martes, 6 de septiembre de 2016

Venezuela es referencia mundial en la lucha contra la pobreza extrema

 27 de agosto de 2016
Crédito: Correo del Orinoco

El reporte resalta que existen entre 25 y 30 millones de personas en América Latina que son vulnerables y podrían recaer en la pobreza, “proteger y acompañar a estas personas es una de las prioridades de la política pública en toda la región”


El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Venezuela presentó en la escuela de planificación en Caracas el Informe Regional de Desarrollo Humano 2016, titulado Progreso multidimensional, bienestar más allá del ingreso, el cual detalla una serie de recomendaciones para que los gobiernos de la región sigan avanzando en la concreción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia social, económica y ambiental.

El acto contó con la participación del viceministro de Asuntos Multilaterales y de Integración del Ministerio del Poder Popular de Relaciones Exteriores, Rubén Darío Molina; el coordinador residente de las Naciones Unidas y representante residente del PNUD en Venezuela, Peter Grohmann; el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Raúl Pacheco, en representación del MPPP; la Representante Adjunta del PNUD, Maribel Gutiérrez, y como invitado internacional el economista principal de la Dirección Regional de América Latina y el Caribe del PNUD en Nueva York, George Gray Molina, quien fue el coordinador general y autor principal del informe.

El informe de 376 páginas publicado en la página web, http://www.masqueingreso.org/informe-desarrollo-humano-2016/ presentado por George Gray Molina, aborda las principales políticas públicas que según el PNUD deben generar los países para impedir el retroceso de las sociedades que han logrado sacar a un número importante de personas de la pobreza.

Según la nueva pirámide de ingresos de la región, el mapa social cambió en las últimas dos décadas y las pirámides de ingresos prácticamente se revirtieron, mientras que a principios de la década de 1990 el 43% de la población tenía un ingreso per cápita diario inferior a 4 dólares, esa proporción descendió una década después y se redujo al 24,4% para 2013.

Estos cambios estuvieron acompañados de una importante reducción de la desigualdad de ingresos. El nivel de desigualdad medido por el coeficiente de Gini disminuyó de 0,539 a 0,493 durante el mismo período, alcanzando este indicador su nivel más bajo desde los años previos al proceso de industrialización de la región.

La reducción de la pobreza y el aumento de la clase media tuvieron lugar en la mayoría de los países de la región, donde más de 37 millones de personas salieron de la pobreza, siendo Brasil el país donde se concentró la mayor cantidad de población donde lo siguieron los países andinos, logrando una reducción conjunta de pobreza que ascendió a aproximadamente 20 millones de personas.

En Perú la reducción de la incidencia absoluta de la pobreza por ingresos fue de 7,1 millones de personas, seguido por Colombia (4,3 millones), la República Bolivariana de Venezuela (3,7 millones), Ecuador (3,1 millones) y el Estado Plurinacional de Bolivia (2,1 millones).

VULNERABILIDAD

El reporte resalta que existen entre 25 y 30 millones de personas en América Latina que son vulnerables y podrían recaer en la pobreza, “proteger y acompañar a estas personas es una de las prioridades de la política pública en toda la región”. Al mismo tiempo, llaman la atención sobre la persistencia de múltiples exclusiones duras por condición étnica, racial, color de piel, identidad sexual, condición migrante y discapacidad que no se resuelven con más ingresos, sino que requieren políticas de discriminación positiva, antidiscriminación y reconocimiento de derechos colectivos.

El informe sugiere que hay que innovar en las políticas públicas, pues “más de lo mismo no rinde lo mismo”, por lo que es imperativo adoptar un enfoque multidimensional de acción que supere la sectorialización de las políticas públicas. La Agenda 2030 está orientada a este nuevo reto y debería permitir la construcción de un abordaje transversal para el cierre de brechas.

El crecimiento económico, por más dinámico que sea, no resolverá los problemas estructurales de la región, por ello cada generación latinoamericana está encargada de definir qué tipo de cambio estructural. Al respecto, este informe propone nueva métrica y nuevas políticas para enfrentar la coyuntura recesiva, donde los determinantes de “salir de” y “recaer a” la pobreza son distintos, requieren de enfoques multidimensionales de análisis y acción.

De allí que el puente entre la coyuntura y la Agenda 2030 es específica a cada país, dado que cada nación transita por un proceso distinto de transformaciones sociales, económicas y ambientales. La agenda de desarrollo no expira en un umbral de ingreso, por eso es importante enfocarse en el bienestar más allá del ingreso.
En este momento, América Latina y el Caribe tiene que, por un lado, proteger los logros alcanzados y prevenir la caída en pobreza de millones de personas, que es la principal amenaza actual al progreso en la región. Por otro lado, el Índice de Desarrollo Humano recomienda políticas de nueva generación que ayuden a cerrar las brechas pendientes: ser mujer, afrodescendiente, indígena, joven, persona con discapacidades, todo esto incide en las oportunidades, en la posibilidad de ascenso social y económico y en el acceso a servicios en la región.

REUNIÓN CON EL PNUD PARA EVALUAR

Según nota de prensa del Ministerio de Planificación, el presidente del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela, Raúl Pacheco, informó que el Gobierno Nacional estableció un acuerdo con el PNUD para realizar mesas de trabajo; en primer lugar, para revisar detenidamente las cifras sobre nuestro país presentadas por la organización internacional y así evitar las disparidades con las cifras oficiales que se puedan presentar; y en segundo lugar, para trabajar en conjunto la medición de las transferencias que hace la Revolución Bolivariana al pueblo venezolano, las cuales actualmente no son incorporadas en los sistemas de indicadores estadísticos que miden temas tan importantes como la pobreza.

Nosotros siempre hemos trabajado con las instancias internacionales, digamos que hay dos vías: lo que está establecido y lo que surge de la presión de las naciones para que los indicadores se adecuen a los cambios. Tradicionalmente, por ejemplo, algo que venía impuesto por estos centros que respondían a los poderes hegemónicos es la medición de la pobreza, que solo se medía por los ingresos; actualmente ha venido tomando fuerza la medición multidimensional, que estudia las distintas fases que pueden caracterizar si una familia es pobre o no”, detalló.

Pacheco resaltó que el caso venezolano es de referencia mundial por presentar cifras de pobreza extrema por necesidades básicas insatisfechas por debajo del 5%;,a pesar de la guerra económica y de la presión financiera internacional, gracias a las medidas implementadas por el Gobierno Bolivariano con las misiones y grandes misiones, especialmente la Gran Misión Vivienda Venezuela.

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