La Pandemia, Retos y Desafíos de la Sociedad
Oscar Martínez Peñate
Investigador
Académico de la
Escuela de Formación
Registral (ESFOR) del
Centro Nacional de
Registros (CNR) de El Salvador
Resumen
La
pandemia ha dejado al descubierto, necesidades y problemas sociales, asimismo, obligó
a los gobiernos dar respuestas inmediatas de corto y mediano plazo para evitar
el caos o la anomia social. El Covid-19, generó las condiciones hacia la
realización de cambios y transformaciones sociales, para que, de esta
incertidumbre y recesión, en lugar, de salir débiles se surja fortalecido. Los
sectores despreciados y abandonados del neoliberalismo, como la educación, la
salud, agricultura, la investigación científica, se convirtieron de forma
repentina en más que importantes, en estratégicos. La pandemia creó retos y
desafíos en la sociedad, en especial, en la economía, agricultura, salud,
investigación científica, los cuales, para ser solventados, se necesita que las
medidas estatales combinen la ayuda asistencialista con los cambios
estructurales, de lo contrario, se saldrá de la pandemia, en peores condiciones
de como se entró, y no se aprovechó la coyuntura histórica nacional e
internacional. La pandemia urgió de la modernización de las instituciones del
Estado, la digitalización de procesos y de los mecanismos tradicionales de
atención al público, la elaboración de la normativa que regule el teletrabajo,
la reactivación e industrialización del agro, la universalización de los
servicios médicos, convertir la investigación científica en eje transversal de
todos los niveles de la educación, regular y supervisar la calidad de la
educación en línea. Para la realización de este trabajo se consultó
repositorios académicos, también, se participó en conferencias y conversatorios
en línea. Covid-19, Pandemia, Teletrabajo,
Cultura virtual, Digitalización,
Abstract
The pandemic has exposed social needs and problems, likewise forced
governments to provide immediate short and medium-term responses to avoid chaos
or social anomie. The Covid-19 generated the conditions for the realization of
social changes and transformations, so that, from this uncertainty and
recession, instead of coming out weak, it emerges strengthened. The despised
and abandoned sectors of neoliberalism, such as education, health, agriculture,
scientific research, suddenly became more than important, strategic. The
pandemic created challenges and defiance in society, especially in the economy,
agriculture, health, scientific research, which, to be solved, it is necessary
for state measures to combine welfare aid with structural changes, otherwise,
the pandemic will emerge, in worse conditions than it was entered, and the
national and international historical situation was not taken advantage of. The
pandemic urged the modernization of State institutions, the digitization of
processes and traditional mechanisms of customer service, the development of
regulations that regulate telecommuting, the reactivation and industrialization
of agriculture, the universalization of medical services, make scientific
research a cross-cutting axis at all levels of education, regulate and monitor
the quality of online education. In order to carry out this work, academic
repositories were consulted, as well as online conferences and discussions.
COVID -19, PANDEMIC, TELECOMMUTING, VIRTUAL CULTURE, DIGITALIZATION.
Introducción
En este trabajo se
pretende identificar algunos de los principales retos y desafíos que se crearon
y otros que se evidenciaron con la llegada de la pandemia, los gobiernos les trataron
de dar respuesta inmediata, con el objetivo de disminuir el índice de
propagación; asimismo, las medidas económicas, que ipso facto se
adoptaron, pero sin paralizar completamente el sistema productivo, que
permitiera la supervivencia de los habitantes, en el contexto de cuarentenas y
leyes de emergencia. No obstante, lo anterior surge la pregunta ¿Cuáles son los
retos y desafíos que el Estado debe de superar pospandemia?
En este contexto, surge la necesidad de situar en este
lapso especial, la oportunidad de realizar ciertas modificaciones en las
estructuras del Estado, enfocadas en la modernización del mismo, que podría
conducir a una refundación, al modernizar procesos y dinámicas estatales, con
un abordaje de equidad y justicia. Es una oportunidad histórica para los
gobiernos, porque en tiempos “normales” no se podrían implementar de forma relativamente
expedita, sino, que demandarían un largo proceso, que generaría, cierta
conflictividad social.
Una de las limitantes de este trabajo, es que este
problema no ha sido investigado, la bibliografía que existe, ha sido escrita en
el desarrollo de la pandemia, por lo tanto, no es concluyente; no obstante, la
documentación coyuntural es abundante, y ha sido abordada desde diferentes
disciplinas. Para la obtención y la interpretación de los datos y de
información se consultaron informes, documentos, revistas, libros, periódicos,
etc., en repositorios de universidades, redes sociales de investigación
científica, Organizaciones No Gubernamentales y de organismos especializados de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU); asimismo, se participó en
webinars de instituciones académicas que abordaron la temática.
Entre los objetivos de este artículo es analizar como el
distanciamiento físico provocó un acercamiento virtual, y de cómo las
relaciones interpersonales tradicionales se transformaron en virtuales;
Estudiar como el teletrabajo fue adoptado por el sector público y privado, y su
incidencia en el aumento de la productividad; analizar que la educación y la
cultura virtual, desde ahora, es parte fundamental de su desarrollo e
innovación; explicar como la pandemia evidenció que la ciencia y la tecnología
son parte primordial del progreso nacional e internacional; exponer la
necesidad de la transformación digital de la sociedad y comprender la importancia
de realizar cambios en la institucionalidad del Estado.
Las implicaciones prácticas de este estudio son que las
propuestas planteadas sean retomadas por el sector gubernamental, con el
propósito de realizar cambios estructurales y reformas en la institucionalidad
de Estado, no dejar escapar este momento histórico, para profundizar la
democracia de los países y la modernización de los Estados.
Breve contextualización pre Covid-19
La
vida transcurría, sin preverse en el horizonte algún cambio radical al interior
de los países que conforman el concierto internacional, ni mucho menos, en las
relaciones internacionales, los flujos de mercaderías y personas se
trasladaban, como de costumbre. El intercambio económico nacional e
internacional; asimismo, el sistema financiero funcionaba sin importar si era
justo o no.
Mientras
tanto, los filósofos, sociólogos, politólogos, biólogos, químicos, y
economistas no realizaron proyecciones de cambios drásticos en la sociedad, se
investigaba en las ciencias naturales y sociales sobre los temas históricos y
contemporáneos, se abordaban problemas y necesidades que existían en esa
coyuntura. Los científicos, si no estaban preparados para lo inimaginable y lo
imprevisto, significa, que científicamente no se realiza investigación para
contrarrestar lo inesperado. No obstante, hubo algunos científicos que
alertaron de la aparición de una pandemia de influenza, “La rápida propagación del nuevo
coronavirus atrapó a la mayoría del mundo sin preparación a pesar de haber
tenido décadas de advertencias por parte de los científicos” (Marantz,
2020, párr. 2).
Sí
el talón de Aquiles de la actual sociedad, es que no se está preparado para el
absurdo o para aquella situación que dentro de la normalidad se pueda calificar
como impredecible, significa, que esa deficiencia es la mayor vulnerabilidad.
Los gobiernos, cuando abordan el peligro o una amenaza a la seguridad nacional,
se piensan de forma inmediata, desde el punto de vista militar, porque se teme
un ataque ofensivo militar o un acto de terrorismo.
Asimismo,
cuando se piensa en el crecimiento económico y en el desarrollo social, y ser
competitivo en el área económica, se da por hecho, que estas dos situaciones
pasan necesariamente por la innovación tecnológica y la investigación científica, enfocados en la
mecanización, digitalización y robotización de los medios de producción, con el
propósito de bajar costos, por la agilidad, velocidad y cantidad de mercancías,
pero sobre todo, por la disminución sensible de la fuerza de trabajo, lo que se
traduce en una mayor producción de alta calidad, fabricada en tiempos récords,
sin lidiar con las prestaciones sociales a los trabajadores y con los
sindicatos. Amén, que a mayor cantidad de producción, los costos son cada vez
más bajos, hasta llegar, prácticamente a la gratuidad del producto (Martínez,
2014).
Las
sociedades, después de la Segunda Guerra Mundial, se han enfrascado, desde esa
época, en dos áreas, primero, en una carrera armamentista, innecesaria, puesto
que se conoce, a partir de 1960, que existía un equilibrio del terror, debido a
que, en una conflagración internacional, no existirá vencedores ni vencidos,
una Tercera Guerra Mundial, se convertirá en la eliminación de la humanidad
sobre la faz de la tierra. No obstante, la carrera armamentista continúa hasta
la fecha, con el agravante que están militarizando el cosmos.
La
segunda prioridad de los gobiernos, es profundizar el área de servicios, en
particular en el saber hacer y cómo hacer, con énfasis en la invención y
registro de patentes en el sector tecnológico y científico, aplicado al
procesamiento de bienes de consumo, que pueden ser fármacos, piezas o partes de
maquinarias para la industria química, energía, textil, construcción, minerales,
alimentación, etc. “La importancia del sector servicios en el desarrollo
económico ha aumentado en las últimas décadas con un progresivo fortalecimiento
de su peso en la actividad económica y la generación de empleo” (López
Giral y Muñoz Navia, 2016, p. 257).
La
carrera armamentista, por un lado, teóricamente es con fines disuasivos, sin
embargo, obviamente el objetivo es belicista, y como el negocio consiste en
producir para vender, así que se dedicaron a conceder al crédito a países, que
privilegiaron a las fuerzas armadas sobre la educación y la salud. El negocio radica
en la rentabilidad de los conflictos bélicos entre Estados e invasiones
militares.
Para poner en perspectiva esta realidad,
un dato: la estadounidense Lockheed
Martin, el mayor fabricante mundial de armamento, ingresa cada año más de
34.000 millones de euros, cifra superior al PIB de 97 países y
cinco veces el presupuesto de Naciones Unidas para misiones de paz. (Bautista,
2016, p. 2)
Por
el otro lado, la innovación tecnológica y la investigación científica aplicada
a la producción, con el propósito de acrecentar las fortunas de los consorcios
económicos transnacionales, y lograr obtener una plusvalía altísima, por parte
de los propietarios de los medios de producción, da como resultado, que al
final, el trabajador recibe un salario simbólico, “Sin embargo, esta previsión de capital e inversión conlleva
al abaratamiento de los productos; así, lo primero en sacrificarse es la mano
de obra” (Llanos
Encalada, 2016, párr. 13).
Existe crecimiento económico, para los empresarios; por muy altas, que sean las
ganancias de la élite económica mundial, no se traduce en una mejoría de los
salarios de los trabajadores, al contrario, son más explotados.
Los
países del Tercer Mundo continuaban vendiendo sus recursos naturales en calidad
de materia prima a los países del Primer Mundo, a precios impuestos por los
adquisidores, y los países pobres compraban insumos industriales y servicios a
los países del Norte a precios definidos por estos últimos. El comercio injusto
Norte-Sur proseguía con “normalidad”. Los ciudadanos de los países como
eufemísticamente les llaman “en vías de desarrollo”, luchaban contra: la
corrupción de sus gobernantes, la depredación del medio ambiente, la pobreza y
falta de alimentos, etc.
Estudios de la FAO (Agencia de la ONU para la
alimentación) señalan que, con las actuales fuerzas de producción agrícola es
posible alimentar a 12.000 millones de seres humanos, es decir, casi el doble
de la población mundial actual. Hay una crisis alimentaria porque no se produce
para el bienestar humano sino en función del mercado, la especulación y
rentabilidad de las grandes productoras y comercializadoras de alimentos. (Morales,
2012, párr. 1)
El
mundo seguía su cauce normal, con las diferentes dicotomías, bueno – malo,
justo – injusto, inclusión - discriminación, transparencia – corrupción, etc.
Cuando, de repente, apareció la pandemia en China, a finales del año 2019, y
para enero del 2020, Europa estaba contagiada, en un principio Italia y España,
luego se expandió en cuestión de días, por los demás continentes. Los avances
en la ciencia y la tecnología no tenían el nivel de desarrollo científico
necesario, para hacer frente de manera rápida y eficiente para contrarrestar la
propagación del Covid-19.
El Distanciamiento Físico dio origen al Acercamiento Virtual
El
distanciamiento social surgió de las cuarentenas establecidas por las
autoridades locales o nacionales, como primer paso, para evitar la propagación del
Covid-19, es decir, las personas fueron confinadas en sus domicilios, se limitó
o en otros casos, se prohibió la circulación de las personas, lo que significó,
que se paralizó gran parte del aparato productivo, se permitió el
funcionamiento de algunos rubros estratégicos por ejemplo, la fabricación de
medicamentos, implementos de bioseguridad, supermercados, abarroterías y
farmacias entre otros.
La
cuarentena, no significó literalmente 40 días de aislamiento domiciliar, se
comprobó su efectividad para evitar que aumentara el número de personas
contagiadas, lo que permitió que los hospitales no colapsaran en su
infraestructura y capacidad instalada. En un inicio, esa fue la única medida
eficaz a falta de fármacos ad hoc, para evitar la propagación del
contagio de la enfermedad, debido que se evitó a las personas contagiadas
transmitir el virus de forma masiva, de lo contrario, hubiera generado un
contagio colectivo de tipo exponencial sostenido.
La
cuarentena fue reforzada con campañas de salud pública, para limitar en la
medida de lo posible que se diera un ascenso de la curva de la propagación del
corona virus, por ejemplo, la higienización y el uso de tapabocas. Como caso
exitoso se puede mencionar el “manejo adecuado de la emergencia sanitaria,
tomando medidas efectivas para controlar la velocidad y el radio del contagio
(aplanar la curva), así como para evitar el colapso de los servicios sanitarios
y atender adecuadamente a las personas ya infectadas” (Wielewski,
2020, p. 34).
Las
cuarentenas, en algunos países han terminado, menos el concepto de
distanciamiento social, ciertos países, la han desregulado, otros han abierto
las economías, pero en ambos casos, el distanciamiento continúa como una medida
para limitar el contagio. Sin embargo, en estas circunstancias de emergencia
nacional de salud pública, la ciudadanía, es cuando más cerca ha estado de sus
amistades, familiares, vecinos, compañeros de estudio o de trabajo, a través de
las redes sociales, en sus distintas modalidades, desde chats, Webinars, Messenger
y WhatsApp con distintos fines. Significa, que realmente lo que hubo fue un
acercamiento social. “La
pandemia nos ha obligado a muchas personas a mantenernos en casa, sin embargo,
no estamos totalmente distanciados gracias al internet y las redes sociales nos
mantenemos constantemente interconectados con nuestros seres queridos y
conocidos” (Rodríguez,
2020, p. 1).
La
ciudadanía en el contexto de la pandemia estuvo integrada, vinculada y super
informada, de lo que ocurría en sus localidades, de igual forma, en el ámbito
nacional e internacional. El ciudadano se convirtió en los sentidos humanos, y
primó la vista y el oído, los sucesos y hechos cotidianos y extraordinarios se
viralizaron con mayor facilidad, los dispositivos electrónicos jugaron un papel
importante como agentes directos del proceso de socialización. Los noticieros
nacionales e internacionales iban detrás del desarrollo del suceso y de la
información brindada ipso facto e in situ, las fronteras de los
Estados y la lejanía de los continentes se acercó a los más recónditos lugares
urbanos y rurales. Los medios de comunicación y las declaraciones de
funcionarios y personalidades, por lo general, no eran para informar sobre
acontecimientos, sino que dar explicaciones, de lo conocido previamente por la
ciudadanía.
Estamos pasando más horas que nunca frente a
las pantallas de nuestros dispositivos digitales : teléfonos móviles,
ordenadores, tablets o televisores inteligentes…101 Consumiendo de todo: informaciones,
series, películas, memes, canciones, fotos, teletrabajo, consultas y trámites
administrativos, clases online,
videollamadas, videoconferencias, chateo, juegos de consola,
mensajes… El tiempo diario dedicado a Internet se ha disparado102. (Ramonet,
2020, párr. 96)
El
fenómeno del Covid-19, desde el punto de vista de la salud, lo trataban de
conocer y de interpretar en el desarrollo mismo de la pandemia, los cambios
sociológicos acontecidos en la sociedad, se producían de forma vertiginosa e
inédita, los instrumentos de análisis teóricos tradicionales no previeron estos
cambios sociales súbitos, y trataban de acomodar a los planteamientos teóricos
de los científicos sociales clásicos al nuevo fenómeno, lo cual, se convertía
en tratar de meter, a como diera lugar, en una camisa de fuerza teórica la
realidad en desarrollo.
La
pandemia se convirtió en una “dictadura”, que por razones médicas el llamado
distanciamiento social o confinamiento domiciliar se hacía ver como
indispensable, para evitar contagios y fallecimientos; “Cuando se producen brotes de enfermedades infecciosas graves, muchas
dimensiones rutinarias de la vida diaria pueden ser desorganizados, a medida
que aumentan la incertidumbre, el miedo y la ansiedad, se producen cambios
rápidos y se imponen restricciones”(Lupton,
2020, p. 1).
No obstante, podría haber un acercamiento físico
prudencial, al guardar las medidas profilácticas requeridas, sin necesariamente
adquirir el virus del Covid-19; hubo colectividades en algunos países como por
ejemplo España (RTVE.es/AGENCIAS,
2020), Alemania (Knight,
2020) y Argentina (Serna,
2020) en los que algunos
ciudadanos se manifestaron en contra de las restricciones que conllevaba la
cuarentena, y a favor del regreso de la “normalidad”, es decir, se le perdió el
miedo a la otredad, se disipaba el temor reciproco.
Los
lugares de residencia de confinamiento, obviamente han sido en diferentes
condiciones, “en hogares de
reducidas dimensiones e insalubres frente a quienes habitan casas con un
pequeño jardín o los que disfrutan de grandes mansiones”(Velasco,
2020, párr. 2), pero en los tres casos, es
encierro, el ser humano es social por naturaleza, por eso prima la libertad
sobre la vida, porque es el individuo el dueño de su existencia, y será quien tiene
la autodeterminación soberana, para decidir, si se contagia, y admite el costo
de las penalidades que causa la enfermedad y acepta incluso la letalidad (necro
conducta). La decisión del contagio y la muerte por voluntad propia, choca
contra las personas que admiten y acatan las restricciones impuestas por las
autoridades, porque no quieren infectarse y sufrir los achaques, mucho menos
morir.
Según
la filósofa Valentina Bulo (2020) de la Facultad de Humanidades de la
Universidad de Santiago de Chile:
Hay filosofía a la que yo me he aferrado por
sobrevivencia en esta época como la de Epicuro, que habla que podemos encontrar
infinitos placeres en lo mínimo. Que, aunque puedes estar encerrado en un lugar
de pocos metros, aun así, puedes lograr encontrar matices de placer en cosas
muy pequeñas. (Espósito,
2020, párr. 8)
Según
lo observado, en esta contradicción, los que se inclinan por la apertura total
de la sociedad, por lo general son los jóvenes, sin ataduras matrimoniales y
que viven intensamente el momento, sin importar las consecuencias; uno de los
principales resultados, es que ellos puedan ser vehículos de transporte del
virus a su casa, donde pueden habitar sus padres y abuelos, que forman parte de
la población vulnerable y, por lo tanto, son susceptibles de perder la vida.
Qué
tiene más importancia, el placer del momento o la pérdida física de sus
progenitores, de dónde nace este individualismo o egoísmo a ultranza, será
consecuencia de los sistemas educativos neoliberales, los modelos de producción
o los sistemas políticos. Es un individualismo que marca la vital importancia
del placer del individuo sobre las otras personas y cosas, es la manifestación
del antivalor de lo malo y lo injusto. Para Epicuro, “el mayor placer se
produce cuando el dolor ha sido eliminado, el valor instrumental que otorga a
la virtud, su tesis de la justicia como un pacto convencional entre los
hombres” (Epicuro,
1997, p. 14).
El
individualismo en mención se complementaba con los intereses económicos de
empresarios, que privilegiaban la apertura económica ipso facto, sobre
la salud y la vida de los ciudadanos, aquí se conjugaba el placer con los
intereses económicos, con la diferencia que el dolor y los muertos no los
pondrán los propietarios de las empresas, sino los trabajadores, clientes y
usuarios. Observamos, que lo importante en unos es el placer y en otros la
ganancia, no obstante, también la necesidad, en el caso de las personas de
bajos ingresos económicos y desempleados, que requerían, urgentemente percibir
salarios para el sustento individual o familiar.
La idea de individualidad está sostenida en
esta concepción inmunológica en la que siempre algo tiene que quedarse afuera
para que funcione. Y esto en las políticas estatales para atravesar la crisis
se nota todo el tiempo, todo el tiempo hay una decisión sobre cuál va a ser la
línea de corte. Lo que importa es la vida, pero en función de eso ¿cuáles vidas
importan? Y qué decisiones vamos a tomar para proteger eso que importa. (OPLAS,
2020, párr. 15)
El
individualismo, como resultado del distanciamiento físico, se podría
interpretar también como un mecanismo de defensa de la persona, ante el posible
contagio de la enfermedad, en esta connotación profiláctica, vendría a ser una
especie de armadura de protección contra la transmisión del Covid-19. El
enemigo no es el portador, sino el virus, pero, esta distinción no disminuye el
temor hacia el otro, por lo que, el individuo y virus constituyen una sola
unidad. El espacio sanitario, adquiere una importancia vital en las relaciones
interpersonales en el espacio económico, social y político.
El Teletrabajo Aumenta la Producción
El
Covid-19 cambió de tajo la forma de realizar el trabajo, si bien es cierto, el
teletrabajo, trabajo virtual, home office, o trabajo a distancia ya
existía, con la llegada de la pandemia se generalizó, por ejemplo, en consultorios
médicos, oficinas jurídicas, bufetes contables, servicios de instituciones del
Estado y de la empresa privada. La modernización llegó de un solo, sin manual
de instrucciones, lo que condujo al inicio a la improvisación en la aplicación
de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), mientras
se mejoraban en la marcha los procesos y las dinámicas.
Por ello es presumible que muchos administrativos
y técnicos altos y medios de contabilidad, gestión de personal, gestión de
compras y ventas, seguimiento cotidiano de clientes, asesoramiento, publicidad,
preparación de formación de personal, etc. se consoliden en el teletrabajo
después de la pandemia (Miguélez,
2020, p. 11).
Por
un lado, el teletrabajo fue la válvula de escape para evitar el colapso
económico, permitió a los trabajadores mantener sus plazas laborales, a las
empresas e instituciones evitó que quebraran, “además de profundizar la
precarización laboral, mediante esquemas de teletrabajo que extienden la jornada
laboral”(Svampa,
2020a, párr. 23). Por
otro lado, este modus operandi no estaba contemplado en las leyes
primarias ni secundarias, lo que provocó que trabajadores hicieran uso de sus
recursos particulares, a favor de las empresas y de las instituciones, por
ejemplo, en la infraestructura, es decir, sus lugares de residencia, sus
muebles, energía eléctrica, agua, internet, teléfonos y computadoras, entre
otros, los horarios de trabajo se alargaron más de lo establecido, sin
reconocimiento de las horas extras, “ejemplifican
la pérdida de derechos conquistados gracias a la lucha de generaciones
anteriores” (Franch,
2020, párr. 9).
Según Fausto Miguélez (2020)
La ley sobre
teletrabajo puede regular jornadas, desconexión, espacios y útiles de trabajo,
voluntariedad. Pero como sociólogo atisbo una serie de elementos que me
inclinan a pensar que caminamos hacia un modelo más individualista de la
gestión del trabajo o de las relaciones laborales. El trabajo presencial es un
potentísimo instrumento de socialización en múltiples aspectos de la vida:
condiciones de trabajo, derechos laborales y políticos, formación cultural,
desarrollo personal. (párr.
12)
El
teletrabajo regulado de acuerdo con el respeto a los derechos laborales, es
beneficioso, tanto para las empresas e instituciones, como para los
trabajadores; para el sector patronal porque dispondrá del espacio físico
necesario y ahorro de recursos, además, el teletrabajo, por lo general se basa
en competencias, objetivos, obvio que, con resultados tangibles como aumento en
la productividad y la posibilidad de poder contratar recursos especializados en
el extranjero, lo que contribuiría en convertir a la empresa o institución en más competitiva. De
acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
(2020), “El distanciamiento social ha acelerado la transformación
digital e impulsado procesos que buscan aumentos de la productividad y la
eficiencia” (2020,
p. 20).
Prácticamente, la institucionalidad del Estado ha tratado que
las gestiones realizadas por los usuarios en las oficinas públicas de forma
física, se trasladen al plano virtual, de esta manera, los edificios
gubernamentales se han descongestionado, gracias a los trámites en línea. La
utilización de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación, como una
necesidad en el contexto de la pandemia, se pueden adoptar en los organismos
que conforman el Estado, por ejemplo, “El avance de tecnologías como el blockchain agiliza y
hace más transparentes procesos, ya sean privados o públicos. Se puede utilizar
para corroborar transacciones (por ejemplo, de bienes raíces o muebles
registrables) sin necesidad de escribanos o abogados” (Montani,
2020, párr. 12).
En este mismo orden,
observamos, que algunas de las clínicas médicas del Estado, prácticamente, han
quedado vacías, por la atención en la modalidad de videollamadas o por
teléfono, incluso, visitas residenciales realizadas a los pacientes por el
personal médico y paramédico; asimismo, la entrega de medicina domiciliar, el
seguimiento del tratamiento de los pacientes ha sido incluso más expedito y
eficiente.
Está
en vías de extinción el valor que se le otorgaba al trabajo por horas, es
decir, al presencialismo, o sea, al tiempo transcurrido de que el empleado o
funcionario estuviera sentado en una silla frente a su escritorio. Según Randstand
(2020) una de las consultoras de recursos humanos:
El mundo post Covid-19 ofrecerá mayores posibilidades para
formatos y experiencias flexibles y la inclusión de freelancers como
parte del pool de talento de las organizaciones, …. Con la tecnología
como facilitador, veremos el crecimiento de la ‘Gig Economy’, como se denomina
a la economía de trabajo móvil, remoto, a demanda e independiente. (párr.
9)
Por
el lado del sector laboral, el trabajador no tendrá el estrés de madrugar horas
antes del inicio de la jornada de trabajo, ahorro de combustible o pagos de
pasajes del transporte público, asimismo, se evita las molestias que causa la
congestión vehicular, y obviamente, reduce la contaminación ambiental, a la
vez, que favorecerá a disminuir el efecto invernadero, el calentamiento global
y descongestiona el tráfico del transporte.
Es cierto que las cuarentenas han traído cielos limpios, una
regeneración de la naturaleza y una concienciación de que una de las soluciones
al colapso del transporte y a la contaminación en las grandes metrópolis es el
teletrabajo (se calcula que, a nivel mundial, los trabajadores pierden un
promedio de 2 horas al día en desplazamientos a sus puestos de trabajo, un
coste que asumen íntegramente los trabajadores y que tiene un gran impacto
ambiental). (Democracia
Abierta, 2020, p. 17)
Según
un estudio realizado por la organización mundial ecologista Greenpeace y el
Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), la “contaminación del aire es una amenaza a nuestra salud
y a nuestra economía. Cada año, la contaminación generada por los combustibles
fósiles se lleva millones de vidas e incrementa los riesgos de padecer ataques, cáncer de
pulmón y asma” (Greenpeace,
2020, párr. 3).
En este mismo orden, las capacitaciones, conferencias,
diplomados, cursos de especialización, simposios, convenciones, congresos que
se llevaban a cabo en el ámbito nacional o en el extranjero, pasarán a ser en
plataformas virtuales, lo que dará por resultado, ahorro de recursos y tiempo,
por ejemplo, en transporte terrestre o aéreo, hoteles, viáticos, etc.
La Academia y la Cultura Virtual son una Realidad
Las
clases virtuales o e-learning tenían más de dos década de existir, entre
sus objetivos, era aproximar la universidad a los sectores rurales o alejados
de los centros de educación superior, asimismo, por cuestiones de horario de
trabajo de los educandos y no poder estar a tiempo en las aulas del recinto
universitario, el e-learning, “se centra principalmente en la
disponibilidad, bajos costes y flexibilidad de todo el proceso” (Calvo,
2020, párr. 10). No obstante, algunas
universidades privadas vieron la oportunidad de aumentar sus ingresos, las
clases virtuales las concibieron o las redujeron al mercantilismo, o sea, como
un negocio altamente rentable, porque, al profesor le siguieron pagando el
mismo salario y a los estudiantes le cobraban exactamente los mismos costos,
como si fuera presencial, con el agravante de la dudosa calidad académica y
tecnológica.
El
Covid-19 llegó a la mayoría de los países en el primer trimestre del presente
año, y la medida inmediata, que los gobiernos tomaron fue, que el sistema
educativo nacional trasladara las clases a la plataforma en línea, “soluciones
para video conferencias han ayudado a que el ciclo lectivo no se haya
interrumpido en muchos colegios y universidades. Además, se han multiplicado
las conferencias, cursos y lecciones de todo tipo” (Montani,
2020, párr. 10).
La
tele educación fue una medida adoptada como una necesidad para evitar la
propagación de la pandemia, obviamente, sin tomar en cuenta la infraestructura
y la capacitación tecnológica de los docentes, sin embargo, en la marcha se
solventaron los obstáculos, los cuales constituyeron una oportunidad para
modernizar la capacidad instalada de los sistemas educativos nacionales, tanto
pública como privada, de estas manera se evitó, que los estudiantes de todos
los niveles educativos perdieran el año lectivo y los docentes dejaran de
percibir sus salarios. Según Branwen Jeffreys editora de educación: “La enseñanza se ha trasladado online, con clases virtuales a una escala jamás vista,
pero eso ha resaltado la preocupación de que la pobreza digital está
marginando a algunos niños: aun en economías desarrolladas” (Redacción,
2020, párr. 30).
El
paso de lo presencial a lo digital, se enfrentó con la realidad, de que algunos
sectores de la población, no contaban con acceso a internet, ni con los
dispositivos electrónicos mínimos, en esta situación también se encontraban
algunos docentes. Los Ministerios de Educación hallaron la forma, de que la
población vulnerable no quedara fuera, por ejemplo, se entregaron computadoras,
de igual forma, se elaboraron guías didácticas y otros recursos pedagógicos se
los hicieron llegar y los docentes les dieron seguimiento.
Los
desafíos a futuro son equipar a las instituciones educativas con centros de
cómputo; que los alumnos posean una laptop en calidad de préstamo, mientras
estudian, similar, cómo funciona el préstamo de libros en la biblioteca; gratuidad
de internet para toda la población, porque se ha convertido en una servicio
necesario y básico; elaborar los programas de estudio y su desarrollo en forma
virtual a nivel nacional; que lo educación virtual sea el complemento de la
formación educativa presencial; abandonar el modelo neoliberal de la educación
y un mayor control de la calidad en el sector privado de la educación en todos
sus niveles.
Debido
a la pandemia el e-learning ha permitido de forma masiva e inmediata que
la academia salga del claustro de los universitas campus, es decir, se
ha dado una democratización de la educación obligada por las circunstancias, lo
que ha permitido, que el proceso de enseñanza aprendizaje, no sea exclusivo del
educando-educador, sino, para todo público interesado en los temas académicos o
ávidos de conocimiento, la mayoría de este tipo de actividades son en tiempo
real, y rompió los esquemas tradicionales, porque el público constituido por
ciudadanos de diferentes países y continente, puedan interactuar con los
expositores o ponentes, asimismo, con miembros del público. Según Carlos
Maldonado (2020); “Jamás se habían realizado tantas charlas, conferencias y
seminarios –webinars– como en los últimos tres meses; el número es creciente.
Ello ha permitido un aprendizaje colectivo cuyos resultados son promisorios por
alternativos” (párr.
17).
La educación en línea, además, de contar con
video clases, presentaciones, talleres, fórums, etc., creados por los docentes,
también algunos Ministerios de Educación crearon sus propias plataformas en la
web, televisión y radio. En este mismo orden, se aumentaron las posibilidades
de aprendizaje, a estas iniciativas nacionales se sumaron los repositorios de
acceso abierto (Universidad
de Coruña, 2020), los repositorios de universidades (Orantes,
2019) y bibliotecas nacionales se abrieron al
público (Universidad
de Salamanca, 2020).
Las posibilidades de adquirir educación y
cultura se ampliaron, los museos y pinacotecas presentan visitas guiadas vía
web, asimismo, presentaciones de obras de teatro, danza, conciertos, excusiones
turísticas, de esta forma se democratizó, en cierta medida, la adquisición de
la cultura, no era necesario viajar a otro país para presenciar una actividad
cultural.
La
pandemia ha venido a crear ciertos patrones culturales de comportamiento, por
ejemplo, se puede obtener placer, sin realizar desplazamientos de grandes
distancias y sufragar boletos de ingreso y, otros gastos indirectos que
implican el transporte hacia el lugar de destino, “se puede esperar el cambio
en algunos hábitos: menos viajes contaminantes, más cadenas de suministro
locales, más paseos y ciclismo”(Llenque,
2020, párr. 3). Mientras no se encuentre una
vacuna, las actividades en mención utilizarán la vía de internet para vender
sus productos y servicios, lo que hace necesario disminuir y en el mejor de los
casos cerrar la brecha digital entre la población de bajos ingresos económicos.
Las
actividades culturales virtuales, pueden conducir a valorar y consumir las
actividades culturales locales, por el ahorro de dinero, tiempo e
inconvenientes, “una
real orientación al consumo consciente (local, responsable, ético, más humano) (Hernán,
2020, párr. 11). El ahorro en el contexto de y post
pandemia es una necesidad se sobrevivencia, debido a la recesión económica,
como resultado del cierre de la economía, quiebra de empresas y pérdidas de
empleo, etc. “La gente ahorrará
más, lo que favorecerá la aparición de nuevos métodos de ahorro y productos
financieros enfocados al medio y largo plazo” (EmprendeRioja,
2020, párr. 3).
Este contexto es propicio
para que las diferentes instituciones del Estado, por ejemplo, cultura, turismo,
agricultura, economía y educación de forma coordinada, con las autoridades locales
y organizaciones de la sociedad civil del lugar (hoteleros, restauranteros,
promotores culturales, cultivadores, artesanos, etc.), para planificar y
ejecutar un desarrollo social y un crecimiento económico, al fundamentarse en
las producciones agrícolas y pecuarias propios del área geográfica, sitios
arqueológicos, lugares históricos, parajes turísticos, arte culinario, confección
y elaboración de artesanías, etc., por ejemplo, a través de fiestas patronales,
ferias y carnavales. Mientras no
se encuentre una vacuna, las actividades en mención utilizarán la vía de
internet para vender sus productos y servicios, lo que hace necesario disminuir
y en el mejor de los casos cerrar la brecha digital entre la población de bajos
ingresos económicos.
Entre los cambios
culturales encontramos, que los ritos de pasaje, de ser presenciales se han
traslado al plano digital interactivo, por ejemplo, la agonía de una persona,
celebraciones de fiestas rosas o
claveles, cumpleaños, graduaciones, matrimonios, etc. ”David Chaum, un pionero
criptógrafo, cree que el miedo a infectarse con el coronavirus está limitando
las interacciones "en persona", dice, forzándonos a un "uso cada
vez más escalofriante de los sistemas online" y la comunicación
electrónica”(Abbany,
2020, párr. 9).
Existe el miedo de
adquirir el Covid-19, individual que en sumatoria es colectivo, asimismo, de
parte del Estado el temor que los contagios sean masivos y puedan hacer
colapsar los sistemas de salud pública y privada; mientras no se encuentre la
vacuna, es preferible que el contagio sea lento, porque se crea temporalmente
cierta inmunidad de la población y es administrable. Este miedo, incertidumbre,
angustia o precaución va a crear una nueva cultura de la prevención en los
hogares, en los lugares de trabajo y en los espacios públicos o privados, por
ejemplo, el uso de tapabocas, desinfección con alcohol u otro químico, toma de
temperatura, que puede ser directamente o por sensores de escaneo. La higiene
se convirtió en un factor más importante que los productos cosméticos de
belleza, por el simple hecho, que es una exigencia individual y colectiva, se
puede olvidar el perfume o la loción, pero no el desinfectante o el cubre boca.
Este cambio cultural,
también ha afectado a las organizaciones sociales, debido a que la puesta en
común es ahora vía internet, y no en asambleas presenciales, se supone que las
protestas y manifestaciones ya no serán masivas, sino que representativas, en
donde, guardarían el distanciamiento físico y utilizarían los respectivos tapabocas.
La
Pandemia Evidenció la Importancia de la Ciencia y la Tecnología
La
pandemia puso en evidencia la necesidad de brindar importancia y valor al
conocimiento científico, como eje transversal en todos los niveles educativos, asimismo,
de crear y modernizar laboratorios, de igual manera, que los Ministerios de
Educación, Ciencia y Tecnología supervisen periódicamente, que los laboratorios
de los centros educativos cumplan con los estándares de calidad en la
profesionalización del recurso humano, equipamiento e infraestructura. “Esta
pandemia ha puesto de manifiesto la urgencia porque la comunidad científica
tenga un rol político más activo y porque la ciencia adquiera un papel
prioritario en la educación” (Gayozzo,
2020, párr. 15).
Ante
esta pandemia, las universidades públicas y privadas, sobre todo, en los países
del Tercer Mundo, no tuvieron protagonismo científico en las ciencias naturales
ni sociales; es un desafío modernizar las leyes de educación superior, terminar
con el mercantilismo educativo y la corrupción, se podría lograr con una
reforma educativa; no sirve de mucho una cobertura amplia del sistema
educativo, si es de bajo nivel académico, razón por la cual, se ha producido
una sobre oferta de grados académicos y de posgrados, que ha creado una
inflación profesional, y una devaluación de los títulos universitarios.
La
crisis del Covid-19 es el resultado de la ausencia de una infraestructura
robusta de ciencia e investigación que se mide, por ejemplo: por el número de
médicos por habitantes; el número de doctores (Ph.D) con respecto a la
población; la inversión en ciencia, tecnología e innovación. (C.
Maldonado, 2020, p. 1)
Cuando
la educación es con fines comerciales, la investigación científica, prácticamente
es exigua, no existe capacidad para invención, innovación ni crítica, es la
mejor fórmula, para no salir del atraso y ser dependientes. La base fundamental
del desarrollo de un país, depende en cierta medida, del nivel de progreso de
la ciencia y la tecnología nacional.
La Transformación Digital de la Sociedad
Con
la pandemia, el uso de las TIC se han masificado, los países con mejor
desarrollo científico y tecnológico, son los que mejor las han utilizado y beneficiado
en la incorporación de los diferentes ámbitos de la sociedad, que va desde la
cotidianidad a lo estructural.
En
este contexto las redes sociales, por lo general, han sufrido una
digitalización considerable, las interacciones sociales tradicionales han
pasado a ser relaciones sociales digitales, y estas últimas han reemplazado el
contacto físico por la comunicación de diferente naturaleza, a través, de los
dispositivos electrónicos. El hecho de que las relaciones sociales digitales
han tomado fuerza, se debe al grado de eficiencia, asimismo, de ahorro de
tiempo y de recursos.
Esta
conectividad ha logrado un mayor acercamiento entre las personas en cualquiera
de sus roles y status, permite la comunicación de forma directa con
funcionarios y empleados públicos y privados, sin necesidad de hacer trámites
burocráticos, a la vez, evita las citas, largas colas y tiempo de espera. La
conectividad les ha dado más agilidad a los diferentes tipos de relaciones
interpersonales, por ejemplo, en educación, laboral, familiar, amistad,
comercial. Internet se ha convertido en un servicio básico, como el agua, la
energía eléctrica, por la vital importancia que ha adquirido en la vida del ser
humano, ha alcanzado el rango de un derecho humano.
El
desafío de los países del Tercer Mundo, es brindar internet abierta y gratis en
las ciudades (tecnología Wimax), que este servicio sea brindado y administrado
por el Estado en coordinación con los gobiernos locales, estamos en una
sociedad de la información y del conocimiento, al aspirar que la sociedad sea
informacional, entonces, se le debe de proporcionar las herramientas de
tecnología digital a la población, para crear conocimiento propio, que incida en
lograr el avance científico y tecnológico del país.
En
las relaciones sociales digitales se ha dado una fusión de lo social con lo
tecnológico, hasta el punto que hay actividades, que sin el uso de la
tecnología sería difíciles de realizar, de ahí la importancia, por ejemplo, en
la medicina del escáner, cirugías robóticas, unidades electro quirúrgicas,
monitores de pacientes y sondas. Las diferentes disciplinas del conocimiento
humano, han incorporado en sus instrumentos de trabajo, los avances científicos
y tecnológicos, con el propósito de ser más eficientes, entre ellos,
encontramos la mecatrónica, el “Internet de las Cosas, drones, nanotecnología,
conexión de redes, impresión 3D, etc.”(Montani,
2020, párr. 5).
A
nivel micro, hemos observado que algunas personas perdieron la desconfianza de
realizar compras de bienes o servicios vía internet, asimismo, de usar la
tarjeta de crédito o débito para hacer transacciones económicas, en otras
palabras, las compras vía web y la entrega a domicilio han marcado la práctica
casi generalizada entre compradores y vendedores. Esta es una oportunidad, para que los gobiernos
planifiquen y ejecuten políticas públicas para promover el comercio electrónico
y a facilitar créditos para la digitalización de los procesos de las empresas.
«La situación de la COVID-19 ha impulsado el comercio electrónico, pero
lo mismo está sucediendo con el comercio automatizado (a-commerce), sobre todo
por la comodidad que significa para el consumidor», afirma Xavier García,
profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. (¿Cómo
será el consumidor pospandemia?, 2020, párr. 5)
El
incremento de las ventas en línea tuvo dos momentos, el primero, durante las
cuarentenas, debido al cierre de los negocios y a la prohibición de los
ciudadanos de salir de sus lugares de residencia, el segundo momento, abierto
el comercio, los consumidores y usuarios es probable que opten por el comercio
electrónico como medida de seguridad de salud personal, es decir, para evitar
el contagio del Covid-19 u otra enfermedad contagiosa.
Cambios de la Institucionalidad Estatal ante la
Pandemia
El
Estado, a través, especialmente del poder Ejecutivo ha desempañado un rol
fundamental como regulador de las diferentes actividades de la sociedad, y en
particular en la economía y la salud, este nuevo rol, choca frontalmente contra
las teorías económicas y financieras neoliberales, que propugnaban, por la casi
desaparición de las instituciones estatales, en especial, el sistema educativo
y el de salud pública.
Lo
que ha sido paradigmático, es que ante la profundización de la crisis causada
por el aparecimiento del Covid-19, el gobierno, prácticamente se ha convertido
en interventor, de esta manera, se retoman los postulados de John Maynard
Keynes, como una necesidad, por la eficacia de su aplicación en tiempos de
crisis, tal y como sucedió en la crisis económica mundial de 1929. La “resucitación”
de Keynes, después de que el neoliberalismo desmanteló los programas del Estado
de bienestar y el progreso de las prestaciones sociales, es una cuestión
imperativa de salvavidas, es decir, que la antítesis de lo que propugnaban los
neoliberales, incluso, también será su propio salvataje de la gran recesión
mundial.
El
desafío del Estado, consiste en que el gobierno tenga una posición más
protagónica en la economía, esta no debe reducirse a proveedor de fondos
financieros o facilitador en los pagos de los impuestos, créditos blandos, etc.
Esta es una oportunidad para que el Estado se convierta en socio estratégico de
los empresarios, de esta forma se dinamizaría más la economía, no solo por la
inversión que el Estado realice en la empresa, sino, porque generará más
ingresos a la hacienda pública, que se utilizarían en el financiamiento de la
construcción de un Estado de bienestar para la población.
Además,
según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la
Organización Panamericana de la Salud (OPS):
La política económica debe contribuir a la reconstrucción
a través de una política fiscal progresiva y un gasto público suficiente,
eficiente, efectivo y equitativo, abordando las debilidades estructurales de
los sistemas fiscales, como la baja carga tributaria, su estructura regresiva y
la evasión fiscal. (CEPAL-OPS,
2020, p. 6)
Los
neoliberales han hecho creer que la participación del Estado en la Economía es
sinónimo de comunismo, también que el Estado es mal administrador, etc. No
obstante, esta situación se está empezando a utilizar en algunos países por
ejemplo en los países de la Unión Europea, “Bruselas ultima la aprobación de una norma que permitirá la
entrada de los Estados en el capital de sus compañías, grandes o pequeñas y
cotizadas o no, para evitar su quiebra ante el tsunami del coronavirus”(Garrido
y Díaz, 2020, párr. 1).
La participación del Estado como socio de las
empresas va más allá, porque se podrían nacionalizar empresas en quiebra, y
convertir en rentables, y así contribuir a disminuir el desempleo y ayudar a
impulsar el efecto multiplicador del dinero en la economía, que incidiría en reducir
las brechas entre los estratos sociales. Estas acciones en un contexto
diferenciado por sexo, pueblos indígenas y de origen africano, si son países
pluriétnicos.
La pandemia evidenció la necesidad de la
construcción de un proceso de sustitución de importaciones, y de impulsar el
desarrollo de la industrialización nacional, con el objeto, entre otros, de
evitar la fuga de divisas, crear nuevos empleos, aumentar la recolección
fiscal, asimismo, contribuye a bajar los índices de la delincuencia y a
disminuir la dependencia de productos importados, que pueden ser manufacturados
o industrializados nacionalmente. Los países en vías de desarrollo, no pueden
estar determinados, a solo ser proveedores de materias primas y consumidores
del producto obtenido del procesamiento industrial de las mismas.
Los cambios estructurales combinan con
programas asistencialistas temporales, por ejemplo, canastas o bolsas con
alimentos, bonos o cupones de alimentos y ayuda económica. Esta época histórica
es la apropiada, para que los gobiernos emprendan mega obras de construcción, por ejemplo, represas, autopistas, puertos,
carreteras, edificios públicos. Las grandes obras de infraestructura servirán
para la modernización física del país, y, sobre todo, por la generación de empleo,
activará el mercado porque produciría efecto dominó en varios rubros de la
economía, en especial la producción de alimentos, y aumentará el consumo de
otros bienes y servicios. Según,
Boaventura de Soua Santos, “la pandemia es una ventana de oportunidades
para empezar a cambiar las cosas” (Fernández,
2020, párr. 7).
Por otra parte, en lo que respecta a la reactivación de la
agricultura, no solo se limita a facilitar financiamiento, asistencia técnica,
donaciones de semillas y abono, es tiempo de primar la agricultura orgánica,
los huertos familiares y de la localidad, a través, de la participación de
varios ministerios, por ejemplo, agricultura, educación, economía, de ciencia y
tecnología. Así, se contribuirá a la protección del medio ambiente, no olvidar,
“que los virus que vienen azotando a la humanidad en
los últimos tiempos están directamente asociados a la destrucción
de los ecosistemas, a la deforestación y al
tráfico de animales silvestres para la instalación de monocultivos”(Svampa,
2020b, párr. 28).
En la agricultura son varios momentos, y entre
los más importantes, encontramos la asesoría en la comercialización obviamente
digital, a nivel nacional e internacional. “Además, es un sector que contribuye de forma
inequívoca a generar empleo, fijando población al territorio, y cumpliendo una
función medioambiental insustituible de preservación de los ecosistemas” (Vega,
2020, párr. 9). Además, es una medida eficaz para frenar la
emigración del campo a la ciudad o al extranjero. “La interrupción de los sistemas alimentarios
tiene implicaciones importantes para el control de la epidemia y la seguridad
alimentaria actual y futura de los residentes urbanos” (Crush
y Si, 2020, p. 2).
Hasta hoy, terminamos de comprender, que la
generación de alimentos es estratégica, y que es una necesidad crear las
condiciones materiales y técnicas para lograr la soberanía alimentaria, con el
propósito de disminuir la dependencia del abastecimiento de otros países, y
porque la falta de alimentos empeora la salud pública, esta pandemia no será la
primera, debemos estar preparados para las próximas y, también para hacer
frente a los estragos que pueda causar un desastre natural, por ejemplo, un
terremoto o huracán.
Conclusiones
El
teletrabajo como alternativa para que las instituciones y empresas siguieran
funcionando y contribuyeran, favoreció que no se paralizara la
institucionalidad estatal y tampoco se paralizara del todo el sistema económico
nacional, fue una medida acertada, por consiguiente, además de ser efectiva,
dejó en claro, que es productiva, debido a que es una actividad por metas. Asimismo,
evidenció, que algunas plazas de trabajo, son prácticamente decorativas, en
particular en las instituciones estatales. El teletrabajo llegó masivamente,
sin estudios de diagnósticos ni manuales de aplicación, no obstante, la
improvisación y la incertidumbre al principio, fueron superados en el proceso
de aplicación. La digitalización que demanda el teletrabajo fue una
modernización que se requería, desde hace años, que fuera implementada.
Las
instituciones educativas, literalmente, de un día, para otro, las clases se
convirtieron de presencial a virtuales, fue la única manera, para poder
continuar con el ciclo lectivo. Esta experiencia deja en claro, que los
estudiantes podrían inscribirse en instituciones educativas de otros países, de
mejor nivel académico que los nacionales, y entre otros, porque podría ser que
la carrera que deseen estudiar no se imparte en el país de origen. El
Ministerio de Educación al monitorear la calidad de la educación virtual se
estará garantizando un adecuado proceso de enseñanza-aprendizaje. La educación
virtual será obligatoriamente parte complementaria de la educación presencial.
Lo virtual ha contribuido a difundir más la cultura nacional, ha sido un
proceso de democratización cultural, porque se pone el acceso a la cultura de
forma gratuita.
La
pandemia puso al descubierto la importancia estratégica del sector salud,
agricultura, educación, la ciencia y la tecnología, había hospitales sin la
infraestructura adecuada, personal que, si hubiera sido formado con un
excelente nivel científico y tecnológico, obviamente la respuesta hubiera sido
de otro tipo. Esta situación nos conduce a supervisar a la educación nacional,
para corroborar que no prima el interés mercantilista de la educación, sobre la
formación académica de los alumnos. La investigación científica, al ser un eje
transversal de la educación en todos sus niveles, será un impulsor cultural de
la ciencia y la tecnología.
Con
la pandemia la sociedad ha estado más comunicada, el distanciamiento físico se
convirtió en un acercamiento virtual, las relaciones interpersonales
tradicionales se convirtieron en interacciones sociales virtuales. El internet
se ha convertido en un eje transversal de la estructura económica y social,
ahora es un servicio estratégico y vital como el agua y la electricidad, por
tanto, se considera el acceso a internet un derecho humano. El Estado al
garantizar, que, a través, de las localidades se administre y facilite el
acceso gratuito del servicio, es decir, pasar de la tecnología del Wifi al Wimax,
estará brindando un significativo paso de la sociedad de la información a la
informacional, lo cual incidirá en el desarrollo social y crecimiento económico
del país.
La
pandemia creó también retos y desafíos en la institucionalidad del Estado, la
necesidad de la digitalización de los procesos de atención al público, el
establecimiento del teletrabajo; implantar la firma electrónica para los
trámites públicos y privados; readecuación del personal y de unidades de
acuerdo con sus competencias y productividad.
En
el sector agrícola se debe buscar la reactivación, a través, no solo de la
asistencia técnica y financiera, sino con asesoría en la comercialización de la
producción a nivel nacional e internacional; distribución de tierras a
asociaciones y cooperativas de trabajadores agrícolas; brindar importancia a
los cultivos de subsistencia; industrialización de la producción agropecuaria;
disminuir o eliminar los aranceles de importación a los insumos agrícolas;
creación de huertos escolares, familiares y municipales o locales. Estas acciones encaminadas a lograr el
autoabastecimiento y alcanzar la soberanía alimentaria.
En
relación con el medio ambiente dar prioridad a las energías limpias y depender
menos de las de origen fósiles; forestar y reforestar las cuencas hidrográficas;
regular las emisiones de gases de los vehículos, como condición para otorgar o
refrendar el permiso de circulación. En la economía la ayuda asistencialista
sea complemento a los cambios estructurales, por ejemplo, que el Estado
aproveche la oportunidad en función social, de devenir socio con algunas
empresas, para reactivar y dinamizar la economía, a la vez, que se crean
empleos y se amplía la recolección fiscal, en este mismo sentido se podrían
nacionalizar algunas empresas.
Estamos
en una situación histórica e inédita, que la crisis ocasionada por la pandemia sea
convertida en una oportunidad, para salir favorecidos y fortalecidos como
sociedad.
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