A medida que la prevención y el control de la pandemia en China entran en una nueva etapa, muchos países han expresado su apoyo. Sin embargo, hay quienes insisten en ir en contra de la opinión pública internacional dominante y ponen obstáculos a los esfuerzos conjuntos en la lucha global contra la pandemia.
Recientemente, Estados Unidos ha afirmado estar dispuesto a colaborar con los esfuerzos de vacunación de China. Sin embargo, lo hizo después imponer restricciones de entrada a los pasajeros provenientes desde China. No es la primera vez que asistimos a este espectáculo hipócrita. Estados Unidos es indudablemente el país que más ha fracasado en el mundo en la lucha contra la pandemia, pero no escatima esfuerzos en presentarse como líder y partidario de la lucha mundial contra la pandemia. Por mucho que intente ocultarla, la verdad está expuesta ante los ojos de todos.
Tomemos el caso de las vacunas. Estados Unidos siempre se ha anunciado como "el donante más grande del mundo de vacunas contra la COVID-19". Según el seguimiento de la organización de investigación de salud de EE. UU. "Kaiser Family Foundation", Estados Unidos había prometido donar al menos 1.100 millones de dosis de vacunas al mundo antes del 2023. Sin embargo, hasta el 5 de este mes solo había donado 665 millones de dosis, un poco más de la mitad prometida. Sumado a esto, gran parte de las donaciones que han realizado a África son de lotes de vacunas vencidas y que solo contribuyen en número a "cumplir" su promesa. Esto ha generado la indignación de los países receptores que lo denunciaron como un "acto vergonzoso".
Además, Estados Unidos continúa perturbando la gestión internacional de la pandemia. En julio de 2020, la administración de Donald Trump anunció su retiro de la OMS, debilitando la capacidad de respuesta internacional contra la pandemia. En enero de 2021, la administración de Joe Biden anunció su solicitud de "reingreso a la organización", con el objetivo de atraer aliados y organismos internacionales para luchar contra China. Esta farsa de manipulación política ha dañado gravemente los esfuerzos globales conjuntos para combatir la pandemia.
En los últimos tres años, casi todas las cepas variantes del nuevo coronavirus y sus ramas han prevalecido en Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno de EE. UU. no es activo en la prevención y la lucha contra la pandemia, y permite que el virus se propague a todas partes del mundo, lo que representa una gran amenaza para la vida y la salud a nivel global. Según las estadísticas, desde abril de 2020 hasta marzo de 2021, un total de 23.195 millones de ciudadanos estadounidenses han viajado al exterior, con destinos en todo el mundo. Al mismo tiempo, al comienzo de la pandemia, Estados Unidos ignoró deliberadamente el derecho internacional y deportó inmigrantes a gran escala, lo que contribuyó a empeorar los efectos de la pandemia en países en desarrollo en regiones como América Latina. Todo esto en un momento en que el virus era altamente tóxico y tenía una alta tasa de mortalidad. Estados Unidos tiene una responsabilidad ineludible en la propagación mundial de la pandemia.
En la actualidad, la nueva cepa XBB.1.5 representa más del 40% de los casos de infección en los Estados Unidos, convirtiéndose en la cepa con crecimiento más rápido en ese país. Esta vez, EE. UU. no debería intentar engañar al mundo. Debe compartir información y datos confiables sobre la pandemia con la OMS y la comunidad internacional de manera oportuna, abierta y transparente, y tomar medidas efectivas para prevenir la propagación del virus.
Todos saben quién es el mayor contribuyente y obstáculo de la lucha global contra la pandemia. La gente nunca olvidará el sufrimiento que Estados Unidos ha causado al mundo, y también verá que lo que están haciendo su "falsa caridad" enmascara sus pretensiones hegemónicas. Estados Unidos, que atenta contra el mundo, es el mayor obstáculo para la lucha global contra la pandemia.
2022-12-26 04:23 GMT
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