| Última actualización: 30 oct 2019 18:42 GMT
Durante la crisis de los misiles de Cuba, este oficial de un submarino soviético fue una de las tres personas responsables de la decisión de lanzar o no un ataque nuclear contra EE.UU. y el único que dijo "no".
Este lunes 28 octubre se cumplieron 57 años de la resolución de la denominada crisis del Caribe o crisis de los misiles de Cuba. En ese día de 1962, el entonces presidente estadounidense, John F. Kennedy, recibió un mensaje personal de Nikita Jrushchov en el que el líder soviético propuso una manera para llegar a un acuerdo y acabar con el conflicto.
La propuesta fue aceptada y Moscú anunció el desmantelamiento de sus misiles balísticos en situadas en el territorio cubano y garantizó que no volvería a desplegarlos. Washington, por su parte, acordó —aunque no públicamente— retirar sus misiles balísticos de Italia y Turquía, país fronterizo con la URSS.
"Muchos se han olvidado de esos tiempos", escribió el reconocido periodista ruso Vladímir Pózner en su página web. "Yo lo recuerdo bien, era una persona bastante madura en el año 1962. Y recuerdo que había una sensación de que una guerra nuclear estaba por comenzar y que todos nosotros íbamos a morir", recuerda. "No todos saben lo cerca que estuvimos de esa guerra".
Y es que, en un momento determinado, la tensión llegó hasta tal punto que la decisión sobre el lanzamiento de un ataque nuclear por parte de la URSS contra EE.UU. dependió de tres oficiales a bordo de un submarino soviético B-59. La decisión debía tomarse por unanimidad. Dos votaron a favor y solo uno de ellos lo hizo en contra, evitando así el inicio de una guerra nuclear. Su nombre era Vasili Arjípov.
Solo contra todos
El conflicto de 1962 entre la URSS, Cuba y EE.UU. empezó después de que la Inteligencia estadounidense mostrara al presidente Kennedy fotografías que evidenciaban la presencia de misiles balísticos soviéticos de alcance medio en la isla caribeña.
El 27 de octubre, las fuerzas navales estadounidenses detectaron en la zona un submarino B-59 de la URSS y lanzaron cargas de profundidad para forzarlo a salir a la superficie. Las bombas provocaron una explosión y un apagón del sistema eléctrico del buque. El mando de la nave, que estaba equipada con armas nucleares, no sabía si había comenzado la guerra con EE.UU. y se vio ante la disyuntiva de tener que decidir en solitario si lanzar o no un ataque en respuesta.
Para ello era necesario que los tres comandantes del submarino acordaran una decisión unánime. Dos votaron a favor, pero Arjípov dijo: "No". Si hubiera accedido, los acontecimientos posteriores del conflicto habrían sido dramáticamente diferentes.
"Así de cerca estuvimos de destruirnos el uno al otro", señaló Pózner. Según el periodista ruso, aunque en la actualidad "ya no hay una crisis del Caribe", el grado de desconfianza existente entre ahora Rusia y EE.UU., así como sus respectivas capacidades nucleares, son hoy más altos que nunca, pero ya "no hablamos de la guerra".
"La gente ya no hace brindis como 'Ojalá no haya guerra'. La gente no sale a las calles —ni en Occidente, ni en nuestro país— exigiendo que las autoridades reduzcan la producción de armas", lamentó Pózner. "Eso no lo entiendo, pero, en cualquier caso, solo quería recordarles lo que sucedió el 28 octubre de 1962", concluyó.
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