¿Por qué Arabia Saudita puede desatar una nueva guerra petrolera?
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Tanto Rusia como Arabia Saudita están sufriendo económicamente las consecuencias de los bajos precios del petróleo, y ante una perspectiva poco probable de recuperación rápida de la demanda mundial del crudo por la pandemia de coronavirus, existe la posibilidad de que se desate una nueva guerra petrolera, admite el portal Oilprice.
La continua debilidad de los mercados de petróleo parece estar fomentando tensiones dentro de la OPEP+, lo que podría derivar en una inminente división dentro de su liderazgo. Desde el acuerdo alcanzado de este año sobre recortes en producción, las diferencias internas se han mantenido a raya gracias a la pandemia global de covid-19 y a los altos volúmenes de petróleo en almacenamiento.
Sin embargo, pese al optimismo generado en el sector por varios pronósticos alcistas sobre los precios del crudo para el próximo año, la realidad de los mercados de petróleo es poco prometedora.
La amenaza de nuevos cierres económicos en Europa, que afectarían a la demanda global y pasaría factura a la economía, sigue siendo real. Sin embargo, la OPEP+ parece ver las cosas de otro modo, "con la apertura una vez más de los grifos de petróleo en Arabia Saudita, Rusia y otros miembros", señala el medio.
Aunque el cumplimiento de los recortes de producción sigue situado en torno al 100 %, esta cifra caerá en los próximos meses.
Los niveles de almacenamiento de crudo permanecen altos, mientras el mundo está inundado de crudo y gas; razón por la que los corredores internacionales cuestionan abiertamente la iniciativa actual de la OPEP + de sacar crudo adicional al mercado.
En enero de 2021, los recortes de unos 10 millones de barriles al día caerán a 6 millones. Sin embargo, el pasado mes de mayo los expertos dijeron que los recortes existentes no son suficientes y que su relajamiento solo extendería la debilidad de los mercados.
Presión del mercado
Se trata de un momento alarmante para los dos arquitectos del acuerdo de la OPEP+. "Uno diría que Riad y Moscú se encuentran en una situación 'trampa 22', ya que, hagan lo que hagan, el mercado es demasiado débil para reaccionar y terminará dañando a ambos", indica Oilprice.
Los precios son demasiado bajos para sustentar la estrategia gubernamental de ambas naciones. No obstante, el presidente ruso, Vladímir Putin, cuenta con mayor maniobrabilidad que los gobernantes sauditas, porque su estatus de potencia global todavía abre puertas para hacer la vida más llevadera en los próximos meses.
Sin precios altos del crudo, no solo Saudi Aramco, la petrolera insignia saudita, está sufriendo, sino que también lo hacen la mayoría de los proyectos gubernamentales.
"Las finanzas del reino están pasando apuros, como demuestra el hecho de que el interés internacional por los bonos del Gobierno saudita (y ruso) está disminuyendo", nota Oilprice.
Opción antigua
A medida que se cierna la crisis interna, Moscú y Riad podrían seguir caminos diferentes. "Un enfoque más agresivo de Riad hacia su proporción del mercado y los precios no es impensable en absoluto", sugiere el medio.
Con presiones financieras internas y un desempleo creciente, los jóvenes líderes en Oriente Medio podrían "dejarse llevar por su corazón".
"Si la cooperación no rinde frutos necesarios, la antigua opción de una nueva guerra petrolera no es nada inimaginable", advierte el portal.
Según el medio, este escenario podría prevalecer en los próximos meses, así que los mercados de crudo deben estar preparados.
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