreana busca desarrollar a partir de las tecnologías nacionales un sistema de interceptación que mejoraría las capacidades de respuesta a las amenazas de artillería enemiga. En particular, para proteger las instalaciones vitales e infraestructuras militares y de seguridad. Se trata de todo el país, no solo de Seúl y la zona fronteriza.
Pero, en cualquier caso, el problema persiste. Durante los últimos años, Pyongyang también ha estado trabajando en el desarrollo de nuevos tipos de lanzaderas y misiles balísticos de corto alcance. Así que, no se sabe con certeza qué tan efectiva será la Cúpula de Hierro surcoreana una vez completada.
Daños inevitables
Al mismo tiempo, en esta configuración, hay varios factores que hay que tener en cuenta como, por ejemplo, una ofensiva terrestre por parte de las tropas norcoreanas.
Esta podría hacer que la futura Cúpula de Hierro surcoreana sea inútil. Corea del Norte podría entrar en el sur con bastante facilidad, especialmente en comparación con la situación entre la Franja de Gaza e Israel. Los árabes simplemente no se atreverían a lanzar una ofensiva terrestre porque no disponen de recursos suficientes. En cambio, Corea del Norte sí podría tratar de invadir el sur.
No hay que olvidar que existen los llamados túneles de agresión. Seúl solo conoce la ubicación de cuatro de ellos. Sin embargo, se sospecha que hay muchos más y que Pyongyang podría usarlos para enviar sus tropas al sur de manera clandestina y tomar desprevenida a la cúpula dirigente del sur.
Los sistemas de defensa antiaérea salvarían a las ciudades del sur de la destrucción con misiles, pero no de la destrucción por combate urbano. En otras palabras, el nuevo sistema no excluirá el daño a las infraestructuras surcoreanas por completo, incluso si este es completado y entra en servicio. Además, no está claro si el proyecto tendrá la misma efectividad que su análogo israelí.
Esto significa que las autoridades surcoreanas tienen que fortalecer y modernizar no solo el componente antiaéreo, sino también otras ramas de su Ejército.
En cualquier caso, la guerra entre las dos Coreas es técnicamente posible, pero hoy en día parece bastante improbable. Lo cierto es que Pyongyang se arriesga a sufrir no menos daños que Seúl si el conflicto arranca.
Seúl, capital de Corea del Sur
© AFP 2021 / Ed Jones
No hay comentarios:
Publicar un comentario