25.09.20 - El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, da otra vuelta de tuerca tras la embestida contra el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao.
Logró que un brasileño defensor de las reglas de la convivencia democráticas se baje de la OEA y que ingrese al organismo otro brasileño, Arthur Bragança de Vasconcellos Weintraub, que se caracteriza por su racismo.
El nuevo amigo ultraconservador del secretario general de la OEA ocupa la secretaría de Acceso a los Derechos y la Equidad de la entidad regional, luego de dejar el gobierno de Jair Bolsonaro, donde era asesor especial del presidente de Brasil.
Almagro, en otra época integrante del Frente Amplio uruguayo y canciller de José Mujica, llegó a la Organización de Estado Americanos en 2015, en un momento cumbre del progresismo en la región y en el marco de un avance de los procesos de integración, fuera de la órbita de Estados Unidos.
Pero desde la llegada de Donald Trump al poder viró hacia el mayor sometimiento a la voluntad de la Casa Blanca que se recuerde en la historia del organismo con sede en Washington. el caso encabeza con el mismo fervor la ofensiva contra el gobierno bolivariano de Venezuela.
En ese marco, a pocos días que comenzara un nuevo período de Abrao en la CIDH, anunció que no firmaría la renovación de mandato, amparado en denuncias por presunto maltrato al personal a su cargo. Eso generó controversia por la injerencia del secretario general en la CIDH, un organismo que debe tener independencia de criterio no solo por cuestiones reglamentarias, sino éticas. De hecho, Abrao había sido elegido de acuerdo al protocolo tradicional a principios de año.
Logró que un brasileño defensor de las reglas de la convivencia democráticas se baje de la OEA y que ingrese al organismo otro brasileño, Arthur Bragança de Vasconcellos Weintraub, que se caracteriza por su racismo.
El nuevo amigo ultraconservador del secretario general de la OEA ocupa la secretaría de Acceso a los Derechos y la Equidad de la entidad regional, luego de dejar el gobierno de Jair Bolsonaro, donde era asesor especial del presidente de Brasil.
Almagro, en otra época integrante del Frente Amplio uruguayo y canciller de José Mujica, llegó a la Organización de Estado Americanos en 2015, en un momento cumbre del progresismo en la región y en el marco de un avance de los procesos de integración, fuera de la órbita de Estados Unidos.
Pero desde la llegada de Donald Trump al poder viró hacia el mayor sometimiento a la voluntad de la Casa Blanca que se recuerde en la historia del organismo con sede en Washington. el caso encabeza con el mismo fervor la ofensiva contra el gobierno bolivariano de Venezuela.
En ese marco, a pocos días que comenzara un nuevo período de Abrao en la CIDH, anunció que no firmaría la renovación de mandato, amparado en denuncias por presunto maltrato al personal a su cargo. Eso generó controversia por la injerencia del secretario general en la CIDH, un organismo que debe tener independencia de criterio no solo por cuestiones reglamentarias, sino éticas. De hecho, Abrao había sido elegido de acuerdo al protocolo tradicional a principios de año.
l caso del nuevo titular de Acceso a Derechos y Equidad es bien diferente. Hombre de la ultraderecha bolsonarista, es hermano del que fuera ministro de Educación, Abraham Bragança de Vasconcelos Weintraub, y que fuera obligado a renunciar en abril pasado luego de una cadena de exabruptos, entre los cuales quizás el menor haya sido su pedido de cerrar el Congreso y la Corte Suprema para facilitar la gestión de Bolsonaro.
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