Caracas
Problemas políticos
Walter Ortiz
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, decidió crear el premio “Lenín Moreno”, como reconocimiento a los mejores representantes de los intereses estadounidenses y/ europeos en América Latina y el Caribe.
En su primera edición, que se haría lo más pronto posible debido a la inminente salida del Presidente de Ecuador, quien, como su nombre lo indica, sirvió de inspiración para bautizar el mencionado premio, han sido nominados --tanto por la antigua Administración Trump, como también por el actual gobierno de Joe Biden-- Jeanine Áñez y Juan Guaidó, en la categoría “Presidente por iniciativa propia”.
Por su parte, Leopoldo López, Iván Duque, Sebastián Piñera y Jair Bolsonaro, se pelearán la estatuilla “Mejor Fascista de Suramérica”: una imagen alegórica en la que Judas Iscariote le entrega unos dólares al muy mentado mandatario ecuatoriano.
Este premio sería entregado por el presidente del partido español Vox, Sebastián Abascal, en compañía de Jake Angeli, el hombre búfalo, asaltante del Capitolio estadounidense.
El renglón “exterminator” la rivalidad más intensa la encarnan Iván Duque, por su destacada labor en masacres, falsos positivos y fosas comunes; Jair Bolsonaro, el campeón del la Covid-19 y el más experimentado, Álvaro Uribe, “El Matarife”.
El galardón “The Mole Man” tiene un candidato único: Sebastián Piñera, merecedor del mismo por su política de dejar ciegos a los jóvenes que salen a protestar en contra de la herencia pinochetista.
Y por último, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien arrasó en el segmento “Xenofobia 2021”, se quedó con el galardón “El Muro de Trump”, una pequeña pero costosa obra artesanal, que le será entregada nada más y nada menos que por Julio Borges.
alfredo.carquez@gmail.c
Los Premios OEA de Almagro Alfredo Carquez Saavedra Al menos dos crisis importantes posee en su haber la élite política estadounidense en la actualidad, las cuales por cierto no son de tipo eminentemente económico, tienen de eso, pero son fundamentalmente en el plano de la política. De hecho el dólar como moneda sigue siendo poderosa influencia mundial, apalancada en un imperio militarmente fuerte y moviendo aún casi el 70% de las transacciones financieras mundiales.
En el plano político hay problemas. Por más barniz que coloquen a su doctrina mundial de las “sanciones” ya hace buen rato la comunidad internacional entiende que estas medidas cada vez más unilaterales, lejos de ser promotoras de libertad, democracia, justicia, derechos humanos o institucionalidad (por cierto la válida para ellos y su pensamiento único que pretenden paradójicamente universalizar a zanahoria y garrote por todo el globo), son en realidad la imposición de “...mi voluntad a quien considero amenaza o a quien no trabaja para mis intereses”.
Lógicamente no puede ser de otro modo. El haber fabricado el subterfugio para invadir Irak en 2003 --o la intervención en Libia en 2011, o en Siria posteriormente alimentando grupos paramilitares de manera abierta-- no ha hecho sino horadar y socavar el liderazgo que hegemónicamente ejercía la élite estadounidense en el mundo.
De hecho ninguno de esos países hoy goza de nada de aquellas viejas promesas que eran farsas para solapar lo evidente. Para todo el mundo es claro que “la doctrina de cambio de régimen” está desplegada como núcleo central de la política exterior de Estados Unidos. En ella concurre todo el establecimiento político y económico en un cuerpo de acciones tendentes a presionar multiformemente a los Estados, considerados “amenaza”, para generar un cambio “en función de mis intereses”, más nada.
De manera que esta crisis de liderazgo en muy poco o casi nada se resuelve cuando vemos una retórica amenazante y torpe por parte de quien hoy habita en la Casa Blanca, por cierto mal imitadas por algunos esclavos regionales que no hay que hacer para ser vistos. Expresiones y acciones que son evidencia de esa crisis. Ahora bien, el segundo aspecto es lo más concreto políticamente. El trasvase hegemónico en marcha que ha sido exacerbado con la pandemia Covid-19.
Para nadie es un secreto la torpeza con la cual el liderazgo estadounidense atendió desde el primer día el asunto, desdeñando los estragos terribles en contagios y muertos que ha sufrido su propio pueblo.
Las consecuencias de esto en el plano político son claras. China se ha erigido en un actor de primera línea dada su eficaz atención de la pandemia, pronosticando un crecimiento económico de 6,5% en medio de números rojos a escala mundial; ello implica mayor confianza de actores que antes veían con recelo al gigante asiático pero que hoy no encuentran mayor referente que permita ser núcleo de un nuevo ciclo económico positivo, dado que la crisis de 2008-2009 sigue haciendo sus efectos.
De allí la determinación estadounidense, de su élite, de elevar la apuesta de agresión con respecto a China, avanzando incluso en temas territoriales como el Mar Meridional. En este contexto y con un imperio cuyo ADN es intervenir y hacer su voluntad como sea, con mil subterfugios, la doctrina unilateral de agresión multiforme se afianzará como única medida posible para sostener una hegemonía cada vez menos poderosa políticamente en el campo de los hechos.
Debemos tomar nota…
walter1982@gmail.com
Caracas
Problemas políticos
Walter Ortiz
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, decidió
crear el premio “Lenín Moreno”, como reconocimiento a los mejores representantes de los intereses estadounidenses y/ europeos en América Latina y el Caribe.
En su primera edición, que se haría lo más pronto posible debido a la inminente salida del Presidente de Ecuador, quien, como su nombre lo indica, sirvió de inspiración para bautizar el mencionado premio, han sido nominados --tanto por la antigua Administración Trump, como también por el actual gobierno de Joe Biden-- Jeanine Áñez y Juan Guaidó, en la categoría “Presidente por iniciativa propia”.
Por su parte, Leopoldo López, Iván Duque, Sebastián Piñera y Jair Bolsonaro, se pelearán la estatuilla “Mejor Fascista de Suramérica”: una imagen alegórica en la que Judas Iscariote le entrega unos dólares al muy mentado mandatario ecuatoriano.
Este premio sería entregado por el presidente del partido español Vox, Sebastián Abascal, en compañía de Jake Angeli, el hombre búfalo, asaltante del Capitolio estadounidense.
El renglón “exterminator” la rivalidad más intensa la encarnan Iván Duque, por su destacada labor en masacres, falsos positivos y fosas comunes; Jair Bolsonaro, el campeón del la Covid-19 y el más experimentado, Álvaro Uribe, “El Matarife”.
El galardón “The Mole Man” tiene un candidato único: Sebastián Piñera, merecedor del mismo por su política de dejar ciegos a los jóvenes que salen a protestar en contra de la herencia pinochetista.
Y por último, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien arrasó en el segmento “Xenofobia 2021”, se quedó con el galardón “El Muro de Trumpo”, una pequeña pero costosa obra artesanal, que le será entregada nada más y nada menos que por Julio Borges.
alfredo.carquez@gmail.c CREDITO AL PERIODICIO CORREO DEL ORINOCO. CARACAS. VENEZUELA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario