Por: Jesús Millán Alejos | |
El fenómeno migratorio venezolano, producto de un crimen de agresión orquestado desde los centros de poder en EEUU y Europa, ha experimentado una pérdida de atención por parte de los grandes medios mundiales.
En vista de la caída de los paradigmas económicos de la región, miles de venezolanos se han devuelto reservadamente por sus propios medios y con ayuda del Estado venezolano, al verse develada la quimera neoliberal, ¿por qué?.
Alfred de Zayas ha calificado de "industria de los derechos humanos" a un complejo andamiaje internacional, representado por agencias internacionales privadas y de Estados nacionales, así como entes de derecho internacional público y sus funcionarios, que velan por la preservación de los DD. HH. en el mundo. No obstante en la actual coyuntura venezolana, algunas de estas personas jurídicas se han prestado para tergiversar la realidad.
Se han hablado de cifras que van desde los descabellados casi cinco millones de refugiados (según ACNUR), hasta los conservadores 700.000 migrantes (Gobierno de Venezuela), que si bien no es objeto de esta opinión emitir algún juicio de valor, podemos decir que se incluyen como refugiado político hasta los que han pagado costosos pasajes aéreos a Miami, Madrid y Bogotá; en muchos casos huyendo de la Justicia.
Comparar la crisis económica en Venezuela con una guerra civil con caracteres multinacionales como es Siria, así como la guerra y la sequía en Sudán que tiene décadas, no es un cálculo errado, ni una afirmación hiperbólica. Es en sí misma una acción dolosa encaminada a recaudar cientos de millones de dólares que van a parar a los bolsillos de líderes de la región que odian el bolivarianismo desde tiempos ancestrales.
Frenar el bolivarianismo, más que ser una actitud visceral de los grupos de derecha conservadores del continente, es una necesidad histórica para ellos poder conservar sus mezquinos intereses. Destruir la revolución bolivariana es un imperativo para poder perpetuar en el continente suramericano la doctrina neoliberal y convertirlo en un apéndice de Occidente.
El ataque multidimensional contra Venezuela provocó indudablemente la crisis migratoria, un siglo de desidia y desatención social del sistema rentista petrolero, fueron saldados en un par de lustros por el comandante Chávez, generaciones enteras de venezolanos pobres jamás habían hecho turismo, mucho menos comer tres veces al día, ni hablar de una casa propia, ni soñar de ir a una universidad.
Entonces, destruir el estado de bienestar construido por la revolución, a través de ataques a la moneda, desacreditación financiera y mediática, robo y pillaje de activos en el extranjero, infiltración paramilitar, entre otros, trajo consigo la crisis que tanto hicieron alharaca en medios internacionales. Hoy por hoy mágicamente se ha hecho la vista gorda y paulatinamente comienza el retorno de venezolanos.
El papel de los medios fue preponderante, pero no el único, para alebrestar a cientos de miles de venezolanos que a duras penas cumplían jornadas de ocho horas diarias, que nunca habían pagado a precios internacionales un recibo de electricidad, agua, aseo urbano, teléfono, internet, celular, gasolina, educación, salud, y un largo etcétera, para imbuirse en sociedades alienadas por el neoliberalismo.
El Gobierno venezolano, ha repatriado a través de un puente aéreo a casi 16.000 compatriotas, según cifras oficiales de octubre de 2019 y se afirma que hay decenas de miles que están en listas de espera. Algunos están en Perú y Ecuador donde la xenofobia ha llegado a límites del desquicio y ha torpedeado los humildes esfuerzos para traer a suelo seguro a las víctimas de aquella suerte de Noche de los cuchillos largos.
He visto muchos compatriotas, taciturnos y apesadumbrados que se habían encaminado en la onda de la migración, devolverse por: malos tratos, sueldos miserables, neoesclavitud, falta de servicios básicos como el agua, la salud, educación para los niños; sin un solo dólar, sin vivienda y vehículo por haberlos rematado; por creer que en el exilio les esperaba una vida de abundancia.
Con todo y sus problemas, en la Venezuela de los salarios más bajos del hemisferio, puedes pagar todos los servicios públicos, incluso tv satelital, llenar el tanque de combustible, educación y salud gratuita, están prohibidos los desahucios y la población en general tiene vivienda propia, que si bien es cierto hay una profunda crisis económica, existe un poderoso aliado que es su Gobierno que no ha dejado un solo venezolano desamparado, incluso el migrante.
En redes sociales, recalcitrantes opositores del chavismo pertenecientes a la farándula, han hecho propósitos de enmienda con respecto a su opinión sobre Venezuela y cómo les ha afectado incluso sus finanzas, se han visto arruinados en EEUU por cuanto todo su dinero provenía de Venezuela, allá nadie los conoce, ni paga para verlos; añoran incluso volver a una extraña dictadura que tanto criticaron.
Extraña dictadura, que nunca los expulsó del país y que extrañamente fleta aviones para devolverlos con dignidad.
Tomado de Sputniknews.
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