El método de análisis del agua que utiliza la Agencia de Protección Ambiental (EPA, siglas en inglés) de Estados Unidos tiene un alcance tan limitado que probablemente no estarían detectando niveles significativos de "químicos eternos", informó recientemente el diario The Guardian.
Los "químicos eternos", o PFAS en referencia a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, son compuestos químicos persistentes y ampliamente utilizados que no se descomponen por completo, acumulándose en el medio ambiente, los seres humanos y los animales.
Algunos de los PFAS son tóxicos y han sido vinculados a problemas de salud como el cáncer, los defectos de nacimiento, enfermedades renales y otros padecimientos graves, mostró un análisis del rotativo británico con base en muestras de agua recogidas en localidades de todo Estados Unidos.
Se analizaron muestras de agua de centros clave de PFAS con dos tipos de pruebas: un método desarrollado por la EPA que detecta 30 tipos de cerca de 9.000 compuestos de PFAS y otro que busca un indicador de todos los PFAS.
The Guardian halló que siete de las nueve muestras recolectadas mostraron niveles más altos de PFAS en el agua utilizando la última prueba que identifica indicadores de PFAS, y en concentraciones hasta 24 veces mayores.
"La EPA está haciendo lo mínimo y eso pone en riesgo la salud de las personas", expresó Kyla Bennett, directora de políticas del grupo de defensa Empleados Públicos por la Responsabilidad Ambiental.
Muchas personas de bajos ingresos, que no pueden pagar un filtro de agua, pueden correr un mayor riesgo de exposición a los PFAS que aquellas con mayores ingresos, según el reporte.
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