24 de mayo de 2016
Crédito: William C. Pérez
Blog Oligarcas Temblad
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Rusia
aseguró la solución política de Venezuela y de todos los países
debe corresponderse con las normas constitucionales y la legislación
interna del país. Rusia rechazó las acciones de
injerencia extranjera contra Venezuela, e indicó que la
solución a la coyuntura económica de la nación suramericana debe
ser resuelta por los venezolanos de acuerdo a lo establecido en su
Constitución nacional.
En
un comunicado emitido este lunes por la Cancillería de ese país, se
señala que la solución política corresponde al pueblo
venezolano, y debe corresponderse con las normas constitucionales y
la legislación nacional del país.
"Nadie
tiene derecho a imponer a Venezuela las revoluciones de
color", agregó el texto.
Asimismo,
se compara con la situación de Ucrania donde la injerencia
de Estados Unidos profundizó las diferencias internas y
ocasionó un conflicto que registró más de 10 mil personas
fallecidas y 1,8 millones de desplazados los últimos dos años.
El
Gobierno ruso igualmente manifestó que la intervención destructiva
desde el exterior es inaceptable y agregó que la compleja coyuntura
económica, provocada por la caída petrolera y la guerra económica,
continúa generando tensiones internas que son alentadas desde el
exterior.
Vea
a continuación el comunicado íntegro:
Comentarios
del Departamento de Información y prensa del MAE de Rusia
relacionados con las inquietudes de los medios de comunicación sobre
la situación en Venezuela.
La
dinámica de la situación en Venezuela llama a preocupación, pues
en el fondo de una difícil situación económica, la lucha política
amenaza de nuevo con generar confrontaciones callejeras.
Lamentablemente el aumento de las tensiones es impulsado desde
afuera. Nos vemos obligados a destacar que los anuncios
desequilibrados inclusive se han escuchado de parte de la dirigencia
de la Organización de Estados Americanos.
Partimos
del hecho de que la solución política de los problemas de Venezuela
tiene que ser resuelta por el pueblo venezolano, el cual escogió en
su momento de manera legítima a sus autoridades. Ello tiene que
concordar con las normas constitucionales y las leyes nacionales del
país. La injerencia destructora desde afuera es inaceptable. Nadie
tiene derecho a imponer “escenarios de colores”, de acuerdo con
las conocidas tecnologías radicales, desestabilizando la situación.
Estamos
convencidos que el gran reto que tiene Venezuela ante si es encontrar
vías reales para salir de la crisis económica, es mejorar las
condiciones sociales de amplios sectores de la población. Es
evidente que esto es posible sólo en las condiciones internas de
paz. Es importante calmar las pasiones, pues la continuación de la
desestabilización de la situación en Venezuela traerá graves
consecuencias para el país, así como para toda la región.
Saludamos
los esfuerzos de un grupo de políticos que busca promover el
entendimiento mutuo entre las diferentes fuerzas políticas en
Venezuela. Confiamos en que esos pasos conducirán a final de cuentas
hacia un resultado positivo. Estamos dispuestos a incorporarnos a
esos esfuerzos si es considerado necesario.
Queremos
destacar: Venezuela desde hace tiempo es nuestro aliado en los
ámbitos políticos y económicos. Tenemos allá buenos amigos, los
cuales, de hecho, pertenecen a diversas fuerzas políticas. Confiamos
en el fortalecimiento de la amplia colaboración ruso-venezolana y
estamos convencidos que ello responde a los intereses de las partes y
a los objetivos sociales y económicos del desarrollo de nuestros
países.
En
contexto
El
presidente Nicolás Maduro denunció en una rueda de prensa
internacional la creciente agresión financiera, diplomática y
mediática dirigida desde EE.UU. contra Venezuela.
Indicó
Maduro que factores internos y externos utilizan la actual coyuntura
económica para atacar desde diversos flancos con el objetivo de
hacerse con el poder político en el país.
El
periódico The New York Times, en su editorial del pasado lunes,
instó al Gobierno norteamericano "aprovechar" el cambio en
el panorama político de América Latina para ampliar su "influencia
en la región", alegando una supuesta "pérdida de
popularidad de los gobiernos de izquierda".
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