Las campañas rumbo al plebiscito sobre la nueva Constitución de Chile avanzan mientras se intensifican las maniobras de desinformación.
El clima político de Chile está marcado por las campañas con miras al plebiscito que se realizará el próximo 4 de septiembre, y en el que la ciudadanía deberá decidir si aprueba o rechaza el borrador de la nueva Constitución. El texto fue elaborado por los convencionales, que culminaron sus deliberaciones a principios de este mes.
En este proceso histórico hay dos bloques principales, ya que gran parte de la izquierda y el progresismo impulsa el voto a favor del 'Apruebo', mientras que la derecha y extrema derecha presionan por el 'Rechazo', sobre todo con noticias falsas que se han profundizado en las últimas semanas.
La discusión es intensa. Así lo demuestra el hecho de que el borrador constitucional, que fue publicado en diversas editoriales, se haya convertido en un 'best-seller' y encabece las listas de libros de no ficción más vendidos en el país. También hay ediciones digitales, en versión audiolibros o podcast, más la opción gratuita que se puede consultar en la página de la Convención y las millones de guías resumidas, impresas y distribuidas por el Gobierno en las calles.
Esto demuestra el interés que despierta un documento que puede modificar de manera radical el sistema político de Chile y que es resultado del estallido social de 2019 que, entre otros reclamos, exigió que se redactara una nueva Constitución que sustituyera a la actual, y que es herencia del fallecido dictador Augusto Pinochet.
Los sondeos más recientes comenzaron a registrar cambios de tendencias, ya que el apoyo al borrador constitucional está subiendo. La consultora Cadem, por ejemplo, reveló que en solo dos semanas el Apruebo pasó del 35% al 39%, y que el Rechazo bajó del 53% al 47%.
Ello explica que se hayan intensificado las estrategias para desacreditar la propuesta.
Guerra sucia
Esta semana, en Santiago se repartieron folletos con información falsa sobre la Constitución y que forman parte de una "campaña del miedo" lanzada por los detractores del proyecto.
La propaganda asegura que ningún chileno podrá volver a tener una casa propia, que el país ya no será una sola nación, los pueblos indígenas tendrán más derechos que el resto de los ciudadanos, que se prohibirán la educación y la salud privadas, y que no se aplicará el estado de excepción para enfrentar al "terrorismo" en el sur del país. Nada de ello, sin embargo, está plasmado en el borrador.
Además, los folletos utilizan la misma gráfica de la Convención Constitucional para provocar una confusión de manera intencional, ya que la ciudadanía puede creer que se trata de información oficial, cuando es todo lo contrario. Y fueron publicados por Facilitadores Constitucionales, una organización que se inscribió en el Servicio Electoral como promotor formal de la campaña por el Rechazo.
En redes sociales y en medios de comunicación tradicionales, los opositores repiten otras mentiras como que se podrá abortar hasta los nueve meses de embarazo, y que el Gobierno traerá a personas de países limítrofes o les pagará a los migrantes que ya viven en Chile para votar por el Apruebo, porque supuestamente se está preparando "un fraude".
Ante el caudal de desinformación, tanto el Servicio Electoral como el Gobierno insisten a los ciudadanos en consultar solamente las fuentes oficiales.
Pero las "fake news" no cesan, ya que también son impulsadas por dirigentes políticos, entre ellos el excandidato presidencial José Antonio Kast, quien perdió la elección ante Gabriel Boric, y más de 60 organizaciones sociales conservadoras que esta semana inauguraron la Casa Ciudadana por el Rechazo.
Esteban Barahona, uno de sus dirigentes, aseguró que la campaña es desigual porque el Gobierno está utilizando todos sus recursos a favor del Apruebo. "No debiera involucrarse en este proceso, debiera dejarlo todo en manos de la ciudadanía y de los partidos", acusó con un argumento que es repetido por toda la oposición.
La denuncia ya llegó hasta la Contraloría, que ya inició una investigación por el supuesto "intervencionismo electoral" del presidente y otros miembros del Gobierno.
Definiciones
Boric, por su parte, reconoce que antes de ser presidente fue uno de los principales impulsores de una nueva Constitución, pero que ahora se apegará a la difusión de la propuesta sin plantear una posición. El llamado que hace de manera insistente junto con su gabinete es que la gente debe votar informada, y que tanto el Apruebo como el Rechazo son opciones totalmente válidas.
Otros personajes de peso se han sumado a la discusión. La expresidenta Michelle Bachelet, por ejemplo, se viralizó al usar una canción del cubano Pablo Milanés para ratificar su apoyo a la nueva Constitución: "no es perfecta, más se acerca a lo que yo siempre soñé".
Ya en un pronunciamiento más formal, Bachelet advirtió que no tiene sentido temer a las diferencias y al debate legítimo basado en hechos y respeto. "Fue lo que nos permitió recuperar la democracia, conquistar derechos y aspirar a una vida mejor para todos. Estoy segura de que ahora no será distinto (…) tendremos una nueva Constitución porque es lo que la ciudadanía pide y necesita", afirmó en una carta.
También recordó que, cuando fue presidenta, pudo comprobar "el enorme muro" que representa la Constitución actual, nacida en dictadura, ya que impide hacer cambios en beneficio de las mayorías.
"Por eso el texto de 1980 ha quedado obsoleto y estamos escribiendo otro. Veo en la nueva Constitución un camino abierto para vivir mejor, para conquistar lo que tanto necesita Chile: más y mejores derechos sociales y más y mejor democracia (…) con el Apruebo es más fácil conducir las transformaciones", agregó.
Por el contrario, su antecesor, Ricardo Lagos, ya había manifestado sus reparos. Si bien reconoció que hacen falta cambios, advirtió que el país merece una Constitución de consensos que no están representados en la actual Carta Magna ni en el borrador que se plebiscitará.
"El desafío político es continuar con el debate constitucional hasta alcanzar una Constitución que interprete a la mayoría", convocó en una propuesta que es apoyada por diversos sectores que reconocen que, pase lo que pase el 4 de septiembre, habrá que hacer reformas.
En ese sentido, quienes avalan el borrador subrayan la importancia de que gane el Apruebo para que después se modifiquen aspectos controvertidos o que son los más resistidos, ya que de lo contrario seguirá vigente la Constitución pinochetista y la derecha volverá a negarse a cualquier transformación, tal y como lo ha hecho durante décadas.
Del lado de los impulsores del Rechazo, por su parte, promueven una nueva asamblea constitucional que redacte un documento totalmente nuevo, ya que están en contra de que se incluyan la perspectiva de género, del reconocimiento de la plurinacionalidad de Chile y de que se amplíen derechos sexuales y reproductivos y de los pueblos indígenas, entre otros.
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