Identifican las células que pueden empujar a los hombres a la agresión y al sexo
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Los científicos estadounidenses establecieron la meta de saber qué mecanismos neuronales están detrás de las relaciones sexuales. Resultó que al bloquear dos cadenas de neuronas en el cerebro de los ratones machos, los neurofisiólogos los han privado de la agresión y el interés por las hembras.
Previamente, los científicos encontraron que hay varias áreas especiales en el cerebro humano y en todos los demás mamíferos que son responsables del trabajo de varios aspectos.
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Los experimentos demostraron que su activación cambia la actividad del sistema hormonal, así como la reconstrucción de todo el cerebro. Por lo tanto, los científicos se centraron en la búsqueda de las áreas similares que están asociadas con otras formas instintivas de comportamiento.
La agresión y el deseo sexual están relacionados con la misma área del cerebro, el hipotálamo ventromedial, y esta conexión es solo característica de los machos.
Los científicos de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York encontraron dos grupos de células nerviosas que unen el hipotálamo con la punta trasera de la amígdala que regula las emociones, incluyendo el miedo, la ansiedad y la agresión.
Cuando los neurofisiólogos bloquearon las señales de estos grupos de neuronas, los ratones macho perdieron el interés en tener relaciones sexuales y atacaban a los machos desconocidos con la mitad de frecuencia.
Cuando las mismas señales fueron activadas, los animales no solo pudieron aparearse sino que cortejaron repetidamente a las hembras no receptivas y además se volvieron inusualmente agresivos.
"Nuestros hallazgos proporcionan nuevos conocimientos sobre el papel crucial que desempeña la amígdala posterior en la conducción de las conductas sociales masculinas como el sexo y la agresión", afirmó el autor principal del estudio Takashi Yamaguchi.
"Nuestra nueva comprensión de qué células provocan comportamientos sexuales y agresivos debería ayudarnos a elegir mejores objetivos cerebrales al diseñar futuros tratamientos para los trastornos psiquiátricos", aseguró la investigadora principal del estudio, Dayu Lin.
Aún así, Lin advierte que gran parte de la estructura de la amígdala posterior sigue siendo poco comprendida y que los investigadores aún necesitan determinar cómo estos hallazgos podrían traducirse a los cerebros humanos. Su equipo también planea estudiar cómo los dos grupos de células nerviosas interactúan en los cerebros de las hembras roedoras.
La nueva investigación se publicó en la revista Nature Neuroscience.
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