lunes, 1 de marzo de 2021

 

Maximiliana, el móvil español pensado para ancianos

 - Sputnik Mundo, 1920, 01.03.2021
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Jorge Terreu, estudiante de Erasmus en Francia, quería ver a su abuela Maximiliana. El ingeniero informático ideó un móvil que la anciana podía manejar sin ayuda. El invento ha comenzado a expandirse por España como solución al aislamiento que sufren miles de mayores.
Como hacen muchos estudiantes universitarios, Jorge Terreu decidió hace dos años embarcarse en la aventura del Eramus. Este joven aragonés optó por Francia, en concreto por Lyon. En el país vecino cursó tercero de Ingeniería Informática, grado que había comenzado en la Universidad de Zaragoza. Durante su estancia fuera de España, frecuentemente, hablaba con su familia. El avance de las telecomunicaciones ha permitido que las distancias se reduzcan. Ya no solo se escucha la voz, también se puede ver a la persona. Los casi 1.000 kilómetros que separan Zaragoza de Lyon se reducen a un par de tonos.
Una suerte para aquellos que abrazan las nuevas tecnologías. No tanto para aquellos que pelean con ellas. Aunque el número de personas de más de 65 años con móvil y conexión a Internet va in crescendo en España, todavía existen hogares a los que no llegan. En numerosas ocasiones, por incomprensión. Era el caso de Maximiliana, la abuela de Terreu. 
Su nieto quería hablar con ella, pero la mujer, de 86 años, no se manejaba con la telefonía móvil. "Se hacía mucho lío, incluso cuando tenía que tocar una única tecla. Busqué si había alguna herramienta que le facilitará utilizar este tipo de aparatos, pero no había nada", comenta el joven a Sputnik Mundo.
Un anciano (archivo) - Sputnik Mundo, 1920, 18.02.2021
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Las ganas de ver a su abuela hicieron que el ingeniero informático se pusiera a trastear con un smartphone. En tres meses, Terreu mandó a Zaragoza un dispositivo reprogramado para contestar automáticamente a las llamadas y videollamadas, pasados unos cinco segundos. Pero, no se quedó ahí. El entonces estudiante añadió más funciones al teléfono. Primero, un localizador para saber si su abuela se encontraba de paseo. Después, una alerta que indicaba cuanta batería le quedaba al aparato y si es necesario ponerlo a cargar. 
Además, le introdujo una funcionalidad mediante la cual el móvil leía en voz alta los mensajes que mandaba a Maximiliana. "Esto es útil si quieres decirle a alguien que se tiene que tomar un medicamento a una hora concreta", añade Terreu.

"El teléfono lo hace todo solo. No hay casi ni que tocarlo".

Jorge Terreu
Director de Maximiliana
Su invento fue acogido con agrado por su abuela. En su honor, el ingeniero bautizó a este sistema con el nombre de Maximiliana. Una creación que ayudaba a su receptora, pero que podía servir a más gente. Tanto para salvar la batalla existente entre algunos miembros de la tercera edad y la tecnología como para facilitar el cuidado de miles de ancianos.

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