EEUU vs. Venezuela: la diplomacia de la 'guapería'
© Sputnik /
MOSCÚ (Sputnik) — Una vez más, EEUU amenaza con imponer nuevas sanciones por las compras de petróleo a Venezuela. Como en otras ocasiones, la 'guapería' la mete el propio presidente estadounidense, Donald Trump, durante una visita a la India.
"Podría haber sanciones muy severas, (...) lo verán dentro de un tiempo, (...) seguimos muy de cerca los acontecimientos en Venezuela y no nos gustan en absoluto", respondió a la pregunta de la prensa de si EEUU impondrá nuevas sanciones a compradores de petróleo venezolano, incluidos sus anfitriones indios.
Con actitud de matón de barrio, en enero de 2019 la Administración Trump trató de cerrar el comercio petrolero de Venezuela, en un esfuerzo por debilitar a Caracas e instalar a la figura del opositor Juan Guaidó como presidente. En ese momento, EEUU congeló los activos de la empresa venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) y prohibió a sus ciudadanos y empresas que hicieran negocios con ella.
Rusia mantiene su posición
El 18 de febrero de este año fue más allá e impuso sanciones a Rosneft Trading S.A., filial de la rusa Rosneft, y a uno de sus directores, Didier Casimiro, por manejar las exportaciones de petróleo de Venezuela para eludir las sanciones de Washington.
El enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliot Abrams, advirtió entonces a la India y China —los mayores compradores de petróleo venezolano, en ese orden— de que dejen de comprar el crudo de Venezuela. "Seguiremos intentando persuadir a aquellos países que están respaldando y sosteniendo al régimen que reduzcan sus operaciones", agregó.
Rusia no se dejó amedrentar y subrayó que las nuevas sanciones no afectarán su cooperación con Venezuela, mientras Rosneft tildó de arbitrariedad las restricciones.
La Embajada rusa en Washington calificó las sanciones de Estados Unidos contra Rosneft Trading como un ejemplo de competencia desleal.
"Esta vez, la administración de Estados Unidos trata de expulsar a nuestras empresas de Venezuela: mientras tanto, las empresas estadounidenses continúan sus operaciones en el país mencionado", dijo la Embajada, "este es otro claro ejemplo de competencia desleal".
"Rusia representa un diálogo inclusivo entre todas las fuerzas políticas importantes de Venezuela sin interferencia en sus asuntos internos desde el exterior", agregó la Embajada.
Miles de millones en pérdidas
Pero lo cierto es que las medidas coercitivas de EEUU se dejan sentir en la maltrecha economía venezolana, que perdió 116.000 millones de dólares como resultado, declaró el pasado 16 de febrero el ministro de Comunicación e Información venezolano, Jorge Rodríguez.
© SPUTNIK / MIKHAIL TURGIEV
Rodríguez señaló que con esta cantidad de dinero el Gobierno podría seguir impulsando la entrega de alimentos a las familias venezolanas durante 152 años consecutivos.
Pocos días después, el canciller Jorge Arreaza denunció ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, las afectaciones de las medidas coercitivas de Estados Unidos contra su país.
"Con las medidas, el ingreso petrolero de Venezuela ha disminuido en un 90%, pasando de 42.000 millones de dólares en el año 2013 a 4.000 millones de dólares en el año 2018. Las acciones han generado pérdidas al país que superan los 120.000 millones de dólares", expresó Arreaza durante su intervención en la 42 sesión del Consejo de DDHH en Ginebra.
El ministro de Exteriores venezolano recordó que desde 2014, EEUU ha adoptado más de 300 medidas unilaterales, para afectar el "funcionamiento de la economía y menoscabar los derechos humanos del pueblo venezolano".
Arreaza también condenó las declaraciones del enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, sobre la persecución a empresas que transporten petróleo de esa nación sudamericana.
"Anunciaba que van a perseguir a los buques que transporte petróleo venezolano, a los buques que hagan trasvase de petróleo mar adentro los van a perseguir y sancionar a cada una de esas empresas", dijo.
El canciller reiteró que estas medidas coercitivas unilaterales equivalen a armas de destrucción masiva, y que se trata de una modalidad enmascarada de guerra.
Pero aunque el Consejo de DDHH ha condenado repetidamente estas prácticas, el bravucón del barrio Tierra no parece haberse enterado y seguirá con este geobullying, mientras el mundo no le plante cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario