Lunes 25/11/2013
Solo 38 países
han alcanzado la meta de reducir el hambre a la mitad para el año 2015, de los
cuales 12 países son de América Latina y el Caribe. Entre esos países están
Venezuela, Cuba, Brasil, Chile, Honduras, Guyana, Nicaragua, Panamá, Perú,
Republica Dominicana, San Vicente y las granadinas y Uruguay y fueron premiados
por la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La FAO, el
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y a la Organización Asistencial Alimentaria (PMA)
han solicitado a todos los países "hacer esfuerzos adicionales
sustanciales e inmediatos" para cumplir con las metas de los Objetivos del
Milenio. "Con un último esfuerzo en los próximos dos años, se podrían
llegar a la meta de los ODM a otros países", escriben los jefes de la FAO,
el FIDA y el PMA -José Graziano da Silva, Kanayo F. Nwanze y Ertharin Cousin-
en el prefacio del informe 2013. Piden las intervenciones de los Estados
centradas en la nutrición en los sistemas agrícolas y alimentarios en su
conjunto, así como en sanidad pública y educación especialmente para las
mujeres.
"Las
políticas encaminadas a aumentar la productividad agrícola y la disponibilidad
de alimentos, sobre todo cuando se dirigen a los pequeños campesinos, pueden
lograr mitigar el hambre aun cuando exista una pobreza generalizada. Cuando se
combinan con la protección social y otras medidas para incrementar los ingresos
de las familias pobres, pueden tener un efecto aún más positivo y estimular el
desarrollo rural, mediante la creación de mercados dinámicos y oportunidades de
empleo, lo que resulta en un crecimiento económico equitativo", dicen los
jefes de los organismos de la ONU.
El informe
subraya que el crecimiento económico es la clave para el progreso en la
reducción del hambre. Pero el crecimiento no puede llevar a más y mejores
empleos e ingresos para todos, a menos que las políticas se dirijan
específicamente a los pobres, especialmente en las zonas rurales. "En los
países pobres, la reducción del hambre y de la pobreza sólo se logrará con un
crecimiento que no sólo sea sostenido, sino que también sea ampliamente
compartido".El informe sobre el hambre de la ONU no sólo mide el hambre
crónica, sino que presenta un nuevo conjunto de indicadores para todos los
países para captar las múltiples dimensiones de la inseguridad alimentaria. En
algunos países, por ejemplo, la prevalencia del hambre puede ser baja, mientras
que al mismo tiempo las tasas de subalimentación pueden ser muy altas, como lo
demuestra la proporción de niños con retraso del crecimiento (estatura baja
para la edad) o con falta de peso, cuya salud y desarrollo futuros se ponen en
riesgo.
Estas
distinciones son importantes para mejorar la eficacia de las medidas para
reducir el hambre y la inseguridad alimentaria en todas sus dimensiones. Las conclusiones y recomendaciones del Estado
de la Inseguridad Alimentaria en el mundo 2013 (SOFI por sus siglas en ingles).
Para este escribidor la situación de la pobreza mundial es crítica, aunque el
informe del SOFI 2012 intenta dar una visión optimista. En los países
desarrollados como los Estados Unidos, en vez de reducir el hambre, ésta ha
aumentado alcanzando en el año 2012 a 42 millones de personas pobres y ha
crecido el desempleo y sus ciudadanos no tienen servicios de educación y salud
gratuita. Lo que demuestra la crisis del sistema capitalista global. Otra muestra
de la misma crisis económica es la grave situación de los países de la
Comunidad Europea.
Germán Saltrón Negretti
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