Sábado 25/05/2011
Crédito: CUBADEBATE
Los medios, las consultoras, los
economistas, los bancos de inversión, los presidentes de los bancos centrales,
los ministros de hacienda, los gobernantes no hacen otra cosa que hablar de “la
crisis griega”. Ante tanta vocinglería mal intencionada es oportuno parafrasear
aquella frase de campaña de Bill Clinton para decir e insistir que la crisis es
del capitalismo, no de Grecia. Que este país es uno de los eslabones más
débiles de la cadena imperialista y que es a causa de ello que por allí hacen
eclosión las contradicciones que lo están carcomiendo irremisiblemente.
La alarma de los capitalistas,
justificada sin dudas, es que el derrumbe de Grecia puede arrastrar a otros
países como España, Irlanda, Portugal y comprometer muy seriamente la
estabilidad económica y política de las principales potencias de la Unión
Europea. Según informa la prensa financiera internacional, representativa de
los intereses de la “comunidad de negocios” (léase: los gigantescos oligopolios
que controlan la economía mundial) la resistencia popular a las brutales
medidas de austeridad propuestas por el ex presidente de la Internacional
Socialista y actual primer ministro griego, Georgios Andreas Papandreu, amenazan
con arrojar por la borda todos los estériles esfuerzos hasta ahora realizados
para paliar la crisis.
La zozobra cunde en el patronato
ante las dificultades con que tropieza Atenas para imponer las brutales
políticas exigidas por sus supuestos salvadores. Con toda razón y justicia los
trabajadores no quieren hacerse cargo de una crisis provocada por los tahúres
de las finanzas, y la amenaza de un enorme estallido social, que podría
reverberar por toda Europa, tiene paralizada a las dirigencias griega y europea.
La inyección de fondos otorgada
por el Banco Central Europeo, el FMI y los principales países de la zona euro
no han hecho sino agravar la crisis y fomentar los movimientos especulativos
del capital financiero. El resultado más visible ha sido acrecentar la
exposición de los bancos europeos ante lo que ya aparece como un inevitable
default griego. Las conocidas recetas del FMI, el BM y el Banco Central
Europeo: reducción de sueldos y jubilaciones, despidos masivos de empleados
públicos, remate de empresas estatales y desregulación de los mercados para
atraer inversiones han surtido los mismos efectos padecidos por varios países
de América Latina, notablemente la Argentina.
Parecería que el curso de los
acontecimientos en Grecia se encamina hacia un estrepitoso derrumbe como el que
conocieran los argentinos en diciembre del 2001. Dejando de lado algunas obvias
diferencias hay demasiadas semejanzas que abonan este pronóstico. El proyecto
económico es el mismo, el neoliberalismo y sus políticas de shock ; los actores
principales son los mismos: el FMI y los perros guardianes del imperialismo a
escala global; los ganadores son los mismos: el capital concentrado y muy
especialmente la banca y las finanzas; los perdedores son también los mismos:
los asalariados, los trabajadores y los sectores populares; y la resistencia
social a esas políticas tiene la misma fuerza que supo tener en la Argentina.
Es difícil imaginar un soft landing, un aterrizaje suave, de esta crisis. Lo
previsible y lo más probable es precisamente lo contrario, tal como ocurrió en
el país sudamericano.
Claro que a diferencia de la
crisis argentina, la griega está destinada a tener un impacto global
incomparablemente mayor. Por eso el mundo de los negocios contempla con horror
el posible “contagio” de la crisis y sus devastadores efectos entre los países
del capitalismo metropolitano. Se estima que la deuda pública griega asciende a
486.000 millones de dólares y que representa un 165 % del PIB de ese país. Pero
tal cosa ocurre en una región, la “eurozona” en donde el endeudamiento ya
asciende al 120 % del PIB de los países del euro, con casos como Alemania con
un 143 %, Francia, 188 % y Gran Bretaña con el 398 %.
No debe olvidarse, además, que la
deuda pública de Estados Unidos ya asciende al cien por ciento de su PBI. En
una palabra: el corazón del capitalismo global está gravemente enfermo. Por
contraposición la deuda pública china en relación a su gigantesco PBI es de
apenas el 7 %, la de Corea del Sur 25 % y la de Vietnam 34 %. Hay un momento en
que la economía, que siempre es política, se transforma en matemática y los
números cantan. Y la melodía que entonan dicen que aquellos países están al
borde de un abismo y que su situación es insostenible.
La deuda griega -exitosamente
disimulada en su gestación y desarrollo gracias a colusión criminal de
intereses entre el gobierno conservador griego de Kostas Karamanlis y el banco
de inversión favorito de la Casa Blanca, Goldman Sachs- fue financiada por
muchos bancos, principalmente en Alemania y, en menor medida, Francia. Ahora
son acreedores de papeles de una deuda que la calificadora de riesgo Standard
& Poor’s (S&P) calificó con la peor nota del mundo: CCC, es decir,
tienen acreencias sobre un deudor insolvente y que no tiene condiciones de pagar.
En igual o peor posición se
encuentra el ultraneoliberal Banco Central Europeo, razón por la cual un
default griego tendría consecuencias cataclísmicas para este verdadero ministro
de finanzas de la Unión Europea, situado al margen de cualquier control
democrático. Las pérdidas que originaría la bancarrota griega no sólo
comprometería a los bancos expuestos sino también a los países en problemas,
como España, Irlanda, Italia y Portugal, que tendrían que afrontar el pago de
intereses mucho más elevados que los actuales para equilibrar sus deterioradas
finanzas. No hace falta mucho esfuerzo para imaginar lo que sucedería si se
produjese, como se teme, una cesación unilateral de pagos griega, cuyo primer
impacto daría en la línea de flotación de la locomotora europea, Alemania.
Los problemas de la crisis griega
(y europea) son de origen estructural. No se deben a errores o a percances
inesperados sino que expresan la clase de resultados previsibles y esperables
cuando la especulación y el parasitismo rentístico asumen el puesto de comando
del proceso de acumulación de capital. Por algo en el fragor de la Gran
Depresión de los años treinta John Maynard Keynes recomendaba, en su célebre
Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, practicar la eutanasia
del rentista como condición indispensable para garantizar el crecimiento
económico y reducir las fluctuaciones cíclicas endémicas en el capitalismo.
Su consejo fue desoído y hoy son
aquellos sectores los que detentan la hegemonía capitalista, con las consecuencias
por todos conocidas. Comentando sobre esta crisis el Istvan Meszaros decía hace
pocos días que “una crisis estructural requiere soluciones estructurales”, algo
que quienes están administrando la crisis rechazan terminantemente. Pretenden
curar a un enfermo en gravísimo estado con aspirinas.
Es el capitalismo el que está en
crisis y para salir de ella se torna imprescindible salir del capitalismo,
superar cuanto antes un sistema perverso que conduce a la humanidad al
holocausto en medio de enormes sufrimientos y una depredación medioambiental
sin precedentes. Por eso la mal llamada “crisis griega” no es tal; es, en
cambio, el síntoma más agudo de la crisis general del capitalismo, esa que los
medios de comunicación de la burguesía y el imperialismo aseguran desde hace
tres años que ya está en vías de superación, pese a que las cosas están cada
vez peor.
El pueblo griego, con su firme
resistencia, demuestra estar dispuesto a acabar con un sistema que ya es
inviable no en el largo sino en el mediano plazo. Habrá que acompañarlo en su
lucha y organizar la solidaridad internacional para tratar de evitar la feroz
represión de que es objeto, método predilecto del capital para solucionar los
problemas que crea su desorbitada voracidad. Tal vez Grecia, que hace más de
dos mil quinientos años inventó la filosofía, la democracia, el teatro, la
tragedia y tantas otras cosas, pueda volver sobre sus fueros e inventar la
revolución anticapitalista del siglo veintiuno. La humanidad le estaría
profundamente agradecida.
DEUDA DE ESTADOS UNIDOS ACTUAL
16,7 BILLONES DE DOLARES
Estados Unidos alcanzará su techo
de endeudamiento a mediados de octubre de 2013, y el Congreso debería subir ese límite
antes de esas fechas para evitar un default, dijo este lunes el secretario del
Tesoro, Jacob Lew. En una carta dirigida al Congreso, Lew urgió una vez más
como lo hizo la semana pasada, a los legisladores a aumentar el límite de
endeudamiento, actualmente de 16,7 billones de dólares, afirmando que no
hacerlo “causaría un irreparable daño a la economía estadounidense”.
El Tesoro ha estado operando
ayudado por “medidas extraordinarias” para manejar los gastos y un aumento de
las cuentas por encima de lo previsto. “Basados en nuestras últimas
estimaciones, las medidas extraordinarias quedarán agotadas a mediados de
octubre”, señaló en referencia al tope de endeudamiento. “En ese momento,
Estados Unidos habrá alcanzado el límite de su autorización para pedir
créditos, y el Tesoro tendrá que financiar al gobierno solo con el efectivo que
tenemos a mano”, añadió. Eso “colocaría a Estados Unidos en una posición
inaceptable”, señaló Lew.
Lew advirtió además que si
declina la demanda de los inversores por la deuda estadounidense, el país
enfrentará una inmediata falta de fondos. “De hecho, tal escenario afectaría a
los mercados financieros y resultaría en significativos trastornos para nuestra
economía”, afirmó.
El oficialismo demócrata y la
oposición republicana se enfrentan por el gasto público periódicamente, con la
Casa Blanca advirtiendo de la importancia del gasto público federal para los
programas sociales, y los republicanos pidiendo recortes. AFP. jueves, 12 de
enero de 2012.
¿A cuánto asciende la deuda de
los Estados Unidos?
LA DEUDA MÁS GRANDE DEL MUNDO
The Gatekeeper se preguntaba ¿Cómo sería visualizar la
deuda total de los USA? 114.5 billones de dólares es la estratosférica suma que
alcanza la deuda no financiada de los Estados Unidos de América. Siendo un
número tan grande es difícil intentar visualizarla, es por esto que la página usdebt.kleptocracy.us
haciendo una interesante labor nos explica de manera gráfica los grandes
volúmenes de dinero que se manejan en esta deuda financiera.
¡¡¡¡ $ 114.5 Billones de
Dólares!!!!
Ahhhhh
(y la maquinita sigue imprimiendo)
$ 114.500.000.000.000. - EE.UU.
pasivo no financiado
A la derecha se puede ver la columna de frío facturas duro de 100 dólares que
los enanos
WTC y el Empire State Building - tanto en los edificios más altos del mundo un
punto.
Si usted mira cuidadosamente se puede ver la Estatua de la
Libertad. El dólar 114,5 billones de
super-rascacielos es la cantidad de dinero que el Gobierno de los EE.UU. sabe que
no tiene que financiar en su totalidad el Medicare, programa de recetas médicas
de drogas, Seguro Social, pensiones funcionario militar y civil. Es el
dinero que EE.UU. sabe que no será tienen que pagar todas sus cuentas.
Si usted vive en EE.UU. esta es su cuenta de tarjeta de crédito personal, usted
es responsable, junto con todos los demás a pagar la parte posterior. Los
ciudadanos de EE.UU. creó el Gobierno de los EE.UU. para servir ellos, esto es
lo que el Gobierno de EE.UU. ha hecho al mismo tiempo servir al pueblo.
El pasivo flotante se calcula el
impuesto corriente y las entradas de financiación, y el futuro demográfico
cambios en la población de EE.UU.
Nota: En la imagen 114.5T sobre el
tamaño de la base de la pila de dinero es la mitad de un trillón, no 1T como en
la imagen 15T. La altura es doble. Esto se hizo para reflejar la base del Empire State y
el WTC más de cerca.
Domingo, 15/09/2013
PERSISTE EL RIESGO A
CINCO AÑOS DE LA CAÍDA DE LEHMAN BROTHERS
Crédito: AP. Andrés Rojas Jiménez
Crédito: AP. Andrés Rojas Jiménez
Los
plazos de la Ley para Promover la Estabilidad Financiera de Estados Unidos se
han incumplido en 60%. “La noción de que la caída de Lehman Brothers causó la
crisis financiera en Estados Unidos es errada y peligrosa”, es la conclusión de
Norbert J. Michel, investigador en el área de regulación financiera de la
Heritage Foundation.
El
peligro de este mito es que perpetúa la política de rescate de las
instituciones financieras con dinero de los contribuyentes y permite a los
responsables políticos que generaron la crisis escapar de la responsabilidad de
sus acciones”, dijo a propósito de cumplirse cinco años de la caída de la banca
de inversión, una de las más importantes del mundo, ocurrida el 15 de
septiembre de 2008. La crisis ocasionó una de las peores recesiones en Estados
Unidos desde la Gran Depresión de los años treinta y con consecuencias globales
para las economías occidentales.
Michel
recordó que los errores partieron de
decisiones adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos, en ese momento
encabezado por el presidente George W. Bush, y por la Reserva Federal. En marzo
de ese año se aceptó que JP Morgan obtuviera facilidades crediticias para la
adquisición de la banca de inversión Bear Stearns, lo que hizo presumir que los
beneficios de compensación de pérdidas serían extensivos a los compradores de
Lehman.
La
gestión de Barack Obama no ha estado exenta de críticas justamente por las
ayudas financieras que otorgó y porque parte de las políticas de regulación que
prometió en 2008 no se han cumplido. Y quizá por el hecho de que se cumple un
lustro de este colapso, el mandatario retomó su iniciativa luego de una reunión
que mantuvo a finales de agosto con Ben Bernanke, presidente de la Reserva
Federal.
El
legado de Dodd y Frank
Los
defensores de la gestión Obama dijeron que uno de los correctivos fue la
aprobación de la Ley para Promover la Estabilidad Financiera de Estados Unidos,
en 2010, que planteó la reforma del mercado de Capitales en Wall Street,
impulsada por legisladores demócratas: el representante del estado de
Massachusetts, Barney Frank, y el senador por Connecticut, Christopher Dodd. De
allí que siguiendo la costumbre parlamentaria se le llame la Ley Dodd-Frank.
Sin
embargo, no está garantizada la completa estabilidad en vista de que persisten
rezagos en la especulación financiera y es criticada porque no ha logrado
alcanzar la regulación que ofreció Obama. Un reporte de la agencia de noticias
AP indica que debido a la complejidad de la legislación, se ha incumplido 60%
de los plazos fijados para acatar las disposiciones que se establecieron para
contener los riesgos en el sector financiero, según la investigación del bufete
Davis Polk, uno de los más destacados en Nueva York.
“Le
tendría que otorgar una calificación mediocre”, declaró a la agencia Sheila
Bair, ex presidente del Fondo de Garantías del Sector Asegurador de Estados
Unidos. “Muchas de las reglas no han concluido y varias de ellas ni siquiera se
han propuesto y las que se han presentado están acompañadas de excepciones o
son muy débiles”.
El
petróleo
La
cotización del petróleo en los mercados financieros internacionales no escapa de
la regulación de la Ley para Promover la Estabilidad Financiera de Estados
Unidos o la Dodd-Frank Act, en honor de los legisladores que la impulsaron. En
las propuestas y discusiones se expuso la necesidad de evitar que los precios
de los llamados comoditties o materias primas estuvieran distorsionados por
situaciones que no responden a la oferta y demanda energética, sino a la
especulación financiera o la obtención de ganancias a corto plazo.
La
legislación estableció que la Comisión para las Negociaciones a Futuro de
Commodites o Materias Primas, órgano regulador en Estados Unidos, fije límites
a las posiciones de estos bienes, incluidos los canjes de contratos petroleros
sobre los cuales se ha señalado que inflan los precios del crudo hasta 18
veces. De allí que se hable en el argot financiero de barriles de papel o
barriles electrónicos por las transacciones que envuelven.
Para aprobar los límites es necesario que por lo
menos tres de los miembros de la votación aprueben la restricción, caso
contrario no se pueden estipular los topes a los montos por negociar. Este es
uno de los aspectos que señala que hay incumplimiento de la ley, sobre todo
porque en el sector financiero se intenta bloquear cualquier decisión que
limite la especulación.
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