MONTEVIDEO (Sputnik) — La política exterior de Estados Unidos en los últimos cuatro años se ha caracterizado por la desconfianza hacia la ONU, escenario que podría cambiar si Joe Biden es elegido presidente en las elecciones del próximo 3 de noviembre, dijo a Sputnik el especialista en estudios internacionales, Santiago Caetano Grau.
"La política exterior de Trump ha sido de carácter transaccional y unilateral, recelosa de los organismos multilaterales por concebir que constriñen a los Estados Unidos en la consecución de su interés nacional", explicó a esta agencia el investigador la Facultad de Ciencias Sociales de la estatal Universidad de la República de Uruguay.
En el mandato de Trump, que comenzó en enero de 2017, Estados Unidos ha abandonado distintos organismos dependientes de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el Consejo de Derechos Humanos.
Esto se debe a que el Gobierno de Trump se inscribe dentro de lo que el internacionalista español José Antonio Sanahuja denomina como los "neo-patriotas" de derechas, es decir, gobiernos caracterizados por ser críticos con la globalización y el sistema multilateral en general, dijo el académico uruguayo.
Maestrando en relaciones internacionales por la universidad privada Flacso Argentina, Caetano Grau agregó que la prédica de Trump de "America First" (América Primero), "ha sido una reacción nacionalista frente a una globalización en crisis, de transición hacia la multipolaridad y con esquemas de gobernanza muy debilitados".
Estados Unidos anunció que abandonaría la Unesco el 12 de octubre de 2017 porque entendía que la organización necesitaba "una reforma fundamental" y porque esta tenía un "sesgo antiisraelí".
Israel también decidió retirarse de Unesco en 2018.
A su vez, en junio de ese año, Washington abandonó el Consejo de Derechos Humanos de ONU en apoyo a Israel.
El 29 de mayo pasado, el presidente de Estados Unidos declaró que su país rompía relaciones con la OMS, entre otras cosas porque entendía que el organismo necesitaba "mejoras sustanciales".
Además, Trump acusó a la OMS de estar controlada por China, a la que Washington imputa haber permitido la propagación mundial del nuevo coronavirus, causante de la pandemia COVID-19, que surgió en el país asiático en diciembre de 2019.
Demócratas
Por su parte, el Partido Demócrata afirma en su programa electoral que el país se volverá a unir a la OMS y al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en caso de que Biden sea electo presidente, y anunció que reformará estos organismos, "porque en una crisis sanitaria global y una recesión democrática mundial, el liderazgo de Estados Unidos se necesita más que nunca".
"Todo parece indicar que una eventual administración demócrata retornaría a la promoción del liderazgo norteamericano mediante el apego a las estructuras multilaterales", dijo Caetano Grau.
En este sentido, "se esperaría un reimpulso de los Acuerdos de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como el retorno al Consejo de Derechos Humanos y la OMS", agregó.
"La política exterior de Biden iría en el sentido de intentar restablecer la legitimidad del liderazgo de Estados Unidos para enfrentar los desafíos globales del mundo contemporáneo, a partir de una mayor presencia negociadora dentro de la ONU", opinó.
Relación ONU y otros presidentes
El especialista en estudios internacionales recordó que las relaciones entre Washington y la ONU también se vieron afectadas antes de Trump.
Respecto al vínculo con el Consejo de Seguridad de ONU, el académico indicó que el caso más reconocido es la controversia en torno a la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003, y la imposibilidad de otros miembros del organismo de impedirla.
También hay un precedente de Estados Unidos retirándose de la Unesco cuando el presidente Ronald Reagan (1981-1989) retiró al país del organismo, tras acusarlo de seguir una política favorable a la Unión Soviética en los años ochenta.
Caetano Grau cree que también "se podría mencionar el recorte de financiación por parte de la administración de Barack Obama (2009-2017) en 2011, como respuesta a la admisión de Palestina como miembro" de la ONU.
El especialista concluyó que los Estados poderosos siempre han tenido una relación compleja con los organismos multilaterales.
Por un lado, "sirven a su interés nacional en tanto que ofician como instituciones legitimadoras del liderazgo hegemónico en el sistema internacional", afirmó.
Pero, por el otro, la institucionalidad que emerge de estos organismos puede restringir el margen de maniobra o aumentar los costos políticos de las acciones unilaterales de aquellos países con mayores capacidades materiales, añadió.
Entre las tantas cosas en juego, el próximo 3 de noviembre los votantes estadounidenses estarán eligiendo también si su país continuará con esta tirante relación con la ONU o, si por el contrario, regresará a ser uno de los principales actores del organismo.
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