martes, 30 de noviembre de 2021

LA GRAN HIPOCRESÍA ESTADOUNIDENSE: INVADIR A OTROS PAISES Y MATAR INOCENTES EN NOMBRE DE LA DEMOCRACIA. CRI

CREDITO CRI

"Ha habido suficientes guerras y disturbios en todo el mundo para demostrar que la promoción de la 'democracia' contra los sistemas políticos y valores de otros países socava gravemente la paz, la seguridad y la estabilidad regional e internacional". Estas palabras corresponden a un artículo conjunto publicado recientemente en la revista estadounidense National Interest por los embajadores de China y Rusia en Estados Unidos. Los representantes de ambos países expresan su firme oposición a la llamada Cumbre de la Democracia que tiene previsto convocar Estados Unidos.  

Sucede que el mundo se ha dado cuenta que esta cumbre programada para el 9 y 10 de diciembre no es más que un ardid de Estados Unidos para instigar la confrontación ideológica, crear divisiones y mantener su hegemonía en el mundo, al tiempo que constituye una peligrosa maniobra con el objetivo de revivir una mentalidad de Guerra Fría. Estados Unidos alza la bandera de la "democracia", pero para llevar a cabo actividades antidemocráticas en diferentes países.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido el más interesado en una política internacional de camarillas bajo la bandera de la "democracia". Es así que ha pasado a ser el principal invasor de otras naciones y también el mayor asesino de personas inocentes en nombre de la propagación de dicho sistema. Según un informe emitido por la Sociedad de Estudios de Derechos Humanos de China, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el año 2001, hubo un total de 248 conflictos armados en 153 regiones del mundo, de los cuales 201 fueron iniciados por Estados Unidos, lo que representa aproximadamente el 81 %. Desde el bombardeo de Yugoslavia hasta la invasión de Afganistán, pasando por la intervención militar en Irak y Libia, la llamada "transformación democrática" promovida por Estados Unidos ha causado bajas civiles y pérdidas materiales extremadamente graves y dolorosas, sumiendo a los países afectados en situaciones de inestabilidad de largo plazo.

Bajo el velo de la "democracia estadounidense" se revelan numerosas cicatrices. Tomemos como ejemplo la guerra de Afganistán que duró casi 20 años. Más de 30.000 civiles fueron asesinados o bombardeados por el ejército de Estados Unidos. Más de 60.000 personas resultaron heridas y alrededor de 11 millones se convirtieron en refugiados. Según las estimaciones de académicos de la Universidad de Kabul, la guerra en Afganistán ha provocado pérdidas económicas equivalentes a unos 60 millones de dólares estadounidenses y causado unas 250 víctimas diarias.

Adicionalmente, Estados Unidos ha interferido con frecuencia en otros países apoyando guerras, incitando a la rebelión, provocando asesinatos, incurriendo en el suministro de armas y municiones, y entrenando fuerzas antigubernamentales, todo lo cual ha causado graves daños a la estabilidad social y la seguridad de las personas en los países intervenidos.

En los últimos años, con el fin de contener el desarrollo de China, algunos políticos estadounidenses han echado mano una vez más a sus viejos trucos. Desde proponer la "estrategia del Indo-Pacífico" hasta crear el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral junto con Japón, India y Australia; desde alentar a algunos países a enviar buques de guerra al mar Meridional de China y al estrecho de Taiwan para la llamada "navegación libre" hasta el establecimiento de la asociación de seguridad trilateral (AUKUS) de la mano de Reino Unido y Australia: todas las acciones de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico bajo la bandera de la "democracia" instigan a la confrontación y constituyen el principal factor que socava la paz y estabilidad regionales.

La democracia es un valor común anhelado por todos los países, no una mera herramienta política que Estados Unidos puede manipular arbitrariamente. Luego de sus innumerables crímenes cometidos contra otros países y su socavamiento de la seguridad regional, Washington no tiene derecho a hablar de democracia. Y la Cumbre de la Democracia a la que ahora pretende convocar es sólo una de sus últimas comedias.

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Mundo

2021-11-29 08:36 GMT

 

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