miércoles, 3 de octubre de 2012

LA DOBLE MORAL DE LOS DERECHOS HUMANOS



Después de finalizada la II Guerra Mundial, con las consiguientes atrocidades cometidas por las potencias  imperialistas, los países ganadores EE UU, Inglaterra, Unión Soviética (ahora Rusia), Francia y China, decidieron constituir la Organización de las Naciones Unidas y redactaron  la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10/12/1945, para darle aplicación “universal” a éstas normas unilateralmente concebidas, las cuales conforman el Sistema de Protección Internacional de los Derechos Humanos, donde cualquier ciudadano puede presentar sus denuncias sobre violación de los derechos humanos.

Este sistema mundial está representado por el Consejo de Derechos Humanos  y la Corte Internacional Penal, junto con el Sistema Interamericano, dirigido por la OEA y constituido por la Comisión y la Corte Interamericano de Derechos Humanos.
Para que este Sistema de Protección Internacional de Derechos Humanos sea efectivo, según la resolución 60/251 de la Asamblea General de las Naciones Unidas de fecha 15 de marzo de 2006,  debe cumplir con los principios de universalidad, imparcialidad, objetividad y no selectividad.

Pero, como las potencias mundiales siempre han tenido influencia política y económica en el sistema que ellas mismas crearon, determinan cuales países consideran en la categoría de “violador de los derechos humanos” de sus ciudadanos. Por supuesto, casi nunca encontraremos en esa lista a ninguna potencia imperialista, y pocos gobiernos asociados y dóciles, aunque existan violaciones de derechos humanos dentro de sus fronteras.

Nunca han sido oficialmente puestos en entredicho el carácter “democrático” del gobierno de los Estados Unidos, aunque allí  existen  violaciones graves de los derechos humanos, como la pena de muerte, la Ley Patriota que viola los derechos civiles a los propios estadounidenses, los detenidos de Guantánamo y la guerra genocida en Irak.

 Pero si algunas de estas violaciones suceden en países con pueblos dignos que ejercen su soberanía económica y política, entonces el Sistema de Protección Internacional de los Derechos Humanos se activa en forma eficiente y sancionatoria. Por ejemplo, contra Cuba y Venezuela.

No pretendo justificar las violaciones de los derechos humanos en el mundo, pero si denunciar la doble moral de los derechos humanos, usado políticamente por las potencias en contra de los pueblos que han decidido luchar por su dignidad y ejercer su soberanía.

De este modo, la “violación de los derechos humanos” que en menor o mayor grado se produce en todos los países del mundo, es utilizada como argumento justificador de iniciativas diplomáticas hostiles contra pueblos y gobiernos que no son sumisos a las pretensiones hegemónicas imperiales, para promover campañas de criminalización internacional a fin de justificar políticas para la intervención solapada o abierta de los gobiernos que en verdad quieren cumplir con los derechos humanos.

Para esta campaña de descréditos los países imperialistas utilizan como fachadas, algunas ONG, que se prestan para hacer denuncias sin fundamentos y de esta forma, desplegar estrategia de intervención política. A cambio estas ONG reciben financiamiento internacional y se prestan para infiltrarse en organizaciones de la sociedad, comprometiendo así su independencia no solo económica sino también política, y por ende, su pretendida “neutralidad” o “imparcialidad” que pretenden demostrar.

Una de estas fundaciones que se ocupa de este financiamiento es Nacional Endowment por Democracy (Fundación Nacional para la Democracia) una asociación estadounidense. Declaraciones de Allen Weinster, historiador y primer presidente de esta fundación dijo: “mucho de lo que hoy hacemos, lo hacia ya hace 25 años la Agencia Central de Inteligencia”. La  NED nace el 23/11/83 por una iniciativa de Ronald Reagan al Congreso, esta operativa en 90 países de África, América Latina, Asia y Europa del Este.

La abogada venezolana y estadounidense Eva Golinger ha evidenciado en documentos oficiales del gobierno de los EE UU, millones de dólares otorgados por la NED y la USAID a grupos de oposición y medios privados de comunicación en Venezuela.

El Estado venezolano no esta en contra del funcionamiento de las ONG´s, pero sucede,  que no siempre éstas son democráticas y van de la mano con los derechos humanos. Venezuela desde la llegada al poder del presidente Chávez es víctima de estas acciones de satanización internacional promovidas por algunas de estas ONG,s en confabulación con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien reconoció el gobierno de facto de Pedro Carmona Estanga.

Germán Saltrón Negretti.

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