¿Hay razones políticas detrás del atentado contra Shinzo Abe?
hace 8 horas (actualizado: hace 2 horas)
© AP Photo / Shizuo Kambayashi
El ex primer ministro japonés Shinzo Abe falleció tras el atentado que sufrió este 8 de julio. Sputnik habló con expertos que analizaron si hubo alguna razón política para atacar a Abe.
"Creo que no hay ninguna razón política para el intento de asesinato de Abe, ni hay ninguna fuerza política detrás", opinó a Sputnik Valeri Kistánov, director del Centro de Estudios de Japón del Instituto del Lejano Oriente de Rusia.
Señaló que a pesar de que Abe tenía problemas políticos, ya que era un halcón, los izquierdistas que estuvieron activos en las décadas de 1950 y 1960, hace tiempo que han desaparecido, mientras que los derechistas no tenían motivos para atentar porque el propio Abe era de derechas, "tenía un nacionalismo sano".
Al mismo tiempo, había insatisfacción con la vida entre la gente común, "porque la abenómica que Abe promovió tan activamente dio como resultado la estabilización de los precios, el crecimiento de las acciones, pero no la mejora de la vida de la gente común", puntualizó.
Según el experto, el descontento de la población con Abe a causa de la mala preparación del país para una pandemia no es un motivo para un ataque porque "eso era lo que ocurría en prácticamente todos los países".
"Se le ridiculizó por los llamados abemascarillas, que se distribuían a la gente de forma gratuita, pero eso no era motivo para matar", reflexionó Kistánov.
Señaló que también hubo quienes no estaban contentos con su política hacia Rusia, algunos incluso lo llamaron primer ministro prorruso, acusándolo de supuestamente haber aceptado firmar un tratado de paz bajo los términos de entregar dos islas a Japón en lugar de cuatro.
"Pero no fue así. Simplemente fue persistente y consistente en la búsqueda de su objetivo: se fijó el objetivo de firmar un tratado de paz con Rusia y estaba avanzando hacia ese objetivo por medio del poder blando", declaró.
Agregó que a pesar de que el atacante era un exmarine, los militares no tenían ciertamente ninguna razón para sentirse ofendidos por Abe: estaba comprometido con el aumento del poder militar del país y el gasto militar, y por lo tanto el mantenimiento militar, estaba creciendo.
"En definitiva, había mucho descontento con la política de Abe desde todos los ángulos, pero ese descontento no era tan agudo como para tramar deliberadamente un atentado", afirmó el experto, al agregar que en su opinión se trata de un trastorno mental del solitario.
Este es el punto de vista que comparte Nishikawa Shin-ichi, politólogo japonés, profesor del Departamento de Economía Política de la Universidad Meiji.
"Es poco probable que haya habido una apertura organizativa. Supongo que en este caso se trata de un delito aislado cometido en solitario", declaró al indicar que el motivo es bastante imposible de predecir.
Nishikawa Shin-ichi calificó el atentado como el peor incidente en la historia de la política de la posguerra en Japón y se preocupó de las posibles consecuencias.
"En las próximas elecciones a la Cámara Alta, el partido liberal-demócrata ganará con una mayoría aplastante. Y después, sobre la ola de la opinión pública de que tales acontecimientos no deben repetirse, se reforzará la ley de seguridad pública, lo que podría llevar a un régimen policial de preguerra", advirtió.
"Fue una figura poderosa en la política japonesa, en contraste con los numerosos y tenues primeros ministros que se sucedieron, lo que en Japón se conoce como el efecto de puerta giratoria. Es difícil decir cuándo Japón volverá a tener una figura de ese calibre", finalizó Kistánov.
No hay comentarios:
Publicar un comentario