lunes, 29 de febrero de 2016

SISTEMA ELECTORAL EN EE.UU MINIMIZA AL PUEBLO

27 de febrero de 2016
Germán Saltrón Negretti

El proceso electoral de Estados Unidos no es de votación directa, sino en segundo grado. Muchos votantes estadounidenses creen que cuando asisten a las urnas están votando por su candidato presidencial. Sin embargo, ellos solo designan a unos "electores" en su correspondiente Estado que se han comprometido a votar por un candidato. Para que un candidato gane la presidencia necesita 270 votos electorales de los 538 “electores” que se eligen antes de las elecciones generales.

Si se diere el caso, que ninguno de los candidatos obtiene la mayoría de los 538 electores, la Cámara de Representantes elige al ganador. Además, el candidato que recibe la mayoría de votos populares de un Estado, por escaso que sea el margen, gana todos los votos electorales de esa entidad. Por estas razones, es que el voto popular no tiene fuerza decisiva en el proceso electoral de EEUU.

Steffen Schmidt profesor de la Universidad de Iowa, dice que el sistema electoral de los Estados Unidos está diseñado para que los votos electorales reduzcan el poder popular. El profesor explica que actualmente los candidatos hacen campaña en solo once estados (Iowa, Ohio, Wisconsin, Florida, Nueva Hampshire, Carolina del Norte, Nevada, Colorado, Pennsylvania, Virginia y Wisconsin). "No hay una verdadera contienda nacional porque la mayoría de votos son rojos (republicanos) o azules (demócratas) y no tienen por qué gastar tanto tiempo ni dinero”.

Esto explica, porque en los EE.UU solo votan la mitad de los electores, a quienes no les interesan lo que hagan sus gobernantes. Existen dos corrientes en los dos únicos partidos, donde todas las empresas transnacionales, grandes empresas del complejo industrial militar y los banqueros financian las campañas electorales que son muy costosas por realizarse solo atraves de los medios de comunicación, y deciden quien puede ser presidente de EE.UU.

Dentro de las singularidades de las elecciones en EE.UU, también está la opción de votar anticipadamente por correo o en un centro electoral. De hecho, se dio el caso del presidente Barack Obama, acudió el jueves 25/10/2008, doce días antes. Este medio lo promueven todos los candidatos porque el voto no puede cambiarse independientemente de lo que pase durante la campaña. En total, son 35 estados y el Distrito de Columbia (Washington) las entidades que permiten la votación anticipada, ya sea personalmente o a través del servicio postal.

Con este sistema electoral antipopular, puede ocurrir lo que en 17 elecciones, ha pasado que el ganador no obtuvo la mayoría de los sufragios en términos del voto popular, pero ganó por la sumatoria de los votos electorales. El caso más reciente fue la contienda de 2000 entre el republicano George W. Bush y el demócrata Al Gore, donde finalmente el conservador Bush, recibió los 29 votos electorales de Florida que le permitieron sumar más de 270 votos y resultar presidente. Sacando menos votos populares que el demócrata Al Gore.

¿Cómo pueden aceptar todos los países que integran las Naciones Unidas que los Estados Unidos, se erija como la democracia más perfecta del mundo y pretender darnos lecciones de derechos humanos?. Solo se puede explicar por el control de los medios de comunicación hegemónicos que poseen para su desinformación y las guerras que financian para mantenernos aterrorizados. Hasta cuándo puede sostenerse esta grave situación. Muchos pensamos que el tiempo se agota.

La única salvación del planeta sería que el pueblo estadounidense despierte, y el candidato demócrata Berne Sanders que se ha atrevido a rechazar públicamente la acumulación de riqueza donde el 1% de los estadounidenses, poseen el 90% de toda la riqueza del país, y han desmejorado las condiciones de vida del resto de la población. A pesar de estas declaraciones subversivas del candidato demócrata, Berne Sanders tiene un 40% de apoyo entre los electores demócratas a nivel nacional. Ojala que ocurra ese milagro en EE.UU, para bien de la humanidad y se reduzcan las posibilidades ciertas de una confrontación nuclear.  

VEA A RAMOS ALLUP CUANDO PROPUSO SUSPENDER LAS GARANTÍAS SIN PENSARLO DOS VECES (+1992)

27 de febrero de 2016
Crédito: LaIguanaTv



Hoy, cuando veo a Ramos Allup, no puedo dejar de pensar cuando propuso el decreto para suspender las garantías constitucionales y masacrar al pueblo de Caracas y de Venezuela. Cuando yo veo a Ramos Allup, hoy presidente de la Asamblea Nacional (AN) y jefe de la oposición venezolana no puedo dejar de recordar cuando lo vimos diciendo ¡Suspéndanse las garantías, allánense las moradas, dispárese contra el pueblo”, expresó el presidente Nicolás Maduro.

Durante la activación del Plan Agroproductivo Zamora-Bicentenario, desde el Palacio de Miraflores, el mandatario recordó el 27 de febrero de 1989, cuando el pueblo manifestó su rechazo a las políticas neoliberales impuestas por la cuarta república.

Sostuvo que el 27 de febrero fue un “parto violento de una nueva era histórica. Sin 27 de febrero no hubiera habido Hugo Chávez Frías ni Revolución Bolivariana ni pueblo despierto”.
Exhortó al pueblo a seguir trabajando para que la Revolución Bolivariana supere las dificultades actuales.

Nuevo Orden Mundial (perfecta explicacion del Sistema global)


El socialismo norteamericano de Bernie Sanders

24 de febrero de 2016
Crédito: Rebelion
Ethan Earie

Nací en Carolina del Norte, aunque mis padres son de Vermont. Crecí haciendo largos viajes de verano por la costa este para visitar a nuestra familia en Burlington, la ciudad más grande del estado con tan solo 40 000 habitantes. Fue en uno de esos viajes, en algún momento de los noventas, cuando escuché por primera vez acerca de Bernie Sanders y su versión tan particularmente norteamericana del socialismo democrático.

Vermont es un pequeño y extraño lugar. Es el número 49 de cincuenta estados, tiene solo 626 000 habitantes y la mayoría de ellos vive en pequeños pueblos agrícolas que salpican las Green Mountains en toda su extensión. La población de Vermont se jacta de su autosuficiencia marcada por un perfil tozudamente independiente y ocasionalmente revolucionario. El Estado fue fundado por una milicia separatista durante la Guerra Revolucionaria. Luego sería el primer Estado en abolir la esclavitud y jugaría un papel crucial en el llamado Underground Railroad (ferrocarril subterráneo), que ayudó a ocultarse a esclavos fugitivos en su terreno sinuoso y los escoltó a través de la frontera norte con Canadá. Durante mi infancia, escuchaba estas historias como pruebas de que la población de Vermont es gente comprometida que no se toman a bien las injusticias o el doble discurso político.

En 1980, Bernie Sanders (nacido en Brooklyn) entró en el escenario político por la izquierda como candidato independiente a la alcaldía de Burlington, describiéndose a sí mismo como socialdemócrata. Derrotó por 10 votos al candidato oficialista que se presentaba a su quinta reelección, y luego fue reelegido 3 veces. Durante su período como alcalde, Bernie fue ampliamente reconocido como un izquierdista sin pelos en la lengua, pero también como un administrador eficiente. Fue él quien abrió la primera comisión de la mujer en la ciudad, apoyó el desarrollo de cooperativas de trabajadores e inició uno de los primeros y más exitosos experimentos de viviendas comunales financiadas por el Estado. Esta última medida aseguró garantizar viviendas accesibles para sectores de ingresos bajos y medios, y frenó el proceso de gentrificación en medio de un proyecto para revitalizar la zona rivereña, que de lo contrario habría transformado el centro de la ciudad. Bernie el izquierdista, invitó a Noam Chomsky a hablar en la casa de gobierno y viajó a Nicaragua para conocer a Daniel Ortega y hermanar una ciudad sandinista. Bernie el administrador, mantuvo equilibrado el presupuesto de la ciudad y fue parte de la transformación de Burlington en una de las ciudades más lindas y habitables de Estados Unidos.

En 1990, Bernie se presentó como candidato para la cámara de representantes de Estados Unidos y se convirtió en su primer miembro independiente en cuarenta años. Rápidamente fundó el Congressional Progressive Caucus, que hasta el presente es uno de los pocos baluartes de izquierda en el Capitolio. Criticó a políticos de ambos partidos por subordinarse a la lógica corrupta de Washington. Se reveló como un político serio, con un mensaje directo y franco, y alarmado por las crisis que enfrenta nuestro país. Si bien a veces sus modales pueden parecer hoscos y sus aptitudes sociales escasas, nunca hubo dudas acerca de su devoción por el trabajo. Bernie pudo emerger como una voz calificada a nivel nacional en temas que van desde la desigualdad en los ingresos a la cobertura médica universal, la reforma de la campaña financiera y los derechos LGBT. También fue uno de los primeros críticos prominentes de la guerra de Irak y los programas de vigilancia interna como la Ley Patriota (Patriot Act).

Básicamente, Bernie mantuvo el camino que él mismo se había propuesto desde el principio, el del un progresista imperturbable que basa su trabajo en una independencia sólida y la obstinación para que se hagan las cosas. De nuevo en Vermont, donde desde 2006 ha sido senador, Bernie continuó incrementando su popularidad y ganó con el 71 % de los votos en su elección más reciente, consiguiendo la mayor tasa de aprobación de todos los políticos de Estados Unidos. Su reconocido rechazo a las campañas de desprestigio, así como su compromiso en encontrar terrenos comunes con figuras políticas de otros bandos, solo han fortalecido su reputación. Precisamente, su mayor logro y el secreto de su éxito, ha sido construir un nuevo consenso político en el estado de Vermont. Por supuesto, él interpela a los liberales más acérrimos pero saca su fortaleza real de familias trabajadoras blancas de las pequeñas ciudades, no tan conocidas (al menos en las décadas recientes) por sus inclinaciones socialdemócratas.

Mi familia es una familia de peluqueros, a los que se suman un par de enfermeras y electricistas. Somos una familia de cazadores y fanáticos de Katy Perry. Somos una familia a la que la cultura política contemporánea le ha hecho creer que su voz no cuenta. Y puedo decir, con total honestidad, que Bernie Sanders ha hecho pensar distinto a mi familia. De cara a las próximas elecciones primarias, casi todos ellos – propensos a votar a los republicanos en cualquier otra elección – darán su voto a Bernie Sanders. Cuando estoy en Vermont no solemos hablar de política pero cuando lo hacemos hablamos de Bernie. Puedo escuchar a mi tía decir “Quizás no estoy de acuerdo con todo lo que él dice o hace, pero se que él sabe lo que dice y cree en lo que hace. Se que él nunca nos entregaría y que siempre nos dirá las cosas de frente”.

El éxito del senador Bernie Sanders, en una campaña engañosamente quijotesca para convertirse en el 45 presidente de Estados Unidos, ha despertado extrañas animosidades en la opinión pública. Bernie atrajo multitudes mucho más grandes y generó más entusiasmo que cualquier otro candidato de los dos partidos. Durante 2015 su campaña recibió 73 millones de dólares de más de un millón de individuos y un récord de 2,5 millones de contribuciones en total. Está recibiendo una gran cobertura mediática en las portadas de los medios más importantes de Estados Unidos y es el tema central en numerosos tweets, mms y conversaciones de internet en general. Tan solo 6 meses antes, su principal contendiente, la todavía favorita Hillary Clinton -ex secretaria de Estado, senadora, primera dama y niña mimada del establishment demócrata- se situaba como la candidata más imparable para toda una generación. Al escribir estas líneas, a mediados de enero, ella se aferra a una ventaja de 7 puntos a nivel nacional y está igualada en las elecciones de dos estados en las primarias, estados que históricamente han sido la referencia para el resto del país (Iowa y New Hampshire). Lo que es más increíble aún, es que Bernie Sanders está haciendo todo esto sin dinero de corporaciones y sin recibir el apoyo del establishment, proclamando las virtudes del socialismo democrático y diciéndole a quien quiera escucharlo que este país necesita una revolución política.

Después de décadas trabajando en política, no debería ser ninguna sorpresa que el programa para la campaña de Bernie sea amplia y detallada, meticulosa se podría decir. Quizás meticulosa pero no confusa: no ha dejado lugar a dudas de que su mayor preocupación es la desigualdad que define cada vez más a la economía estadounidense. Propone subir el salario mínimo de 7,25 a 15 dólares hacia 2020. Promete crear millones de puestos de trabajo a través de programas federales de infraestructura y programas para la juventud. Dice que va a expandir la seguridad social, proporcionando educación gratis en todas las universidades públicas y extendiendo la cobertura de salud a toda la gente a través de un sistema de pago único. Su plan para financiar estos programas es simple: subir impuestos a los ricos y a las grandes corporaciones, y cobrar impuestos a la especulación financiera.

En sus historias, Bernie cuenta cómo Estados Unidos se convirtió en uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, y pone especial énfasis en la responsabilidad de las instituciones financieras en la crisis del 2007-08. Lamenta que ni un solo ejecutivo haya sido encarcelado por su papel en estos episodios, y muestra el contraste existente con un sistema de justicia que ha encarcelado a millones de personas de bajos recursos por delitos menores. Propone la implementación de una versión siglo XXI de la Ley Glass-Steagall, la que impidió que los bancos comerciales participaran con bancos de inversión a partir de 1933 y que luego fue derogada bajo la mirada aprobatoria del presidente Bill Clinton en 1999. Recientemente anunció que, de ser elegido, en su primer año disolvería todas las instituciones financieras que alguna vez fueran consideradas “demasiado grandes para caer”.

Sin embargo, su ardiente y popular versión económica no explica por qué millones de personas han llegado al “Feel the Bern”, el viral hashtag (#feelthebern hashtagTwitter) que se ha convertido en un eslogan para la campaña. En realidad, podría decirse que le está hablando a un momento más amplio de la historia de nuestro país. Las deudas personales y la desigualdad económica están en niveles récord, y la generación que hoy en día es mayor de edad ha sido criada en medio de la guerra de Irak y la Gran Recesión. Esta generación creció entre resabios del sueño americano aunque su realidad fue la de una movilidad descendente para la mayoría, mientras solo ascendían una pequeña élite y unos pocos afortunados. En este contexto, Bernie denuncia que el sistema no solo está roto sino que está diseñado para perpetuar el control por parte de una pequeña élite políticamente arraigada con intereses capitalistas, y es eso lo que ha prendido fuego en su campaña de forma tan llamativa. Además de sus propuestas económicas, la otra pieza fundamental de la campaña de Bernie es su llamamiento a expulsar a las grandes corporaciones y a su dinero de la política. Bernie defiende a viva voz una reforma integral de la financiación de las campañas, incluyendo la derogación de la decisión de la Corte Suprema sobre el caso Citizens United y la abolición de los super PACs/1, que en conjunto han permitido que el dinero corporativo ejerza cada vez mayor control sobre el proceso electoral. Bernie nos recuerda que él es el único candidato sin un super PAC y que su campaña está alejada de las corporaciones, financiada en gran parte por pequeñas donaciones y contribuciones un poco más grandes de sindicatos. La campaña de Hillary, en cambio, está sustentada en su mayor parte por ricos y corporaciones; seis de sus diez principales contribuyentes son bancos.

Bernie cree que las corporaciones han tomado el control de la democracia norteamericana, y es aquí en donde retoma su idea de la revolución política. En cada discurso llama la atención sobre esto y siempre es inequívoco: ni él ni ningún otro político puede hacer los cambios necesarios solo. La idea de revolución política de Bernie comienza con el pueblo estadounidense saliendo a votar masivamente, recuperando nuestra democracia, y exige reformas que aumenten nuestro control sobre la economía nacional y el proceso político.

No sorprende que los poderosos no estén contentos con Bernie y la mayor ofensiva la haya tomado el establishment demócrata (lo que también, por desgracia, es lógico). Su candidata, Hillary Clinton, ha recibido hasta ahora 455 avales de los gobernadores y representantes en el Congreso, mientras que solo 3 han sido para Bernie Sanders; ella ha sido respaldada por 18 sindicatos que representan a 12 millones de trabajadores frente a 3 sindicatos que acompañan a Bernie, que a su vez representan a 1 millón de trabajadores. Entre los llamados superdelegados -una desagradable particularidad del sistema electoral de Estados Unidos, quienes en conjunto constituyen cerca de un tercio de los votos del partido, y no tienen la obligación democrática de honrar las decisiones de sus votantes- las preferencias por Hillary tienen una ventaja de 45 a 1. El Comité Nacional Demócrata, por su parte, ha tratado de limitar las oportunidades de debate (y audiencia) en un esfuerzo para proteger la ventaja de Clinton, llegando incluso a eliminar la campaña de Bernie Sanders de su base de datos en un desmesurado castigo por una ofensa menor (y disputada). Mientras tanto, los charlatanes del establishment han disparado contra Bernie diciendo que es incapaz de ganar una elección general, a pesar de las numerosas pruebas en contra de esa idea.

Los partidarios de Hillary con las mejores intenciones dirían “Ella tienen más opcioneses de ganarle a cualquier loco peligroso que surja en esta especie de lucha libre que son las primarias republicanas”. Dirían también que ella tendrá más posibilidades de hacer las cosas que propone una vez en el gobierno. La política es desagradable y el Partido Republicano se ha redefinido tanto por su obstruccionismo tanto como su fanatismo. Hillary podrá no ser pura, pero es la persona del partido demócrata capaz de forzar al menos un par de reformas positivas en nuestro gobierno disfuncional. Los partidarios de Hillary también dirían que ya es hora de que elijamos una presidenta mujer, después de más de dos siglos ininterrumpidos de gobierno de varones.

Yo respondería que Clinton representa hasta tal punto lo que es disfuncional en nuestro sistema político actual, que es difícil que pueda hacer algo al respecto. Ella está tan estrechamente ligada a Wall Street como cualquier político de ambos partidos. Votó a favor de la guerra de Irak y se mantiene fiel al ala bélica del Partido Demócrata, una sección ampliamente desacreditada del intervencionismo liberal. Clinton está muy volcada a su objetivo de ganar poder, mientras que Sanders ha mantenido valores consistentes durante más de treinta años en cargos de elección popular. Sin duda, el simbolismo de la elección de una presidente mujer es importante, un acontecimiento potencialmente histórico que rivalizaría con la elección de Barack Obama como el primer presidente afroamericano de nuestro país hace ocho años. Sin embargo, también hemos visto las limitaciones del simbolismo en la política durante la administración del presidente Obama, con el ingreso medio y la riqueza de afroamericanos en declive, mientras que la disminución de las tasas de encarcelamiento continúan a un ritmo aparentemente inexorable, a la vez que la deportación de los inmigrantes latinos ha alcanzado niveles récord. Por otra parte, el valor de este simbolismo se puede ver compensado por la alternativa de elegir un presidente con un plan y un mandato que cambie la forma de funcionar de Washington y de nuestro país en general.

Como era esperable en lo que llamaré, en un sentido amplio, “la izquierda“, los debates sobre estas elecciones se han vuelto bastante desagradables en los últimos meses. La insistencia de Bernie en no utilizar técnicas negativas de campaña – y Hillary en un lugar confortable como ganadora- mantuvieron las cosas en buenos términos. Pero a medida que la campaña se fue calentando y la ventaja se redujo, legiones de seguidores de Hillary han salido a los medios de comunicación a descalificar a los partidarios de Bernie como sexistas. Los seguidores de Bernie, por su parte, fueron sarcásticos y en ocasiones políticamente incorrectos – aunque generalmente correctos al juzgar sus posiciones y logros – y respondieron que Bernie apoyó políticas y medidas que son mucho más progresista para la igualdad de las mujeres que las que Hillary propone (al menos, más allá de los escalafones más altos de las profesionales). Estas discusiones, si bien tienen el potencial para dar lugar a un debate necesario sobre las diferencias entre el feminismo liberador y el feminismo corporativo, en general han sido lideradas por fanáticos y no han progresado (al menos por ahora) mucho más allá de insultos superficiales al estilo Twitter.

Más a la izquierda, los sospechosos de siempre, han salido de la nada para acusar a Bernie de no ser el portador de la verdadera revolución. Le acusan de un sinnúmero de desviaciones estilo “pecado original” relacionadas con su falta de alineamiento pleno con alguna estructura particular (y esotérica) de pensamiento político. Algunos dicen que él está actuando como un “perro pastor“ para el Partido Demócrata, atrayendo jóvenes descontentos a su seno -no les importa que él haya sido independiente la mayor parte de su carrera y que ahora se convirtió en el enemigo público Nº 1 del establishment demócrata-. Otros, nunca le perdonarán ser un socialdemócrata cuando él se ha etiquetado tan claramente a sí mismo como un socialista democrático. Y finalmente, están aquellos que piensan que Bernie ha caído en desgracia por su voto en tal o cual política exterior demostrando ser como todos los demás; sin que les importe que critique abiertamente la historia de imposiciones de regímenes en el exterior de nuestro país o que sostenga que el cambio climático representa una amenaza a nuestra existencia mayor que la del terrorismo, a pesar de la exaltación al miedo por parte de los medios. Aunque irrelevantes para la conciencia política dominante, estas patologías son dignas de mención en la medida en que se han agudizado y clarificado diferencias dentro de la vasta izquierda socialista –entre quienes van a donde está la gente y construyen políticas sobre la base de realidad existentes y quienes prefieren situarse al margen de la historia y girtan a quienes no están con ellos.

Pero más interesante y relevante para el momento actual de la política de Estados Unidos es el debate que se inició durante Netroots Nation, una destacada convención política progresista. Activistas del movimiento Black Lives Matter (BLM) interrumpieron un discurso de Bernie para llamar la atención sobre la violencia policial en contra de la comunidad negra y exigir la adopción de una agenda política más directa para desmantelar el racismo estructural en los Estados Unidos. La respuesta de Sanders fue ridiculizada por algunos con desdén, como fuera de lugar. Sus intentos iniciales por remarcar su propio historial en relación a la justicia racial y vincular la cuestión del racismo con las políticas económicas diseñadas para aliviar la desigualdad, no ayudaron. Unas semanas más tarde, un grupo de activistas de BLM con sede en Seattle interrumpió otro discurso Bernie Sanders, esta vez en un acto para celebrar los 80 años de la Seguridad Social. Los manifestantes tomaron el micrófono antes que Bernie pudiera hablar, no le permitieron responder a sus críticas y acusaron a la ciudad de Seattle de “liberalismo con supremacía blanca” en respuesta a los abucheos de la audiencia. El evento fue cancelado.

Después de este segundo acontecimiento, la campaña de Sanders dio a conocer un programa de justicia racial (presumiblemente elaborado después de la primera intervención) que abrió con un gesto explícito a las demandas de BLM y otros activistas, citando los nombres de las mujeres y hombres de color recientemente asesinados por la policía. Continuó abordando directamente la cuestión de la violencia física perpetuada por el Estado y los extremistas de derecha contra hombres y mujeres afroamericanos, y luego enumeró una lista de propuestas y demandas que abordan también cuestiones de la violencia desde lo político, jurídico, económico y ambiental. Este nuevo programa ha sido aplaudido por los líderes del movimiento BLM.

La primera intervención de BLM proporcionó un ejemplo de dos movimientos progresivos distintos pero superpuestos, en conversación crítica y productiva. El último, en cambio, mostró que ambos pueden entablar por momentos un diálogo de sordos. Bernie, un hombre judío blanco de 74 años de edad, del segundo Estado más blanco de los Estados Unidos (96,7%), al principio fue lento en reconocer la urgencia de este momento en la justicia racial, al igual que reconoció la falta de perspectiva al incluir los reclamos de BLM en una plataforma de justicia económica preexistente. Los activistas de BLM fueron oportunistas al explotar esta óptica a expensas de alguien que fue -como mínimo- un buen aliado blanco de los movimientos de justicia racial, desde que marchara en 1963 con Martin Luther King Jr. Su táctica, si bin fue útilmente provocativa en Netroots, fue desmedida en Seattle. En este segundo caso, el grupo liderado por activistas relativamente nuevos en la justicia social y muy alejados de encarnar el liderazgo de lo que es un movimiento esencialmente abierto, fue percibido como cínico y no particularmente interesado en la construcción de políticas progresistas más allá de divisiones esencialistas.

En síntesis, el culebrón Bernie-BLM ha sido una buena experiencia de aprendizaje para Sanders y sus seguidores, y esto debería reconfortarnos como progresistas. Además de su agenda de justicia racial, Bernie ha contratado más personas de color en puestos importantes. Él se ha vuelto también crecientemente activo en destacar la aterrorizante tendencia de violencia policial contra los afroamericanos. Por ejemplo, fue a visitar a la familia de Sandra Bland, una mujer de 28 años de edad que fue encontrada muerta en la cárcel tras ser detenida por una infracción de tráfico menor. Después de esto hizo una poderosa y trágicamente simple declaración: “ella estaría viva hoy si hubiese sido una mujer blanca”. También hizo giras con prominentes figuras de la cultura negra como Killer Mike del grupo de rap Run the Jewels y mejoró su exposición acerca del racismo subyacente a gran parte de la economía de Estados Unidos desde la esclavitud. Aunque su nombre aún no es tan conocido entre estas comunidades como el de Hillary, su tendencia al voto ha aumentado significativamente.

En términos más generales, podemos ver estos debates como parte del crecimiento -y tal vez incluso de una generación- del activismo de una izquierda renovada en Estados Unidos. Varias décadas en retirada, al menos en el nivel de conciencia de las masas, se invirtieron repentinamente con Occupy Wall Street (OWS) en septiembre de 2011, como ya he escrito. Este movimiento incipiente tenía toda la gracia y la belleza de un recién nacido, que al menos era, efectivamente, para la gente vinculada con ello. Funcionó como un despertar generacional a la posibilidad de un activismo político transformador en los Estados Unidos. Black Lives Matter, aunque no estuvo directamente relacionado con (o inspirado por) OWS, entró en los medios de comunicación mainstream sobre su estela e incorporó (intencionalmente o no) muchas de las críticas contra su predecesor.

Bernie Sanders ha llegado a millones de personas para las que era más fácil relacionarse con la política a través del prisma de una campaña presidencial. Considerados en conjunto (aún cuando no son necesariamente una unidad), este triple movimiento marca el ascenso de una nueva era de la política progresista en los Estados Unidos. Y mientras los debates entre estos y otros movimientos políticos son necesarios, al igual que lo es la lucha crítica por la forma y dirección de la política progresista, es igualmente necesario que no dejemos que las luchas internas destructivas nos distraigan de la cuestión más profunda de nuestro tiempo, que es cómo refundar el sistema político y económico de Estados Unidos sobre uno que funcione para todo el mundo en nuestro país y que haga más para ayudar al resto del mundo que para dañarlo.

Bernie Sanders está haciendo todo lo posible para mantenernos centrados en esta cuestión, siempre dejando en claro que no puede resolverlo él solo. Esta, más que cualquier otra razón, es por la que apoyo a Bernie Sanders y creo que tú también deberías hacerlo. Bernie es la persona mejor situada para impulsar un movimiento amplio con la oportunidad de ganar poder, y también para reorganizar alianzas políticas en torno a la solidaridad de clase y racial, a diferencia de las divisiones que nos imponen los intereses corporativos. Lo hizo en Vermont, tal vez no al nivel de nuestras fantasías socialistas más elevadas, pero sin duda de una manera transformadora y duradera. Y cuando observamos el estado de la política estadounidense, donde un populista de derecha como Donald Trump ha captado la atención de una gran parte del electorado republicano con un mensaje no convencional, vemos la necesidad urgente de que nosotros demos batalla por una nueva mayoría en este país, basada en la unión y no en el odio.

En su tierra, Bernie Sanders continúa manteniendo unida la coalición que ha construido con políticas que se mueven más allá de la guerra de trincheras partidarias. Es reconocido por su apoyo a los veteranos de guerra de Estados Unidos así como sus esfuerzos para auditar la Reserva Federal (ambas cuestiones normalmente consideradas conservadoras). Sorprendentemente es muy querido por muchos de sus colegas republicanos en el Congreso, no como alguien que habla de béisbol con ellos, sino como una persona que no habla de una manera y actúa de otra. En un reciente discurso en la conservadora Christian Liberty University, Bernie utilizó una herramienta retórica que ha sido común a lo largo de su carrera; dijo a la audiencia, “no podemos estar de acuerdo en todo pero podemos estar de acuerdo en la injusticia que supone la desigualdad y en la corrupción y la disfunción que define nuestro sistema”.

Así como las primarias revelan profundas divisiones en cada uno de los partidos, también manifiestan una división aún más profunda entre las culturas conservadoras y progresistas en el país. Nadie parece ser capaz de imaginar un escenario peor que la victoria de un candidato del partido contrario. Más allá del mensaje de transformación económica y política de Bernie, él también nos muestra cómo se puede reimaginar nuestra política fracturada en el siglo XXI. La posibilidad de una presidencia de Bernie Sanders nos proporciona una importante, aunque sólo sea parcial, hoja de ruta para superar la traba de la cultura política que nos ha dominado.

La última vez que visité Vermont con mi esposa, fuimos a ver a mi abuela de 90 años, una ciudadana de Vermont ávida seguidora de golf y de programas de entrevistas políticas. No nos sorprendió terminar hablando de las elecciones, y nos contó que uno de sus hijos, mi tío, estaba tratando de convencerla de votar por Bernie. Ella seguía indecisa. Conoció a Bernie durante décadas, le gusta y confía en su juicio, pero quiere ver una mujer presidenta antes de morir. Fue un argumento fuerte y simple, que consideré muy seriamente.

Mi esposa le respondió que su país ha tenido una mujer presidente progresista, Cristina Kirchner, durante la mayor parte de la década pasada y que, si bien ella entiende lo histórico que sería para nosotros, ¿acaso sería comparable con tener un presidente socialista en el país más capitalista y poderoso del mundo? Un momento, dijo mi abuela, no con desconfianza pero si como desempolvando una idea que ella no había considerado en un largo tiempo, ¿Son ustedes socialistas? Nos miramos el uno al otro y tras una breve pausa, dubitativos, mi esposa contestó “si, supongo que si eso es lo que hace falta, lo somos”. Los ojos de mi abuela se abrieron un poco de sorpresa o de picardía, o quizás en un intento de absorber a su nieto y nieta política y la ola de ideas nuevas y viejas a la vez. Bueno, contestó -sus palabras fueron lentas y cuidadosas-, “mira nomás“.

La próxima vez que visite mi familia, espero estar celebrando la última intervención de Vermont en el curso de la historia de Estados Unidos. En el mejor de los casos vamos a celebrar la elección del primer presidente socialista democrático del país. Pero incluso si Bernie pierde, creo que su campaña ha creado un espacio para imaginar una nueva era en la política progresista. De cualquier modo, el mensaje de la revolución política de Bernie va a ser transmitido a una nueva generación de jóvenes, un terreno para que construyamos un futuro mejor.

FIDEL CASTRO: LUCHAR POR LA PAZ ES EL DEBER MÁS SAGRADO DE TODOS LOS SERES HUMANOS

  15 de febrero de 2016
Crédito: CubaDebate
Fidel Castro Ruz



Tristemente, casi todas las religiones han tenido que lamentar el hecho destructor de las guerras y sus terribles consecuencias. A esas tareas han tenido que dedicar las mayores energías.

La singular importancia del encuentro entre el Papa Francisco y Su Santidad Kirill, en La Habana, es que ha suscitado la esperanza de los pueblos del mundo.

La paz ha sido el sueño dorado de la humanidad y anhelo de los pueblos en cada momento de la historia. Miles de armas nucleares penden sobre las cabezas de la humanidad. Impedir la más brutal de las guerras que puede desatarse, ha sido sin duda el objetivo fundamental del esfuerzo de los líderes religiosos de las iglesias dirigidas por hombres como el Papa Francisco, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y Su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de Toda Rusia.

Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos, cualesquiera que sean sus religiones o país de nacimiento, el color de su piel, su edad adulta o su juventud.


Keiser Report en español: La ira de los estadounidenses

  11 de febrero de 2016
Crédito: RT en Español


Micro Informativo TelesurTv: El Caracazo, estallido popular del 1989

 24 de febrero de 2016
Crédito: TelesurTv


“Modus Operandi” con el tema "Capitalismo: fábrica mundial de miseria"

21 de febrero de 2016
Crédito: Aporrea.org


Vea la última entrega del programa “Modus Operandi” que ahora tendrá nuevo horario de trasmisión todos los sábados a las 7:30 de la noche. Este capítulo transmitido este 20 de febrero se titula: “Capitalismo: fábrica mundial de miseria”.

Saltrón: El Caracazo es la violación más grande de los DDHH en la historia del país

27 de febrero de 2016
Crédito: PSUV.org



En los 40 años que dirigió al Estado venezolano los partidos de derecha, Acción Democrática y Copei” crearon una constitución que no respeto los Derechos Humanos del pueblo, así lo precisó el agente del Estado para los Derechos Humanos, Germán Saltrón.

Era un decreto a guerra a muerte”

El experto en DDHH subrayó desde el programa “En Tres y Dos”, que transmite Venezolana de Televisión, que “El Caracazo es la violación más grande de los DDHH en la historia de Venezuela”.

Estos partidos de la oligarquía venezolana alegaron cuando hicieron la constitución de 1961, que fue para garantizar los DDHH de las personas y resulta que a los días de haber aprobado la constitución la dejaron sin efecto”, aseveró.

Subrayó que en esos tiempos “por cualquier razón se suspendían las garantías constitucionales, al suspender estas garantías las fuerzas de orden público podían disparar y hacer lo que sea con las personas”, acotó.

Recordó que “el país vio cómo se masacraban a los estudiantes, obreros, pensionados y desempleados que manifestaban porque los despidieron en un supuesto plan de emergencia”.

Por último, subrayó que esas acciones de violencia quedaron impunes bajo el secreto sumarial que establecían las leyes militares.

Se cumplen 27 años de la rebelión popular que inició ciclo histórico de la revolución

27 de febrero de 2016
Crédito: PSUV.org


El presidente de la República, Nicolás Maduro, recordó que este sábado se cumplen 27 años de El Caracazo, rebelión popular que se produjo el 27 de febrero de 1989 contra el paquetazo neoliberal impuesto en el segundo mandato presidencial del adeco Carlos Andrés Pérez.

A través de su usuario en Twitter, @NicolasMaduro, el Jefe de Estado destacó que el levantamiento popular dio paso a la Revolución Bolivariana, que se gesta en el país desde 1999 con la llegada a la Presidencia del comandante Hugo Chávez.

27 años de la Rebelión Popular que inició el ciclo histórico de la Revolución Bolivariana, 27 años de dura lucha por el futuro”, escribió en la red social.
El mandatario nacional también subrayó que en los hechos de El Caracazo fueron reprimidos y masacrados cientos de ciudadanos por parte de organismos de seguridad del Estado de la época.

¡27 años de la masacre de la Oligarquía Adeca contra el Pueblo, para imponer el Capitalismo Salvaje del FMI! Honor y Gloria a los Caídos”, añadió.
Asimismo, recalcó que a 27 años de aquellos históricos acontecimientos debe seguir prevaleciendo la unión cívico-militar para continuar asegurando la paz en el territorio nacional.

A 27 años hoy nuestra consigna es: ahora más que nunca unión Cívico-Militar para construir la Paz, la Prosperidad y la Felicidad de la Patria”, agregó el Presidente. En el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) en Venezuela se impusieron medidas económicas de corte neoliberal, dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las medidas, que se conocieron como El Paquetazo, implicaron la congelación de sueldos, la liberación de precios, el aumento del precio de la gasolina, así como el incremento de los costos de servicios públicos y la eliminación de los subsidios.
El Paquetazo, que dio paso a El Caracazo, desencadenó una ola de saqueos en supermercados, carnicerías, establecimientos de artículos electrónicos y línea blanca y la represión por parte de organismos de seguridad de la época.

Maduro sobre Ramos Allup: No puedo dejar de recordar cuando lo vimos diciendo ¡Suspéndanse las garantías y dispárese contra el pueblo

27 de febrero de 2016
Crédito: PSUV.org



Hoy, cuando veo a Ramos Allup, no puedo dejar de pensar cuando propuso el decreto para suspender las garantías constitucionales y masacrar al pueblo de Caracas y de Venezuela. Cuando yo veo a Ramos Allup, hoy presidente de la Asamblea Nacional (AN) y jefe de la oposición venezolana no puedo dejar de recordar cuando lo vimos diciendo ¡Suspéndanse las garantías, allánense las moradas, dispárese contra el pueblo”, expresó el presidente Nicolás Maduro.

Durante la activación del Plan Agroproductivo Zamora-Bicentenario, desde el Palacio de Miraflores, el mandatario recordó el 27 de febrero de 1989, cuando el pueblo manifestó su rechazo a las políticas neoliberales impuestas por la cuarta república.
Sostuvo que el 27 de febrero fue un “parto violento de una nueva era histórica. Sin 27 de febrero no hubiera habido Hugo Chávez Frías ni Revolución Bolivariana ni pueblo despierto”.

Exhortó al pueblo a seguir trabajando para que la Revolución Bolivariana supere las dificultades actuales.


Maduro: No habrá impunidad, mi único dictamen como presidente de la República es justicia

27 de febrero de 2016
Crédito: PSUV.org



¡No habrá impunidad! Pido que sean los protagonistas vivos de esta lucha contra estos crímenes”, aseguró el presidente Nicolás Maduro a las víctimas del Caracazo y de las guarimbas a propósito de la ley de amnesia criminal que propone la derecha venezolana.
El Jefe de Estado rechazó el proyecto de ley de amnesia criminal que propone la derecha,” No va haber impunidad, mi único dictamen como presidente de la República es Justicia”
Expresó la ley de impunidad que promueven las fracciones de la derecha en la Asamblea Nacional (AN) no será aprobada por el Ejecutivo, que representa el seguro del pueblo ante los ataques hacia el pueblo.




martes, 23 de febrero de 2016

VENEZUELA VIVA: Boletín Informativo Febrero 2016

23 de febrero de 2016
Crédito: Venezuela Viva
Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en Bilbao


A continuación presentamos un excelente material, que está siendo distribuido por el Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en Bilbao España, se trata de un boletín mensual que lleva por nombre Venezuela Viva con las noticias más trascendentales en el acontecer político, económico y social de Venezuela, para quiénes deseen explorar el contenido del portal web del consulado pueden ingresar a : http://www.consulvenbilbao.org/


Venezuela Viva - Boletín de Febrero 2016 from sobrederechos

Para quienes deseen establecer contacto con el consulado, a continuación los datos del personal

Consulado General
Funcionarios diplomáticos
Yolanda Rojas Urbina (Cónsul General)
Vanessa Elechiguerra Labarca (Cónsul de Primera)
Félix Tota Marín (Cónsul de Primera)
Carla Alejandra Isea Saavedra (Cónsul de Primera)
Víctor Hugo Garrido Márquez (Cónsul de Segunda)
Dirección
Paseo de Campo Volantín no 24, 2° piso. Oficinas 2 y 3
Correos electrónicos
conve.esblb@mppre.gob.ve
contacto@consulvenbilbao.org
citas@consulvenbilbao.org
Página web
www.consulvenbilbao.org

domingo, 21 de febrero de 2016

CRISIS MUNDIAL, PERO MADURO PROTEGE AL PUEBLO

21 de febrero de 2016
Germán Saltrón Negretti

Los medios de comunicación mundial no se atreven a revelar la crisis económica global del sistema capitalista que está en fase terminar. Tan grave que puede terminar en la guerra nuclear que sería el fin de la vida en este planeta. Nosotros estamos incurriendo en ese mismo error, al no denunciar esta grave crisis económica mundial en nuestro país, y algunos venezolanos piensan que la crisis económica solo se presenta en Venezuela.

Con una diferencia importante, que los gobiernos revolucionarios del mundo, toman algunas acciones económicas para enfrentar la crisis que protegen a los trabajadores que son los más necesitados. ¿Qué acciones económicas toman los gobiernos capitalistas? Despiden a miles de los trabajadores públicos y privados, bajan los salarios, las pensiones y desmejoran todos los servicios públicos.

Como sucedía en los gobiernos de Acción Democrática y Copei, entre los años 1960-1999 en este país, cuando gobernaron los políticos que controlan ahora la Asamblea Nacional. Como está sucediendo por ejemplo en la República Argentina, en Grecia y otros países Europeos. En cambio los gobiernos progresistas y socialistas como el Presidente Nicolás Maduro, Evo Morales, Rafael Correa entre otros, ante las crisis decretan aumentos salariales y no despiden trabajadores.

En nuestro país, el 17/02/2016 aumentamos el 20% del salario mínimo y a 2.5 unidades tributarias diarias la base de cálculo del bono de alimentación. El sueldo mínimo subirá de Bs 9.649 a Bs 11.578. Mientras que el cestaticket de alimentación de Bs 6.750 a 13.275. Aumentos como estos, han sucedidos en los últimos 17 años de la revolución bolivariana. Se estableció una tarjeta de alimentación para las clases más necesitadas. Además, se mantienen todas las misiones sociales existentes. Desde hace 20 años no se había aumentado el precio de la gasolina, se realizó un pequeño incremento. A pesar de que los precios del petróleo venezolano que estaban en $100 el barril bajaron a $25.

Las divisas en dólares, se mantiene un cambio protegido que pasó de 6,30 Bs a Bs 10 para comprar los alimentos, medicinas y otros bienes básicos. El sistema marginal de las divisas en dólares, de oferta y demanda abrió Bs 202,94 por dólar. Se mantienen todas las misiones sociales. Continuaremos combatiendo con más rigor la especulación y la guerra económica decretada por la mayoría de los empresarios y el gobierno estadounidense. Seguiremos resguardando los empleos y los salarios. Tomaremos las políticas para fortalecer el modelo productivo nacional. CONTINUAREMOS LAS LUCHAS DE CHÁVEZ Y MADURO HASTA VENCER.

¿Quién está detrás de la Guerra No Convencional en Venezuela?

 23 de noviembre de 2015
Crédito: TelesurTv


Las guerras no convencionales buscan derrocar países o gobiernos progresistas que representan una amenaza a sus intereses de dominación imperial, por lo que en el caso venezolano, la MUD intenta socavar la institucionalidad democrática del Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

El politólogo y experto petrolero venezolano, Miguel Jaimes, aseguró en exclusiva para el sitio web de teleSUR que la Guerra No Convencional (GNC) en países de Latinoamérica se presenta de manera cambiante y veloz, adaptándose a los nuevos panoramas políticos, sociales y económicos.

Las GNC se insertan en países o gobiernos progresistas que representan una amenaza a los intereses de dominación imperial, reflexionó el experto en geopolítica.




En el caso venezolano, la GNC se basa en fórmulas como “La Salida”, además buscan fortalecer la propuesta de los partidos de oposición aglutinados en la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para subvertir “los intereses locales y regionales de los candidatos (actualmente electos)” ante el Parlamento.

Para el profesor Jaimes, los recién electos diputados de derecha ante la Asamblea Nacional (AN), son quienes están detrás de la GNC en ese país suramericano, bajo la sotana del clero. “Se trata de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y el cárdenal Jorge Liberato Urosa Sabino que han aparecido rápidamente para bendecir todas las acciones que lleve adelante la MUD” en la sede de la AN

Ejemplos vivos y recientes de esta guerra asimétrica se demuestran en Ucrania donde se presentó “más agresiva” y antecedida por una “pre guerra, asesinatos, incendios, ataques al Parlamento, persecuciones muy parecidas a aspectos neonazis”.


En las GNC donde participa el Pentágono y el Departamento de Estado de Estados Unidos (EE.UU.), “hay un staff de expertos sociales: psicólogos, psiquiatras, politólogos, antropólogos, sociólogos, expertos en guerra y tortura” para derrumbar el Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
Sin escrúpulos “deconstruye, destruye, aniquila, trata de que la Revolución (Bolivariana) retroceda, que se sienta amenazada, atomizada, fatigada”, y de esa forma obtuvo el circunstancial triunfo de opositora MUD en el Poder Legislativo.

GNC contra países OPEP

El politólogo venezolano recordó que desde hace 20 años, las principales guerras del mundo están dirigidas contra los países que forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): caso Libia donde el republicano estadounidense John Mccain provocó la llamada Primavera Árabe.

John Mccain se ha convertido en un embajador plenipotenciario con poderes y ha estado detrás del derrocamiento de no menos de 20 mandatarios (del territorio mundial)”, destacó Jaimes.

Ofensiva del Gobierno venezolano frente a la GNC

El profesor venezolano saludó la nueva mesa ministerial instalada por el jefe de Estado Nicolás Maduro para potenciar la producción en el país y ante el panorama de un golpe continuado, considera necesaria una gran agenda internacional mucho más rápida que saque una declaratoria regional de Suramérica y el Caribe en defensa del petróleo

Llamó a repensar qué estuviera haciendo el comandante Hugo Chávez para combatir la guerra económica, quien desde 1999 cuando llegó a la presidencia por elección popular enfrentó en el país una GNC.

Venezuela vive una guerra no convencional desde 1999

La GNC viene gestándose en Venezuela desde que se instaló el gobierno del presidente Hugo Chávez en 1999 pero fracasó con el golpe de Estado de 48 horas en 2002, un hito histórico dado que el pueblo venezolano exigió en las calles el regreso del líder de la Revolución Bolivariana.

Tras la partida física de Chávez en 2013, Estados Unidos intensificó sus actos desestabilizadores con acciones de terrorismo como las llamadas guarimbas, que se instalaron apenas se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales del 5 de abril de 2013 que dieron vencedor a Nicolás Maduro. El llamado del candidato derrotado Henrique Capriles dejó 11 muertos, decenas de lesionados y una gran pérdida material en bienes públicos.

No conforme con estos resultados que afectaron de nuevo los intereses de EE.UU., en 2014 se retomaron las acciones terroristas y apenas se inició el año, irrumpieron nuevos ataques a instalaciones públicas como indicativo del reimpulso que se le daría a las guarimbas en algunos puntos del país durante cinco meses, arrojando un resultado de 43 víctimas mortales y cuantiosos daños a infraestructuras.

Solo la alianza cívico-militar pudo contenerla y derrotarla. Este hecho fue un éxito del Presidente Nicolás Maduro contra el imperialismo norteamericano. Pero los intentos para derrocarlo no acabaron.

El año 2015 se inició con el intento de un golpe militar cuyas acciones comprendían bombardear sitios estratégicos del poder nacional pero fue descubierto y desmontado, por ello el cambio de estrategia y con mayor intensidad de la Guerra No Convencional y uno de sus derivados: la Guerra Económica, que ha sido usada como táctica para socavar y degradar la moral, la fuerza política, psicológica, militar y económica del pueblo venezolano. A esto se suma la declaratoria de Barack Obama a Venezuela como una "amenaza a la seguridad de EE.UU." en marzo de 2015.

Factores que alimentan esta guerra son el incremento de precios diariamente, la especulación, el acaparamiento, la variación cambiaria debido a la confabulación para manejar el valor de la divisa dólar a niveles que permitiría el incremento inflacionario de manera vertiginosa y el terror psicológico de sentirse "ser una amenaza para EE.UU.", pues en cualquier momento -apelando a esa categoría de amenaza- podría activarse el Plan de Intervención directa por parte del Comando Sur.

Reiteradas veces, el comandante del Comando Sur, General John Kelly, opinó sobre la situación de crisis que vivía Venezuela y descalificó al gobierno revolucionario. Hechos que nos permiten deducir la plena disposición del Comando Sur de inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela, contando para ello con la autorización del Presidente Obama y con las fuerzas de tareas para llevar a cabo un plan militar de intervención.

La verdadera guerra y quien la está ganando

15 de febrero de 2016
Crédito: Aporrea.org
Toby Valderrama
Antonio Aponte

En los últimos años se habla de una "guerra económica" que se presenta difusa, sin enemigos, sin objetivos; la situación del país se deteriora cada día y la crisis económica sobrevuela a la sociedad como un fantasma, es difícil asirla, comprenderla. Algo anda mal en esta formulación, la crisis se agrava y la tal guerra no sirve para explicar nada. Veamos.

La verdadera guerra es la guerra entre el capitalismo y la posibilidad socialista, estos son los adversarios. Este enfrentamiento explica todo lo que está pasando, posibilita organizar las fuerzas de la Revolución, del Chavismo. Conocer las características propias y las características del enemigo posibilita el triunfo, de otra forma sólo puede haber derrota.

La guerra comenzó cuando el capitalismo entendió que el Comandante Chávez no era comprable. Por el camino de su amor a los humildes, por su sinceridad y su formación cristiana auténtica tenía que llegar a la idea socialista complemento directo de la fe cristiana. Rápidamente comenzaron a atacarlo: golpe, saboteos y, finalmente, lo asesinaron. Es así, su asesinato fue una acción dentro de la guerra del capitalismo contra el Socialismo. No se entendió así, se subestimó al enemigo explotador que desde hace siglos usa el crimen como arma política, larga es esta lista, no es necesario traerla. La Revolución, cándidamente, evitó hablar de esta pérdida en combate, esquivó la radicalización de la lucha y se entregó a la democracia burguesa. Hablar del asesinato de Chávez era mal visto, se acusaba de sospecha a quien lo mencionara, María León durmió sorpresivamente aquellas firmas pidiendo investigación del magnicidio.

Esta guerra no es convencional, podía llamarse especial, escapa a todos los esquemas. Ocurre desde afuera y es de fácil detección, pero sucede también dentro de la Revolución y es de más difícil comprensión, reclama unidad y tras ella se resguarda. Para entender estos dos frentes es necesario precisar dónde se desarrolla el principal combate. Veamos.

El principal combate entre el capitalismo y el Socialismo es en la conciencia, en la cultura, en los valores. El capitalismo se sustenta en el egoísmo, en la visión individualista, en la fragmentación. De esta manera justifica su sistema de competencia, de lucha de todos contra todos, de búsqueda del lucro por sobre cualquier otra consideración. Una sociedad así, dividida, donde cada uno se importe sólo por sus intereses es incapaz de entender que su suerte, su calidad de vida, depende de la organización social; es incapaz de percibir que su vida miserable, de humano incompleto, la angustia de una existencia azarosa, está determinada por el mercado que es una fuerza que le es ajena. Consideran, por ejemplo, que los precios de las mercancías que afectan su vida de forma dramática son normales, que las crisis periódicas del capitalismo son naturales, castigo de un dios que desconocen y que algunos llaman mercado. No atinan a percibir los defectos inhumanos del capitalismo.

El Socialismo se sustenta en la conciencia de pertenencia a la sociedad, en el principio de que la suerte del individuo depende de la suerte de la sociedad, que la humanidad es un todo, que debe existir en armonía entre los humanos y de estos con la naturaleza. Es la toma de conciencia de pertenencia a la sociedad y de que sólo el individuo se puede realizar dentro de ella, armonizando sus intereses con los intereses sociales, el convencimiento de que el beneficio del individuo debe ser el beneficio de la sociedad, y el bien social redunda en el bien individual. Para resumirlo con Martí: el Socialismo es "de todos por el bien de todos".

Ya estamos en condiciones de entender la batalla entre capitalismo y Socialismo, es la guerra entre el egoísmo y el amor.

En esta batalla el objetivo principal, la principal colina, es la conciencia, la ética, la cultura que se instale. Si el egoísmo se hace hegemónico la Revolución está perdida; si al contrario el espíritu de sociedad prevalece la Revolución es invencible. Se deduce que las acciones que conducen a la elevación del egoísmo son triunfos del capitalismo y derrotas del Socialismo. De aquí que las alianzas con los capitalistas, los llamados a que dirijan la economía son derrotas del Socialismo; el estímulo con dádivas materiales, taxis, viviendas sin ninguna organización, sin ninguna contraprestación a la sociedad son derrotas del Socialismo. Estas derrotas se manifiestan en lo político.

La guerra verdadera la estamos perdiendo por no saber cuál es el enemigo y cuál es la esencia de la confrontación.

Para entender mejor esta confrontación entre clases sociales, debemos tener claro que se entiende por ideología. Para algunos la ideología es un conjunto de valores sociales, ideas, creencias, sentimientos, representaciones e instituciones mediante el que la gente, de forma colectiva, da sentido al mundo en el que vive. Todo el mundo debe tener un conjunto de valores, sentimientos, creencias que ‘tenga sentido’ para ellos. Todo aquello que hacemos —ir a trabajar, visitar un amigo, leer un libro— debe tener algún sentido. Por supuesto, es posible que comencemos a hacer algo que no tiene sentido y dejemos de hacerlo. Hay ocasiones en que ponemos en duda nuestra ideología y pensamos que ha dejado de tener sentido atenerse a ella de la misma forma en que veníamos haciéndolo. Claros ejemplos de esto podrían ser el nacimiento de un hijo, la pérdida del trabajo o de un amor, o una tragedia en nuestra comunidad. Si cambiamos entonces nuestro comportamiento, habremos encontrado una nueva forma de acción social que vuelve a tener sentido; habremos adoptado un nuevo conjunto de sentimientos, creencias y valores.

En ocasiones, las ideologías parecen algo de sentido común. Por ejemplo, si deseo obtener un préstamo lo solicito en un banco, recibo el dinero y abono los intereses. Parece de sentido común. Sin embargo, durante la Alta Edad Media, en Gran Bretaña, los cristianos tenían prohibido prestar dinero. Hacerlo era usura, un pecado terrible. El préstamo de dinero se convirtió así en el oficio de los judíos, que no estaban sujetos a las leyes cristianas. Hoy en día, los bancos prestan dinero y obtienen a cambio un beneficio, pero se le llama interés y nadie se para a pensar en ello. Hay que explicarles a los trabajadores, que los seres humanos durante siglos las sociedades se han ido transformando, primero existieron las comunidades primitivas, trascurrieron varios milenios, los indígenas donde todos eran iguales en sus necesidades de subsistencias y no existían diferencias de clase entre ellos, excepto el chamán. Todos buscaban el bien común con la pesca y la caza. Posteriormente, siguen evolucionando y se presentan las confrontaciones entre las diferentes tribus y las guerras donde los vencidos eran sometidos a la esclavitud. Comienzan las clases sociales y la acumulación de riquezas. Surgió la primera división del trabajo entre ganadería y agricultura.

Surgió la primera sociedad de clases de la historia, y abarco un periodo de 3.500 años. Conocida por la historia como el Imperio Romano. En esa época los esclavistas poseían no solo los medios de producción sino al hombre mismo. Las personas se comercializaban como cualquier producto. El esclavo era considerado un hombre sin derechos y por lo tanto podía ser dado de muerte por su dueño cuando este quisiera. Los señores romanos probaban sus venenos con sus esclavos. El esclavo no tenía ningún derecho con sus hijos, quienes podían ser vendidos y traslados a cualquier lugar como animales. Aparece la división entre los oficios y la agricultura originando una división entre los oficios y la agricultura diferenciando el trabajo intelectual y el físico. Esto creo las diferencias sociales y generó enfrentamientos entre explotados y explotadores. El desinterés de los esclavos por el trabajo producto de la falta de respeto y dignidad con los que eran tratados, limito su trabajo y comenzaron las rebeliones. Con el tiempo, esta civilización se hace inoperante porque los esclavos comienzan a rebelarse y los esclavistas que los utilizaban como ejércitos para conquistas nuevos territorios se le hacían muy costosos su mantenimiento.

Evolucionamos hacia la sociedad Feudal o Feudalismo con una duración aproximada de 2.000 años que predominó en Europa entre el siglo X y XIII. La sociedad de clases estaba dividida entre los monarcas, seguidos por los vasallos y finalmente los siervos y esclavos. El señor feudal le otorgaba al vasallo la posesión de una extensión de tierra o feudo que este debía trabajar y la cosecha debía repartirla entre él y el señor feudal. Dentro del feudo vivían campesinos, conocidos como siervos de la gleba que no eran propiedad del señor feudal pero tampoco hombres libres. El nombre de gleba define la porción de tierra que se levanta con el arado en la actividad agrícola. La servidumbre de la gleba fue un estado intermedio entre la esclavitud y la libertad. El siervo no podía salir de su campo, debía trabajar allí toda su vida y estaba ligado a la tierra sobre la cual tenía derecho. Si esta se vendía él estaba incluido en la venta. Era propietario de su casa y una parte de las tierras que cultivaba. No era asalariado, su situación era mejor que las de algunos obreros de hoy.

Tenía derecho a la familia, no podían matarlo y en cuanto a castigos físicos estaba sujeto más o menos al régimen establecido para los infractores de ley de nuestros días. Este modo de producción les rendía mejores frutos a los señores feudales. Cuando los señores feudales conquistaron el nuevo mundo llegaron a Europa grandes cantidades de metales preciosos trastoco el régimen feudal por cuanto comenzó a predominar lo comercial o mercantil cuyo principal objetivo era intercambio de los bienes, con lo que la producción rural y las tierras feudales pasaron a un segundo plano, cediendo el paso al cuarto tipo de histórico de formación económico social conocida como capitalismo.

Este sistema económico se sustenta en la acumulación de capital y la explotación del hombre por el hombre. Preconiza la propiedad privada sobre los medios de producción, la tierra y otros bienes estructurales. Promueve el comercio libre de toda prohibición, el valor basado en la oferta y la demanda, la libre competencia, el aumento de la plusvalía y el liberalismo económico que es la base del neoliberalismo contemporáneo. El régimen capitalista promueve también la privatización de la educación y la cultura como aparato ideológico de dominación, así como la utilización de la ciencia y la tecnología como medio de explotación del hombre, mientras que las virtudes, el amor, las convicciones y la conciencia se convierten en objeto de comercio. La evolución del capitalismo se sintetiza en cuatro fases.

Capitalismo comercial, Capitalismo industrial, Capitalismo financiero y Capitalismo transnacional. Constituye el capitalismo sin fronteras. Responde a un proyecto estratégico de desarrollo y acumulación expansiva del capital financiero transnacional. Está sustentado por dos pilares fundamentales. La especulación financiera informatizada y la tecnológica de última generación. Este modelo fue impulsado en la década del noventa por el llamado Consenso de Washington con el nacimiento de la globalización financiera. El dinero comenzó a considerarse como productor de más dinero y circulando sin barreras, se convirtió en un producto en sí mismo. El dinero informático se reproduce a velocidades increíbles en la comunidad internacional. De esta manera se instauró el proceso de acumulación y concentración capitalista más asombrosa de toda la historia, representada en su fase superior por el imperialismo o capitalismo militarista y monopolista. Por otra parte, también surge la integración imperialista en bloque de países desarrollados. El capitalismo mundial se encuentra en su fase terminal, con graves crisis financieras y con una desigualdad social descomunal, el 1% de la población tiene en su posesión la riqueza del 99% del resto.

El SOCIALISMO constituye la fase inferior del sistema comunista. Emerge como un proceso de superación del capitalismo, pero aún conserva reminiscencias de la sociedad capitalista en los aspectos económicos, moral e intelectual. Está basada en la propiedad social sobre los medios de producción. Procura la igualdad entre las clases sociales y se opone a la explotación del hombre por el hombre. Propone que las relaciones laborales sean de colaboración, solidaridad y mutua ayuda. Considera que la relación entre los miembros de una misma comunidad debe caracterizarse por la unidad política, social e ideológica. La economía nacional y el desarrollo de las fuerzas productivas desde estas perspectivas, requieren planificarse para satisfacer las necesidades materiales, culturales y espirituales del pueblo.

El Comunismo constituye el grado superior del socialismo, se considera una necesidad histórica que resulta del conflicto entre las fuerzas productivas crecientes y las relaciones de producción carentes de vigencia. Es una fase superior del socialismo, de allí, la premisa comunista afirmada por Marx que dice. A cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades. Ningún Estado en este planeta tierra ha vivido esa experiencia social todavía.

Si tenemos claro todas estas evoluciones sociales que han experimentado nuestra sociedad, y las etapas sociales que nos faltan por alcanzar, podemos comprender lo difícil que resulta explicarle a un trabajador, este proceso de transformación que debemos transitar para pasar del capitalismo al socialismo, de allí el trabajo ideológicos que deben emprender los partidos de la revolución para alcanzar nuestro objetivo. Los errores de todas las revoluciones en el mundo, es el descuidar la formación ideológica de los pueblos.

La tarea que se nos presenta es difícil y compleja pero es imprescindible, requiere del concurso de todas y todos para hacer realidad los cambios revolucionarios previsto en nuestra Constitución Bolivariana y avanzar al socialismo. Conclusión, el capitalismo agoniza, pero sus élites ponen en riesgo la supervivencia de la humanidad con las amenazas de una guerra nuclear, debemos concientizar a nuestro pueblo de la urgencia de avanzar redoblando nuestras fuerzas, porque no hay tiempo que perder. Socialismo o Barbarie como afirmó nuestra insigne Rosa Luxemburgo.