miércoles, 3 de octubre de 2012

SOMOS AMANTES DE LA PAZ PERO NOS AMENAZAN CON LA GUERRA


El peligro de guerra en América Latina no es una hipótesis,  es una realidad con las instalaciones de siete bases militares de EEUU en Colombia. Representa un desafió para UNASUR, a dos meses del golpe en Honduras, cuyo gobierno de facto sobrevive gracias al apoyo encubierto de Washington. Las bases militares no son para la paz, y se unen a las 870 instalaciones militares que ya tiene EEUU alrededor del mundo. La oposición a las nuevas instalaciones militares en el sur del continente, es unánime  en toda América Latina, como quedo en evidencia en la Cumbre de Unasur, por supuesto con diferentes matices y cierto pragmatismo de algunos países.

Álvaro Uribe quien fomento las AUC, léase paramilitares, es aliado incondicional de EEUU a pesar de que en 1991, una de las cuatro agencias de inteligencia del Pentágono describió sus actividades ligadas al narcotráfico y las ejecuciones por encargo. Uribe ha sido un activo participante del negocio de la droga, a través del cartel de Medellín, con su amigo Pablo Escobar Gaviria, un capo de la droga que llegó a ser el máximo narcotraficante y fue muerto en diciembre de 1993.

Uribe acudió a la Cumbre de Bariloche, tratando de engañar al mundo de que las bases son colombianas y se justifican por la necesidad de luchar contra el narcotráfico y las FARC. Se le olvida a Uribe que las FARC nacieron veinte años después, de que el tráfico de droga estaba instalado de  Colombia; también se le olvida que la idea de catalogar a las FARC como un movimiento terrorista se le ocurrió a él, que ninguno de sus antecesores lo había hecho, y que ningún país latinoamericano (con la excepción de Perú, y sólo extraoficialmente) se ha hecho eco de semejante mentira.

Como lo demostró el Presidente Chávez  en Bariloche, en la cumbre de Unasur, con el documento del Comando Sur,  el despliegue en Colombia responde a una estrategia de reposicionamiento global de cara a las nuevas realidades geopolíticas. Con el objetivo de desarrollar nuevos núcleos de acceso  para “operaciones de contingencia”, logística y “entrenamiento” en América Central y Sur América.

Como lo expuso el Presidente Rafael Correa es mentira que los EEUU respetarán y harán uso exclusivo del espacio aéreo colombiano para sus operaciones. Primero porque la capacidad tecnológica de los artefactos que desplegará en la región sobrepasa con creces la lucha “antinarcóticos”, aunque un AWACS vuele dentro del espacio aéreo colombiano justo en la frontera con Venezuela, sus radares y detectores tienen capacidad para espiar cientos de kilómetros dentro de territorio venezolano.

Segundo, porque el Presidente Obama respaldó incondicionalmente el ataque aéreo de Colombia en territorio ecuatoriano, durante su discurso (aún como Senador) ante la Fundación Nacional Cubano Americana el 23 de mayo de 2008. Lo que significa que se mantiene en pie la doctrina del “ataque preventivo” contra grupos denominados por Washington “terroristas” (sino pregúntenle a Pakistán).

Venezuela corre un grave peligro, la configuración de las “locaciones” norteamericanas alrededor de las principales rutas comerciales (Colombia) y marítimas (Caribe), permitirían un rápido despliegue gringo en zonas de importancia estratégica para el país, amén del disuasivo militar de tener las bases colombianas y las de Aruba y Curazao. Es hora de que el pueblo colombiano reaccione ante la víspera de las elecciones; toda vez que Uribe ya comienza a sobornar a todo el Congreso colombiano para salvar su segunda reelección. 


Germán Saltrón Negretti.

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