El problema existencial de EEUU, visto desde otro ángulo, es el de un psicópata que asesina diciéndose que lo hace por humanitarismo, que lo hace para mejorar el mundo.
CREDITO/ Ramón Pedregal Casanova-cubainformacion.tv/
Cada guerra que se produce es más mortífera que la anterior. Del siglo XX se ha dicho que era el siglo en el que más se ha matado. De la primera guerra del siglo XX que se desarrolló principalmente en Europa, la llamaron Mundial; dijo Karl Kraus en su obra Los últimos días de la Humanidad, refiriéndose a las armas empleadas, que en el futuro se utilizarían los laboratorios biotecnológicos: los carros de combate y los gases dejarán su puesto a las bacterias y nadie se resistirá ya a la genial idea de utilizar las plagas como instrumentos bélicos, en vez de considerarlas como secuelas de la guerra. Lo que hemos visto es que ahora, para comenzar una guerra convencional, los centros representantes de la salud mundial debilitan la escasa unidad en las sociedades que el imperio pretende embarcar en su aventura, y lo hacen sembrando el terror y restando recursos sociales, todo un ensayo de situación de guerra.
En España se han cerrado numerosos centros de asistencia, se ha abandonado a ancianos y enfermos, se ha dividido a las familias y aislado… y se ha arruinado a cientos de miles de pequeños y medianos comerciantes e industriales aumentando el número de parados con el argumento de encontrarnos bajo un ataque pandémico, mientras los grandes capitalistas doblaban y triplicaban la riqueza que acumulan.
Para ilustrar la situación, ha habido responsables políticos que han declarado que nos encontrábamos
en guerra, y durante meses en los medios del gran capital se presentaban responsables políticos, militares y policiales, todos juntos, exponiendo el desarrollo de la situación. Para adoctrinarnos en este comienzo de 2022, se ha afirmado desde diferentes ángulos científicos y políticos que la que han titulado como pandemia es motivada por la infección causada por un virus que primero se niega haya sido creado en un laboratorio, luego se dice que se desconoce y finalmente parece que se quiere desconocer su procedencia, quizás porque se acerca el conocimiento de su más que posible creación en un laboratorio. En alguna ocasión se ha llegado a afirmar que en el caso de España, y no solo de España, se ha realizado un experimento biológico-científico y social. El fruto ha resultado la contención del sentido crítico despertado por la gran crisis, generando una gran disolución del espíritu social. Durante este tiempo ha llamado la atención que, mediante lo que han difundido como remedio para frenar al patógeno, se ha encorsetado a la sociedad occidental, limitando y restando a su vez la asistencia sanitaria y, sin ley ni concierto protector, se ha hecho la campaña psicológica social más brutal que se ha conocido nunca para aplicar inyectables en fase experimental a la mayoría de la sociedad, con lo que se ha reducido a la población bajo el capitalismo a un cuerpo empleado sobre el que observar los resultados, y los resultados incluyen la parálisis y la descomposición social.
Mientras se desarrollaba la campaña, los responsables de gobierno, laboratorios y demás responsables que actuaban, han liquidado la información impidiendo el más mínimo debate aclaratorio; parece que buscaban por necesidad existencial el silencio producido por el miedo para medir la dominación y las reacciones y comprobar el grado de dominación sobre la gente. A esa creación escénica en los países bajo el capitalismo, los del poder imperial han añadido una nueva estrategia: conseguido el miedo social, el enmudecimiento, el shock, ponen en marcha un segundo escenario, escenario que era previsible, porque siempre lo han hecho así, como solución a la crisis económica, política, geoestratégica y de dominio hegemónico en que se encuentra el elemento dominante que llamamos imperio. Lo que Kissinger denominó “El gran reinicio”, “El reseteo”, y anunció Davos, venía dado por el fracaso del liberalismo y su globalización; ahí está el dólar como moneda de intercambio que se va quedando tan solo como papel, y sus banqueros huyen a las criptodivisas y otras formas por saber que el proceso de cambio es imparable.
Por lo que respecta a las potencias emergentes es bien conocido que Rusia ha liquidado el 85% de sus reservas de dólares y ha comprado tanto oro como le ha sido posible, lo que hace que numerosos países emprendan caminos de búsqueda de refugios económicos por el estallido que se espera, y el estallido será mundial, La situación es tan grave que Kissinger declara que para salvarse deben conseguir el “reinicio” o de lo contrario habrá guerra. Fruto del “reinicio” capitalista es lo que éste vicepresidente de EEUU, jefe de la CIA y responsable de numerosos crímenes, llama Nuevo Orden Mundial, que lo concibe como una nueva forma de dominación. Habría que decir aquí que la frase Nuevo Orden Mundial se refiere a su sistema de explotación imperial concebida con su creación como país; tanto es así que la frase Nuevo Orden Mundial la han imprimido en el billete de 1 dólar, en el dólar han dicho como quieren el mundo-su mundo, el que vemos cómo se va desintegrando, y esa misma frase la han puesto en el Gran Sello de EEUU para así decírselo a si mismos, arrogancia y vanidad con la que aun dominan el mundo, pero eso ya no funciona igual, se les ha gripado el motor.
El agarrotamiento de EEUU representado en sus corporaciones capitalistas perdiendo terreno, es seguido con suma atención por los pueblos que se liberan y hacen su propio camino para dejar de servir al imperio sus materias primas. Las dificultades del monstruo para su subsistencia han crecido hasta hacerse mayúsculas, se aprecia con facilidad cómo su influencia ideológica-cultural se empieza a disolver. La imposición imperial proviene de la fuerza sin disimulo, la más abusiva, de ahí que quienes se liberan se distancien de inmediato y hagan sobresalir su propia entidad. Contra los principales de todos esos, los grandes que son ajenos al imperialismo, lanza la élite de EEUU su plan de liquidación, pues según Kissinger, la solución a su crisis es el reinicio del capitalismo con su Nuevo Orden Mundial, o tendrán que desatar una guerra, y todo apunta a esto último..
En la continuación de la guerra desatada con la pandemia, división social, anulación de medios sociales de protección y auxilio médico, persecución de quienes, desde el aislamiento, presentaban el carácter experimental de los inyectables y sus componentes prohibidos empleados en el capitalismo, a lo que se añade la ruptura social producida a causa de las decisiones políticas, el imperio ha lanzado a la guerra que empieza, quizás la advertida por Kissinger a los suyos, todos sus adoctrinados medios de difusión, ha empezado, sobre el dominio desinformativo de la llamada pandemia, la mayor campaña de desinformación que se conoce en preparación de algo mucho mayor, ha cerrado todos los canales informativos del país sobre el que en primera instancia pretende desarrollar su recomposición, ha continuado su tarea mintiendo, deshumanizando a su contrario, cargando contra su desarrollo político y económico e impulsando la guerra militar mediante terceros. Juega con Ucrania nazi como avanzadilla e implica a todos esos gatos pardos que se agrupan en la UE para que se arruine rompiendo su intercambio comercial con quien le atiende como primer asiento por proximidad.
La guerra de EEUU busca la separación, el distanciamiento, la enemistad que acompañe su guerra empezada en Ucrania. La experiencia de EEUU en ese sentido le viene proporcionada por su propia Historia, es un país con 246 años de vida y con 228 años metido en guerras, su supervivencia depende del aplastamiento de aquellos a quienes quiere robar sus bienes:(https://
www.ecured.cu/Anexo:Conflictos_armados_en_que_ Estados_Unidos_se_ha_involucrado_desde_1776 )
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