Jueves, 19/02/2015
Crédito: Actualidad RT
Aunque la amenaza de un conflicto abierto real entre China y EE.UU. parece bastante lejana, hay suficientes puntos de presión entre ambas potencias, por lo que es probable que en un momento dado las tensiones repentinas desaten una crisis capaz de salirse de control.
El periodista y miembro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Harry J. Kazianis, en su artículo publicado por 'The National Interest', ofrece su visión de una hipotética guerra.
Según el autor, lo cierto es que Pekín "tiene medios para hacer un daño increíble a los intereses estadounidenses y redes de sus aliados a través de Asia" y que "la primacía militar de EE.UU. ya no está garantizada gracias a la modernización militar china".
Kazianis indica que si suponemos que China decide lanzar un ataque cinético con el fin de limitar la capacidad de las fuerzas estadounidenses junto con sus aliados, en primer lugar Pekín podría simplemente intentar cegar a EE.UU. antes de que se dé cuenta de que está bajo ataque.
Es decir, la campaña militar china podría comenzar en el ciberespacio: Pekín lanzaría ataques masivos cibernéticos contra los centros estadounidenses de mando y control en todo el mundo para alterar así la capacidad de sus aviones de combate para intercambiar información sobre las posiciones del enemigo en tiempo real.
Estos ataques provendrían de terceros países, por lo que Washington no sería capaz de determinar de inmediato quién está detrás de los mismos. Así, China ya obtendría ventaja.
Luego, sugiere el experto, Pekín comenzaría a atacar satélites estadounidenses en órbita en un intento de destruir los sistemas de recopilación de inteligencia y de las comunicaciones de Washington. Después de que China ciegue a su enemigo, empezaría a realizar un lanzamiento masivo de misiles balísticos y de crucero desde la tierra, el aire y el mar. Los objetivos probables serían bases aéreas de EE.UU. y sus aliados, centros de control y buques de guerra estadounidenses en todo el Pacífico.
"China va a tratar de hacer mucho daño en un golpe enorme y esperar que sea lo suficientemente fuerte como para inducir una respuesta escasa por parte de EE.UU. y sus aliados o posiblemente ninguna respuesta en absoluto", dice Kazianis.
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