"Es gravísimo que se quiera poner a los periodistas de medios rusos en el punto de mira"
© Sputnik / Vladímir Astápkovich
Los periodistas de los medios de comunicación rusos vuelven a estar en el punto de mira. Esta vez, les acusan de "mentir" y "desinformar" sobre el coronavirus, un señalamiento sin pruebas que entraña serios riesgos para sus trabajadores de prensa.
"Estamos en guerra", "Es lo peor que nos ha pasado desde la II Guerra Mundial", "Enfrentamos un reto sin precedentes", esas han sido las palabras de los presidentes de Francia, España y de la canciller alemana, Angela Merkel, al referirse a la crisis sanitaria mundial provocada por el coronavirus, una pandemia que ya ha cobrado la vida de unas 10.000 personas alrededor del mundo.
En medio de esta emergencia, que ya se asume con un lenguaje bélico, el Equipo de Estrategia de Comunicación para el Este (East Stratcom Task Force) divulga un informe en el que acusa a los medios de comunicación rusos de "desinformar" sobre el coronavirus al "sembrar pánico y desconfianza" "jugando con la vida de las personas".
El Equipo de Estrategia de Comunicación para el Este depende del Servicio Europeo de Acción Exterior y se creó tras la cumbre del Consejo Europeo del 19 y 20 de marzo de 2015 para contrarrestar las supuestas campañas rusas de desinformación. Desde entonces, este equipo, compuesto por unos once comunicadores que trabajan desde Bruselas, apoyados por periodistas, funcionarios, ONG y Think tanks de unos 30 países, se dedica a detectar y alertar sobre las supuestas noticias falsas, que según ellos, crean los medios rusos.
"Es un instrumento impulsado por los países del Este profundamente anticomunistas, capitaneados por Polonia. De hecho, lo que motivó la creación de este grupo y de estas medidas de desinformación que ha tomado la Unión Europea contra Rusia, fue por la iniciativa de una eurodiputada polaca, la señora Anna Elzbieta Fotyg, quien implementó y logró aprobar un informe en el que se señalaba que la propaganda rusa era exactamente igual que la de ISIS", explica Javier Couso, comunicador, activista político y quien para el momento de la creación de este grupo era europarlamentario por el partido Izquierda Unida.
En el informe divulgado por el Equipo de Estrategia de Comunicación para el Este el pasado 16 de marzo, se acusa a los medios de comunicación rusos de mentir, pero no se presenta una sola prueba. Solo insisten de manera genérica que los medios "pro-Kremlin" mienten y "divulgan mensajes contradictorios", "expulsando posibles teorías de la conspiración, afirmaciones infundadas y mentiras descaradas".
"Es gravísimo lo que están haciendo y yo lo he denunciado varias veces, porque es poner en una punta de mira a periodistas que están ejerciendo su labor, independientemente de la línea editorial que tenga cada cadena".
"La CNN tiene una editorial, Russia Today, Sputnik y los demás medios rusos tienen otra línea, pero los periodistas que trabajan ahí deben ser protegidos. No puede haber un doble rasero, que se proteja a los periodistas estadounidenses, que muchos, como se ha comprobado, han trabajado como altavoces del Pentágono en masacres en Irak, y no se pueda proteger igual a los periodistas de medios que no le gustan a EEUU. Es gravísimo que se permitan estas cosas y más desde un organismo oficial que forma parte de la Unión Europea", denuncia el ex europarlamentario.
Acusaciones sin pruebas
Además de no presentar pruebas, en el informe del Equipo de Estrategia de Comunicación para el Este no se precisa cuál de todos los medios rusos habría mentido o manipulado información sobre el coronavirus, sino que se refiere a todos los medios públicos que existen en Rusia como los "medios pro-Kremlin".
Lo curioso es que ninguno es un medio del gobierno, son medios públicos, estatales, como lo es la BBC del Reino Unido o la agencia EFE de España.
Como evidencia de la supuesta manipulación y mentira, el informe apunta:
"Leemos que el virus es un arma biológica poderosa, empleada por los Estados Unidos, los británicos o la oposición en Bielorrusia. Se nos dice que el Big Pharma exagera la epidemia para aumentar las ventas; escuchamos que las celebridades están sufriendo: Jackie Chan y el Papa Francisco. Los videntes calmados, Baba Vanga y Nostradamus, han predicho la enfermedad".
Todo lo que mencionan son bulos virales. Ninguno autoría de medios estatales rusos. Cuando en estos medios se ha hablado de los temas a los que se refieren ha sido para aclarar que son mentiras y no informaciones serias.
© SPUTNIK / ALEKSANDR VILF
Cuando se ha divulgado información sobre el posible origen del virus ha sido para reseñar las declaraciones del portavoz de la cancillería china cuando se preguntó si EEUU estaría detrás del brote del coronavirus en Wuhan o para contextualizar los ataques biológicos que se han registrado, y denunciado, en la historia de la humanidad.
Debido a la gravedad de las acusaciones y la falta de pruebas presentadas por el Equipo de Estrategia de Comunicación para el Este, la agencia Sputnik contactó con el portavoz principal de Asuntos Exteriores de la UE, Peter Stano, para preguntar cuáles eran los casos donde se habría desinformado o mentido. Esta fue la respuesta de Stano:
"Lo que FT (Financial Times) está informando es un documento interno de trabajo que no fue diseñado ni autorizado para su publicación. Por lo tanto, no podemos comentar sobre su contenido".
Pero, si no fue diseñado ni autorizado para su publicación ¿cómo se entiende que el Equipo de Estrategia de Comunicación para el Este lo colgara en su web y en todas sus redes sociales?, ¿Por qué grandes medios de comunicación difundieron este informe casi sin cambiarle nada? ¿Por qué todos publicaron lo mismo sin contrarrestar la información? ¿Por qué se acusa sin pruebas y luego se dice que no se puede comentar su contenido?
Para el periodista belga, Michel Collon, quien lleva años desmontando las mentiras mediáticas que han justificado agresiones militares, es evidente el objetivo que perseguiría este informe:
"Sputnik y Russia Today son parte de la información alternativa, entonces es una manera de satanizarlos para propagar el miedo en la población y así tratar de mantener el monopolio sobre la información en esta batalla mediática".
"Premio Nobel de la hipocresía"
Collon también lamenta el doble rasero que hay en el debate sobre libertad de información y el derecho a informar.
"Es una hipocresía que EEUU y sus aliados, como Gran Bretaña y los de Europa Occidental, estén encarcelando a periodistas como Julian Assange y amenazando a personas dignas que han distribuido una información esencial sobre los crímenes de guerra cometidos por EEUU, como Assange, Chelsea Manning y Snowden, y ahora quieran hablar de libertad de información acusando a Rusia. Es realmente una situación orwelliana, donde la guerra es la paz y donde la mentira es la verdad. Es realmente el premio nobel de la hipocresía".
© SPUTNIK / ALEXANDR GOLPERIN
Pero, más allá de los juegos políticos, este tipo de acusaciones entrañan un serio riesgo para los trabajadores de la prensa rusa porque permitiría convertirlos en actores de un conflicto y despojarlos de todos los derechos e instrumentos internacionales que les protegen, un paso que justificaría cualquier tipo de agresión. Para Javier Couso, esta arremetida demuestra la batalla comunicacional que se está viviendo.
"Es una respuesta a la pérdida de hegemonía informativa que ha sufrido la CNN, primero desde la irrupción de Al Jazeera, después con la irrupción de plataformas multi-pueblos como Telesur y luego con medios públicos de Rusia o de Irán. Eso quebró mucho esa hegemonía estadounidense. Lo decía la propia Hillary Clinton en una comparecencia ante el Senado de EEUU cuando pedía que se le diera más dinero a los medios estadounidenses porque una noticia de CNN en Youtube o Twitter la veían unas 3 millones de personas, mientras que en otros medios, como en RT, lo veían cientos millones de personas".
El pasado 3 de marzo, la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Valores y Transparencia, Vera Jourová, anunció en sus redes sociales que se reunió en Bruselas con representantes de Google, Facebook, Twitter y Microsoft para "detectar diferentes tipos de desinformación o noticias falsas" y tomar "medidas para combatirlas".
"Ya lo hemos visto. Las informaciones que han aportado Snowden, Wikileaks y Julian Assange nos hablan claramente de la simbiosis que hay entre Twitter, Facebook, el Departamento de Estado, la CIA y la NSA. Entonces, yo sí creo que es una amenaza, pero que aún no la puedan cumplir en su máxima extensión para no perder una cara de supuesta pluralidad, pero sí creo que la intención es poder silenciar la difusión de estos medios y plataformas que llegan a demasiadas personas" apunta Couso.
© SPUTNIK / ALEXEY DANICHEV
Mientras tanto, los periodistas de medios de comunicación rusos deben hacerle frente a agresiones policiales, detenciones arbitrarias, ataques contra su integridad física, censuras y amenazas de encarcelamiento para defender un derecho fundamental: informar.
"Yo espero que los periodistas de los medios rusos no callen y que todos los medios independientes del mundo resistamos a esta ofensiva mediática que busca mantener el imperialismo, la dominación en la comunicación", zanja Collon..
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